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Ani DiFranco: Solo / Carnegie Hall 4.6.02

God’s Country, Subdivision, Angry Anymore, Educated Guess, Not So Soft, Two Little Girls, (Story), Gratitude, Detroit Annie Hitchhiking, In the Way, Second Intermission, Names and Dates and Times, Serpentine, Self Evident, Out of Range

Músicos:
Ani DiFranco: voz y guitarra acústica
Righteous Babe Records, 2006

Calificación: Dame dos

La prestigiosa revista científica Neuroimage publicó un estudio realizado por el profesor Michael Hunter de la Universidad de Sheffield en el que explica que los tonos femeninos toman toda el área auditiva del cerebro a diferencia del tono masculino, que sólo requiere del área subtalámica.
Según este concepto, queda comprobado que escuchar a las mujeres puede agotar el cerebro del hombre.
Tal vez eso no resulte novedoso, pero gracias al profesor Hunter (un crack, el tipo) ahora también sabemos que las causas tienen sustento científico.
Dejo constancia que no estoy para nada de acuerdo con esta teoría (entiéndame… quizás mi esposa lea este comentario).
Según el científico, los hombres no podemos escuchar durante mucho tiempo las conversaciones de una mujer ya que éstas tienen una voz natural con sonidos más complejos, reduciendo así el grado de atención a nivel cerebral.
En consecuencia, no escuchar a las mujeres puede llegar a considerarse un acto en legítima defensa.
-Pero… ¿hay excepciones, profesor?
-¡Sí! Las hay, mi pequeño saltamontes…
Ani DiFranco, por ejemplo. Ya sea hablando, recitando o cantando.
Algun machista o algún científico o algún científico machista podría justificar la excepción señalando que DiFranco es una declarada bisexual… pero me atrevo a decir que hay sólidos argumentos que aunque no se publiquen en Neuroimage (o excedan el área subtalámica) sustentan lo mencionado. Y lo no mencionado, también.
Ani DiFranco ha venido editando una serie de bootlegs oficiales con conciertos grabados en distintas giras (¿tendría sentido grabar el mismo?).
Pero Solo-Carnegie Hall 4.6.02 es el primero de la serie que se distribuye por los canales regulares y no a través del website de la cantante.
Este bootleg ilustra la histórica actuación que hiciera DiFranco en solitario en el mítico Carnegie Hall de New York apenas 7 meses después del ataque a las torres gemelas.
Angela Marie DiFranco nació un 23 de Septiembre de 1970 en Buffalo (aclaremos que Buffalo no es un signo en el horóscopo chino que corresponde al año de su nacimiento, sino una ciudad de New York).
De madre judeo-americana y padre italo-americano.
Una mezcla explosiva que pudo haber derivado en… lo que derivó.
El inicio de su carrera artística fue a los 9 años cuando con la ayuda de su profesora de guitarra dio algunos shows haciendo covers de The Beatles. Dejaría la música por unos años para estudiar ballet; pero más tarde, a los 14 años, retornaría a la guitarra para componer sus primeras canciones. Y ya que estaba en el baile… cantó.
Cuando apenas había cumplido 19 años ya llevaba realizadas más de 100 composiciones. Las cintas de sus primeras actuaciones eran distribuidas casi artesanalmente y la demada que generaban la animaron a crear su propio sello: Righteous Babe.
Su carrera alcanzaría un vertiginoso crecimiento basado en la tradición de las líricas autobiográficas que caracterizan a los cantautores, pero también por su discurso fuertemente comprometido con temas como la pobreza, la guerra, el abuso sexual, la homofobia, el racismo y la crítica al establishment .
Esta confluencia de elementos le dio una temprana popularidad en los círculos universitarios, la que fue creciendo a través de los años y sin el apoyo de las grandes compañías.
DiFranco es una compositora de estilo dinámico. En su obra confluyen el folk (principalmente), el jazz, el pop, el funk, todo enfatizado con un alto contenido político y un resonante significado social.
El nacimiento del folk como fenómeno popular se produce en los años ‘30 o ‘40 con Woody Guthrie, quien conservando las raíces tradicionales de esa corriente, supo otorgarle masividad.
Más tarde llegarían Pete Seeger y Jack Elliot.
En la década del ’60, con la llegada de Bob Dylan, Joan Baez, Phil Ochs, entre otros, se profundizó la línea iniciada por Guthrie y empezamos a escuchar el término “canciones de protesta” debido a su contenido anti-establishment caracterizado tanto por el rechazo a la guerra de Vietnam como por su apego al movimiento de derechos civiles con epicentro en los Estados Unidos.
Una de las derivaciones estilísticas fue el folk punk.
El folk punk es un género de música que combina elementos de folk y el punk rock (con ese rótulo no iba a fusionar polka con minué, ¿no?). Allí se enrolaron bandas como Bombs, Beating Hearts,  Bread and Roses, The Can Kickers, Defiance, Tennessee Whiskey Tots, The Heroic Livers, Sharp Teeth, entre otros.
Algunos consideran que DiFranco conjuga esos matices y se animan a identificar su propuesta con esta corriente. Allá ellos…
En todo caso y como ella misma define: “el folk no es una guitarra acústica. No es ahí donde está el corazón del asunto. Es música subcorporativa que da voz a diferentes comunidades y su batalla contra la autoridad”.
En esa batalla, DiFranco nos invita a centrarnos en el valor de sus palabras a través de una lírica sofisticada basada en el uso de aliteraciones, metáforas y con un permanente juego de palabras, convirtiéndose en la expresión intelectual de un movimiento que en sus orígenes nació en la clase trabajadora y en el hombre común sin demasiada instrucción.

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