Ernesto Jodos

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Hablamos de otros escritores como Gustavo Nielsen, el también saxofonista Gilad Atzmon, Houellebecq, de quien Jodos opina que por momentos más que un escritor es un “molestador profesional”. Nos enganchamos con esto y le preguntamos:

¿Notás eso también en algunos músicos?

Hay música que me suena así. Ese intento de querer ser moderno por el simple hecho de ser moderno.

¿Qué es ser moderno?

Y… intentar buscarle la quinta pata al gato… por ejemplo me seca que en todos los discos haya un DJ.

Vos no grabarías con un DJ…

¡¡¡Yo qué sé!!! Lo que me jode es que todos los discos tienen un DJ… o un piano Rhodes… ¿lo descubrieron ahora al Rhodes que hay que usarlo aunque sea en un tema?

Vos tocás piano, órgano…

El órgano para mí es un hobby. Yo no soy organista. Me encanta tocarlo; no me siento cómodo pero me encanta. Mi instrumento es el piano y me divierto mucho tocando órgano. Espero que el público perciba eso. No hablo de, por ejemplo, el disco de Rodrigo (Domínguez), Tonal, donde ahí hay un concepto de timbres y es un proyecto serio. Cuando toco mi música con órgano es algo más straight ahead.

¿Y por qué entonces creés que alguien como Mariano Otero dice “lo quería a Jodos tocando órgano”?

Y… a veces hay gente que ve cosas en uno que uno no las ve. Yo lo que veo es que en el mejor de los casos soy un organista mediocre y un pianista… decente.

Otero ¿A quién ves acá que está haciendo las cosas bien o que está apuntando hacia algún lado?

Me parece que Mariano (Otero) es muy intuitivo e inquieto, que demostró ser musicalmente inteligente… y es una buena combinación la de ser intuitivo e inteligente. Es un súper contrabajista y tiene todas las fichas puestas en que lo que hace, funcione.
A ver… otros… mencioname vos…

Yo pensé que me ibas a mencionar a Norris…

Ah… pero yo le apunté a los jóvenes… (risas). Norris para mí es el más grande; es, y que me perdonen los demás, el mejor pianista de jazz del país. Es el tipo que más me emociona tocando el piano. Es un gran cornetista además y un musicazo. En todo sentido.

¿Te ves en el rol de productor ejecutivo?

Soy un desastre organizando cosas.

¿Y cómo ves a los músicos devenidos en productores?

Algunos son muy buenos. Yo laburé con Tarrés y con Iaies y los dos son muy buenos organizadores. Y musicalmente me parecen honestos en lo que hacen también.

¿Pensás que los músicos argentinos, en general, son honestos o más bien calculadores?

Bueno… a veces ese cálculo es parte de la honestidad. Hay una diferencia muy grande entre una persona grande y un nene. Y es que cuando sos maduro, no decís todo el tiempo lo que pensás. Algunas cosas te las guardás y a otras le pasás por el costado.

A la hora de tocar, ¿es igual?

Por supuesto.

Cuando sos maduro no tocás algunas cosas.

Claro…

Aunque esas cosas estén bien.

Por supuesto… de hecho muchas veces el sacrificio que un músico tiene que hacer es abandonar esas cosas que suenan bien.

¿Tocar mal adrede?

No… tocar mal no… pero buscar otras cosas, porque a veces lo que te suena bien en realidad te viene de otra persona. Yo podría tocar tres millones de licks de be-bop o e McCoy Tyner, cosas que estudié bastante; ahora, durante mucho tiempo tuve que pensar mucho en no tocar eso. Porque era un lugar donde yo, cómodamente, sabía que funcionaba. Pero después, al escucharlo grabado, me quería matar. Entonces, en función de los objetivos de cada músico, yo cambiaría la palabra cálculo por estrategia.

¿Sentís que ya estás “instalado” o todavía te cuesta?

Bueno… me cuesta mucho menos que a otros colegas, pero es lo que es: me dedico a una música que no le interesa a nadie… quiero decir… es algo minoritario y 10 años atrás lo era mucho más aún…

¿Y con la prensa cómo te llevás?

Bien… a mí me gusta que las cosas me las digan en la cara; con respecto a lo que se publica, es lo que esa persona sintió al escucharte tocar o hablar. Y habrá que trabajar entonces para ser más claros y que el mensaje llegue como corresponde.

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Marcelo Morales