Sergio Verdinelli
Estábamos con Fito…
Yo había tocado con Baglietto en una época también, por el '93. Y se ve que eso, los Kuryaki y algunas cosas más hicieron que Fito me llamara. Fueron casi tres años y ahí tuve que largar un poco las demás cosas; es que era un laburo demandante, pero igual los pibes me han bancado y el proyecto Primo se gestó en esa época…
Páez estaba medio oscuro en ese momento, ¿no?
Yo la verdad que trato de no colgarme mucho con eso… lo cierto es que era otra forma de trabajo que al principio me costó un poco hasta que le agarré la onda. Es un palo muy distinto y otra manera de relacionarte. Hay códigos nuevos, pero después de un tiempo me acomodé. Pasa que es casi una convivencia. Al estar mucho de gira, te ves las caras todo el tiempo…
Y cuando retornaste a "tu camino", ¿te costó la reinserción?
No… volví pero con elementos nuevos. Y la verdad que el motivo principal de parar con Fito fue la concreción de Primo; de a poco además empecé a tocar de nuevo, así que ni siquiera hubo un período de transición.
Previo a esto, había aparecido el proyecto M.E.S. (M de Mariano Otero, E de Enrique Norris y S de Sergio Verdinelli).
Sí, grabamos un disco y ahora está por salir el segundo.
¿Éste también va a ser artesanal, de edición limitada y vendido por Norris en la casa?
No… el segundo lo va a editar Buri (el sello que editó Primo).
¿Qué pensás que le aportó un estilo al otro en tu manera de tocar?
Uhhh… te viniste bravo hoy, ¿eh? El rock fue lo primero que escuché… Beatles, Police, Marley… yo me imaginé como músico por ese lado; después conocí lo otro y se me plegó a lo que ya traía. Al estudiar con Pepi, conocerlo a Ernesto, después obviamente lo que aportó Enrique… pero también lo que vino después, el tocar con gente como Otero, Carmona, Merlo, Lastra, Arredondo, Domínguez, Carto… con todo se fue armando algo…
Cuando conocí el jazz no podía concebir que eso existiera y que hubiera tipos que tuvieran ese lenguaje, me parecía una cosa medio marciana, ¿entendés? Me resultaba muy curioso; también creo que este tipo de música te incentiva mucho, te da como una "sed", a mí me despertó una curiosidad muy grande y yo sentí que meterme en eso me podía dar cierta originalidad.
A eso iba, porque viste que la tendencia es ir "encajonando".
Y… es que eso está dado por la guita…
Vos no creés que sean estilos incompatibles entonces y que un baterista de rock puede tocar jazz y viceversa.
Dentro de mi espectro yo siento que conecto con las dos cosas y que las entiendo. Hablo con cuidado porque no quiero que parezca lo que…
Pero vos sabés que no es habitual que alguien se mueva con la misma soltura en los dos estilos.
Y… (sonríe y piensa) no me metas en ese…
Te saco del embrollo volviendo a M.E.S.
Y… me encanta… es lo más. Me encanta, además Enrique…
¿Por qué todos hablan bien de Norris?
Porque es un musicazo. Enrique hace las cosas de una manera muy personal. Pero básicamente es un artista.
¿Qué es un artista?
Enrique (sonríe); es difícil, es algo medio intangible…
¿Vos te considerás un artista?
Me dedico con todas las ganas a una disciplina artística y lo hago lo mejor que puedo.
Ahora volvemos, pero no me quiero despegar de M.E.S.; el primer disco ¿cuándo lo grabaron?
En el 2002. Fue casi lo primero que hicimos. Grabamos y arrancamos. Con Enrique siento que toco mejor, como que me obliga a conectarme.
¿Con qué otros músicos te pasa?
(Piensa) Te juro que hoy en día tengo la suerte de hacer cosas que me satisfacen plenamente. Todo, lo de Spinetta, lo de Mariano, Ernesto, el Colo… todo me da una vida total. Logré reunirme de gente que me nutre; todas las cosas que hago las disfruto a full. Hay gente con la que tenés un tipo de conexión y otra con la que la conexión no es mejor ni peor sino distinta. Yo siento que Enrique a mí me hace tocar de una manera determinada y Luis otra cosa y con todos pasa lo mismo. Es como que te lo pide la música misma.
