John Scofield: Me gustaría tener un trío como Keith Jarrett.
Ante el temor de que nuestro tiempo se acabe, volvemos al pelado más famoso.
JOHN SCOFIELD
En los conciertos habitualmente nos basamos en el disco En Route; pero también hay composiciones nuevas, alguna de Steve, ahora estamos incluyendo algo del Tributo a Ray Charles y por supuesto que siempre aparece algún standard.
¿Adaptás material de tus discos más eléctrónicos?
Bueno… en la época de Uberjam, por ejemplo, teníamos un repertorio determinado muy diferente a éste; había electronics, guitarra rítmica… otra cosa. Pero igualmente algo hacemos de esa época, habitualmente tocamos “Green Tea” de A Go Go, pero el material de Uberjam tiene otro “groove”. También, como te dije, hacemos algo de Steve o Bill pero… ¿sabés qué? es simpático porque en un trío de jazz… quiero decir… las composiciones son muy importantes, son esenciales; pero es tal vez más importante cómo las tocamos. Somos sólo tres, entonces es muy importante la manera en que nos interrelacionamos. Debemos tener el repertorio para empezar a tocar, pero –ahora te lo afirmo- es mucho más importante el cómo se toca ese repertorio. Y el resultado lo sabemos sólo después de tocar; improvisamos mucho.
De nuevo… ¿por qué un CD tocando a Ray Charles?
El sello me pidió hacerlo… (al ver mi mueca) bueno… yo tampoco adhiero a esas ideas de tributos; pero en esta ocasión me atraparon porque adoro a Ray Charles, siempre lo he escuchado y pensé que podía hacer algo con su música. Básicamente toco guitarra eléctrica; en un par de temas toco acústica. Algunos temas son instrumentales y para otros invité cantantes.
No te voy a preguntar si cantás en el disco, te ahorro el mal trago.
Y te lo agradezco tanto… pero dejáme agregar algo con respecto al sello: realmente puedo hacer lo que quiero. Algunas veces lo que me gustaría es poder tener un trío como Keith Jarrett y hacer 20 discos con la misma banda y tener la posibilidad de desarrollarla por un largo tiempo. No puedo hacer eso, el sello quiere diferentes proyectos todo el tiempo y tratar de vender. Podría hacerse, pero es necesario que los discos se vendan. Pero a decir verdad, sí, en general puedo hacer lo que quiero. Y tal vez éste termine resultando mi trío. Amo tocar con estos tipos; son dos gigantes de la música actual. Y cada vez que tocamos es una celebración. Para mí, cada noche que toco con ellos es una celebración.
De diez años a esta parte, ¿Qué pensás acerca de esta realidad del jazz, está mejor, peor…?
Es siempre difícil para la música de jazz. Mi vida entera me la pasé pensando en esto. Yo conocí músicos muy talentosos, realmente inteligentes y ellos no tienen lo que tengo yo, ¿entendés? Lo que yo tengo es una banda, un contrato discográfico, viajo por todos lados y la gente sabe quién soy. No sé. Quiero decir, yo soy bueno, pero hay otra gente que es muy talentosa, así que yo pienso que soy muy afortunado o tal vez un castigo, no lo sé. La música de jazz es muy difícil para los músicos; cuando empiezan, estudian, aman el jazz, pero ellos no tienen futuro en esta música porque no hay espacio, la audiencia es escasa, pero siempre fue así desde que yo empecé en esto. Así que tiene que cambiar…
Sí… porque la sensación es que el jazz está tomando cosas del funk y otros estilos, lo que hace pensar: debe ser difícil…
Es difícil mantener una banda y tener una audiencia. Una de las razones por las que el jazz-funk tiene una mayor audiencia, o la fusión, ese tipo de cosas, es porque la gente en estos días sabe acerca de rock y no sabe de jazz. Pero para mí siempre fue algo más que solamente vender discos, porque me gusta la idea de tratar de hacer una música diferente a la que existió en el pasado. Quiero decir, amo el straightahead jazz, amo la improvisación, puedo estar tocando todo el día tratando de improvisar sobre standards, es un gran desafío para mí, amo esa música, pero estoy realmente contento de poder tocar otro tipo de cosas y con músicos que no son siempre completamente straightahead, porque pienso que estamos para poner otro tipo de música que no sé si es algo bueno, quiero decir, yo no voy a compararme con mis ídolos Charlie Parker y Louis Armstrong, nunca lo haría, pero nosotros tenemos algo diferente que viene de esta cuestión de andar mezclando estilos, y estoy contento con eso…
Una especie de “buena” fusión…
Sí, coincido con vos.
¿Vos pensás que Internet ayuda a tu música?
No lo sé… (risas) Pienso que Internet ayuda a la comunicación y… sí, tiene que ayudar al jazz, porque, veamos: a nosotros nos gusta el jazz, ¿no? Y no es como la MTV; y si yo me conecto, puedo hallar información de jazz así viva en Buenos Aires, o en Rusia o donde sea. Y por otro lado, la gente de aquí no tiene que estar esperando a ver qué es lo que trae la próxima Downbeat, ¿entendés? Y… tengo una historia que me gustaría contar: cuando estaba tocando en California en un club, vino un tipo y me dijo “Hey, me avisaron que ibas a tocar acá y vine porque me gusta tu música. Me enteré por un e-mail que me mandó un amigo que está en Rusia.” Este tipo en Rusia, se metió en Internet, a la página de John Scofield y se enteró de que yo iba a tocar donde vivía su amigo, que era en California; entonces le mandó un e-mail a su amigo y le dijo que esa noche yo iba a tocar cerca de su casa. En este punto, Internet es fascinante. Aunque es cierto que yo obtengo dinero de mis royalties, es decir, vos cobrás los royalties de una canción de acuerdo a la venta de los CD’s. Habría que ver cómo puede regularse eso para que la gente tenga acceso pero no termine perjudicando a los músicos.
Cinco años atrás, me dijiste que te encantaban los saxofonistas.
Sí, por supuesto, lo reafirmo.
Y ésta es tu tercera visita a Buenos Aires.
Exacto.
Pero nunca trajiste uno…
(risas y caras de “me enterré solito”) Bueno… me encanta escucharlos… pero (poniendo cara de Robert De Niro en Cabo de Miedo) ¡¡¡odio tocar con ellos!!! (más risas). En realidad quiero copiarles el sonido… no… ahora más seriamente, soy un gran fan del jazz y el saxo es el instrumento más expresivo del jazz, así que simplemente no se ha dado.
Aunque la verdadera razón es que son muy caros… ¡y debería pagarles mucho dinero!
Marcelo Morales.
Nota: Un agradecimiento especial por las fotos en el Hotel Faena a Leo Mirvois y la gente de Contemporánea.
