Por Los Codos

Lucía Pulido

¿Qué viste últimamente que te haya impactado?

Lo último que vi y que me impactó muchísimo fue, en Nueva York, a un grupo de Mongolia con una cantante impresionante. La banda tenía el nombre de ella y había un músico que lo anunciaban como multi-instrumentista y también hacía armónicos con la voz… y tocaba flauta y una suerte de contrabajo con cabeza de caballo, con tres cuerdas. El grupo era muy bueno, pero ella fue increíble.

Ni nos acordamos del nombre…

No… era un nombre muy…

¿Cuándo y dónde fue?

En el Carnegie Hall a principios de noviembre.

… / …

Hacemos un alto en el camino. Y es que no pudimos con nuestro genio (porque tenemos uno, ¿está claro?). Fuimos, inquietos, a buscar la información correspondiente. Si no es, las disculpas del caso, pero ¿y si es?

Y nosotros creemos que es.

Badma KhandaLuego de una exhaustiva investigación (que nos demandó horas hombre, horas mujer y hasta horas sabueso), llegamos a la conclusión de que el 4 de noviembre a las 20:30 hs. se presentó en el Carnegie Hall la Badma Khanda’s Mongolian Buryat Band, donde la tal Badma Khanda es la cantante (nacida en 1979 en Inner Mongolia); el multi-instrumentista y vocalista no puede ser otro que Battuvshin Baldantseren (1972, Bulgan); quien interpretaba el instrumento con cabeza de caballo es Javkhlan Erdenebal (1983, Tov) y si no nombramos al resto de los integrantes es porque no queremos abrumar con nuestros sólidos conocimientos de la cultura de Mongolia, país independizado en 1924 y cuya capital es Ulán Bator. El 90% de sus habitantes pertenecen a la etnia mongol y la religión predominante es el budismo tibetano.
Hemos arriesgado.
Si se trata, efectivamente, de Badea Khanda, habremos dado muestras una vez más de un espíritu inquieto más conocido como “fuori espinarum clavaditis”.
Y si no se trata de ella, habremos reincidido por enésima vez en lo que científicamente se ha dado en llamar “magnum papelonis universalorum”.
Luego de este tentempié músico – geográfico, sigamos con la verdadera protagonista de esta nota.

… / …

Arto TuncboyaciyanAhora recuerdo que en Bahía, antes de venir para acá, vi a un percusionista armenio… Arto…

¿Arto Tuncboyaciyan?

¡Ése! Alucinante… tiene la capacidad de hacerme llorar…

Me quedé pensando en eso de las voces, que son únicas; ¿cuánto juega el oído del receptor?

Bueno, el oído ya viene con un background; en cambio la voz no… el oído ya está como predeterminado…

Quiero decir que una misma voz puede despertar cosas distintas en cada oído…

Sí, pero el oído ya está filtrado; la voz es la voz.

La variable es el oído.

Exactamente. La voz es la simpleza. Es (señalando) esa hojita. No aquélla. Con las voces pasa exactamente lo mismo.

¿Qué pasa si mañana te dicen que no podés cantar más, qué hacemos?

Y… nos morimos…

¿Así de tajante?

Y… yo creo que sí.

¿No hay plan B?

Es que yo no sé hacer otra cosa en la vida (risas). Si pudiera hablar… bueno… trataría de arreglármelas de alguna manera, pero (piensa) sin cantar…

Bueno… no te asustes… fue una cuestión lúdica…

Ya sé… pero es que me lo he planteado y me sentiría de lo más inútil sobre la tierra…

¿Qué sentís cuando te hacen una nota?

Pueden suceder muchas cosas. Hay gente que puede hacerte conversar y gente que no.

¿Cómo es eso?

Hay conversadores y no conversadores. Es como los músicos; los malos te hacen tocar peor y los buenos te mejoran. Y un buen conversador puede generar una fluidez determinada y transformar algo que puede ser una tortura en algo divertido.

(Con cara de pánico) ¿Y ahora estás pasando por un momento de tortura o de diversión?

Y… cuando se publique veremos si tengo que preguntarme a qué hora fue que dije tal o cual cosa… y no depende tanto de la persona en sí sino de cómo se da la situación. También puede pasar que contestás con monosílabos porque querés terminar rápido…

¿Qué le dirías a un ente desconocido acerca de lo que hacés?

Hummm… (piensa) es una pregunta un tanto abstracta (sonríe).

Te corrijo: ¡es totalmente abstracta!

Yo intento que la gente sienta lo que yo siento cuando canto. No tanto que entienda… porque no hay nada que entender; que lo que estoy haciendo genere algo, una reacción, independientemente de que le guste o no. Nada peor que la indiferencia… cuando yo veo algo que me gusta o que me emociona o que me dan ganas de cantar…

¿Estamos hablando de música o hay otras cosas que te producen ganas de cantar?

Los proyectos que tiene la gente, la creatividad, una lectura…

¿Qué te gustaría que genere lo que hacés?

Lo mismo que otras cosas me generan a mí. Una alegría de saber que tengo un proyecto.

¿Lo primero que sentís al cantar es alegría?

(Piensa) Es una mezcla de alegría y excitación.

¿Con qué músicos te has sentido más cómoda?

Con muchos; en general me siento muy cómoda con los que toco. Tiene que haber inspiración para que te den ganas de pensar. Una cosa de ida y vuelta.

Contame proyectos inmediatos que tengas.

Terminar el “Songbook 3” que ya está casi listo. Sacar el disco con “Palenque”, hay un concierto para un evento muy grande el 21 de enero (con Palenque) en el Global Fest. Hay una invitación para ir a Rusia en abril con otro proyecto, “América Contemporánea”. Es muy probable que entre mayo y julio esté en Austria ya que me invitaron a realizar una residencia artística y ahí ya me voy a inventar algo para hacer.

¿Vas a hacer música folclórica austríaca?

No… es un trabajo con Iván (Benavides) y un músico electrónico. Nunca he incursionado en la electrónica y vamos a ver qué sucede. Quiero tener la experiencia de hacer cosas a más corto plazo. Y hay otra gira pendiente con “Palenque” por Europa. También estamos proyectando ir a Europa a presentar los “Songbooks”.

¿Por qué “Palenque”?

Fue un nombre que nos vino a la cabeza, casi de emergencia. Los palenques eran los lugares en los que se refugiaban los esclavos cuando los perseguían. Yo en ese momento estaba trabajando en un sonido más “callejero”. Y pensé que era apropiado.

Políticamente, ¿cómo te sentís en los Estados Unidos?

Es complicado, porque a mí me genera… (piensa). De hecho me estuve cuestionando mucho el hecho de estar en un país que genera muchas cosas en el mundo con las que una gran mayoría no se identifica. Y me provocó un gran conflicto, ya que me preguntaba “si no estoy de acuerdo, ¿por qué estoy acá?

Bueno… pero vos estás en Nueva York… (risas)

Exacto… ¡ésa es la respuesta correcta! Nueva York es un espacio que me permite cantar. Y yo voy a estar siempre en un lugar en el que me permitan cantar.

http://www.luciapulido.com/

Marcelo Morales

Nota Relacionada:
Discos / DVD’s: Lucía Pulido + Fernando Tarrés & La Raza – Songbook II (Prayer)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *