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Renée Fleming: Haunted Heart

Renee FlemingHaunted Heart, River, When Did You Leave Heaven, You've Changed, Answer Me, My Cherie Amour, In My Life, The Moon's a Harsh Mistress, Wozzeck / Improvisation / The Midnight Sun, Liebst du um Schönheit, My One and Onlu Love / This is Always, Cançào do Amor, Psyché, Hard Times Come Again No More

Músicos:
Renée Fleming (voz).
Fred Hersch (piano).
Bill Frisell (guitarra).
Universal, 2005

Calificación: Zapatero a tus zapatos.

Nacida en 1959 en Indiana, Renée Fleming es tal vez la cantante lírica norteamericana más popular de los últimos años.
Su discografía es impresionante y ha estado ligada casi exclusivamente a la ópera.
Interpretó a Mozart, Verdi, Handel, Mahler, Dvorák, Massenet, Rachmaninov, Puccini, Donizetti, Rossini… y un largo etcétera.
En esta oportunidad, la Fleming (en sus palabras) "cumple un sueño" y desea compartir su amor por "un grupo de canciones hermosas y de un alto valor emocional".
Para ello recurrió al pianista Fred Hersch y al guitarrista Bill Frisell, quienes ya habían trabajado juntos, en especial en aquel dueto intimista titulado "Songs We Know".
Hay clásicos del jazz, un tema de Joni Mitchell, un Villa-Lobos, un tema en francés, alguito de Mahler y una producción muy cuidada y con un sonido estupendo.

Salvo contadísimas excepciones, no les ha ido bien a los cantantes líricos cuando se han abalanzado sobre otros géneros que no dominan.
Seguramente los fraseos de la Fleming son técnicamente perfectos; pero la verdad… a mí eso no me mueve un pelo.

Y el disco tampoco.

Y no estamos hablando de monotonía, que la hay; sino de una carencia en la transmisión de esos sentimientos a los que alude la Fleming en el booklet del CD.
Por momentos parecen reavivarse (ojo puristas, que digo "parecen") todos los yeites de alguien acostumbrada a los jingles. El ejemplo más certero (casi un balazo) es el horripilante comienzo de My Cherie Amour, con un "la la la" tan carente de buen gusto como inoportuno.
Y la contracara es Liebst du um Schönheit, de Mahler, donde ahí sí la química funciona con la sola compañía de la guitarra (eléctrica) de Frisell.
Si a esto le sumamos que tanto los aportes del Bill como de Hersch son más bien económicos (iba a poner mezquinos pero me dio cosita), no es difícil llegar a la conclusión de que Haunted Heart es un trayecto arduo, al que cuesta prestarle la debida atención sin recurrir a la tentación del "stop".

No sé cuáles habrán sido las intenciones de este proyecto, pero la combinación de standards de jazz, un tema cantado en portugués (si es algo de Brasil mejor), otro en francés, un segmento operístico y algún tema popular, probablemente aseguren cierto éxito y rédito… pero bastante alejado de lo artístico.

El disco parece apto para snobs, para los que quieren creer que consumen música "culta" o para aquéllos que necesitan una banda de sonido para cualquier fiesta poco animada.
No creo pertenecer a ninguno de estos grupos de personas.

¿Los músicos sí?
¡Qué momento!

Marcelo Morales.

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