Por Los Codos

Reportaje a Myra Melford

Hace más de cien años, F. Galton trató o intentó averiguar la naturaleza de los genios. No me refiero a los que salen de una lámpara después de frotarla y nos conceden tres deseos. Hablo de los de carne y hueso. Con esa intención publicó allá por 1869 lo que se considera el primer estudio empírico de las habilidades humanas que poseen los creativos (me reservo el rol protagónico el día que estudien las inhabilidades en general).

Ese análisis arrojó como resultado que en esos sujetos híper-creativos concurrían factores como la energía, los hábitos de trabajo y la independencia. Asimismo describía la personalidad de “esos” elegidos como entusiasta, fluente, firme en sus asociaciones mentales, vívida imaginación y capaz de seguir sus impulsos más que controlarlos.

Digo todo esto y me resulta imposible no asociarlo con Myra Melford. Y esa asociación se inicia con sus discos, continúa con la imagen obtenida al verla sobre un escenario y cierra perfectamente al tener la oportunidad de dialogar con ella.

Melford se ha constituido y con justicia en una de las figuras predominantes de la nueva música creativa.

Desde su debut discográfico como solista producido en 1991 a la fecha ha desarrollado diferentes proyectos que llevan su sello indeleble: la búsqueda de nuevos caminos de expresión artística. Pero también ha contribuido fuertemente a la jerarquización del rol protagónico del piano en el marco de las nuevas corrientes musicales. Como líder encabezó diferentes proyectos: Crush, The Same River Twice, el Myra Melford Trio, el Myra Melford Extended Ensemble, The Tent y actualmente Be Bread. También ha colaborado con una interminable lista de músicos. De Henry Threadgill a Butch Morris, de Dave Douglas a Joseph Jarman, de Leroy Jenkins a Jenny Scheinman… por sólo nombrar algunos.

Varias de sus composiciones han sido comisionadas para distintos proyectos multimedia, en un entrecruzamiento de diferentes corrientes artísticas como la danza, el teatro y el cine a los que parece orientarse en varios de sus futuros trabajos. También ha desarrollado su faceta como docente (actualmente enseña en la Universidad de Berkeley, California). Los premios y galardones no le son ajenos. Lo mismo ocurre con el reconocimiento de sus pares.

En síntesis: Myra Melford es una creativa sin límites aparentes a la vista.

Tuvimos ocasión de conocerla durante el show que ofreciera en el Club Tropical junto a Mark Dresser el año pasado. En ese encuentro informal nos dejó una gratísima imagen. Simpática, cálida, humilde y de un sincero y obsesivo sentido de la responsabilidad.

En este nuevo encuentro ratificó la imagen inicial, cumpliendo en responder absolutamente todo lo que osamos preguntarle…

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