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Enrique Medina: Año Nuevo En Nueva York (Ed. Milton)

Enrique MedinaNo muy lejos se oye música. La reconozco. Suena el timbal del largo negro. Es alegre. Me acerco. Bailan. Negros y blancos y latinos. Festejan el año nuevo con sus ropas y jirones, borrachos incurables, zapatos vencidos por el agua, dientes nacidos para reír. Bailan y cantan una canción desconocida. Una niña y un niño se destacan en los movimientos, bailan ajenos a su importancia. La niña me mira, sonríe…

Así me sonreías vos cuando todo era esplendor, cuando soñabas con trabajar en las comedias musicales de Broadway, cuando tratabas de acertar la esquina donde se había parado Kirk Douglas prometiendo conquistar esta ciudad fascinante… hay veces en que todo se hace claro y otras en que la ingenuidad de un bebé se torna sospechosa. Yo estoy quebrado. Blanco inexistente. Ajeno al sentir y al sufrir. Levitado en mis pasiones. No me alcanzaría una biblia para explicarme ante vos. Sólo te digo que estoy entero, con una larga vida por venir. Las luces de esta ciudad seguirán creando ilusiones y sus edificios no dejarán de intentar rascar el cielo. Un hombre traicionará a una mujer y una mujer lastimará a un hombre. Lamento tener que dibujarte de memoria. La seguridad de creer tenerte siempre fue mera ilusión. Sí, estoy seguro, dos personas pueden entenderse. Vale el curso de toda una vida intentar lograrlo. Fuimos intensos, nuestro dolor está en el centro de los huesos, es intransferible como el espasmo de un tenedor clavándose en el paladar…

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