El Ojo Tuerto

The Police: Abuso Policial

Staples Center – Los Angeles (USA)
Miércoles 20 de Junio de 2007 -19:30 hs.

PoliceEn el cuento La Refutación del Regreso incluido en el libro Crónicas del Ángel Gris, Alejandro Dolina escribió: No hay sueño más grande en la vida que el sueño del regreso. El mejor camino es el camino de la vuelta, que es también el camino imposible.
Todo regreso implica una lucha desigual entre los sueños y la realidad. Entre el pasado y el presente. Entre la mentira y la verdad.
Aquellos pícaros adolescentes que a fines de los setenta y principios de los ochenta corrían detrás de indefensas colegialas mientras escuchaban a The Police en grabadores del tamaño de una valija, hoy están casados con hijos y… siguen haciendo lo mismo pero al trotecito y con un Ipod.
The Police se constituyó en 1977, separándose años después en pleno apogeo y cuando eran uno de los grupos más populares y con mayor éxito comercial en el mundo.
Este año han regresado a los escenarios con una extensa gira mundial. La pregunta surge obligada: ¿Por qué volvieron?

Dolina - Cronicas Del Angel GrisEn el cuento, Dolina dice: Volver para ellos fue la aventura prohibida. Cada noche soñaban con la aventura prohibida. Y cada mañana despertaban llorando desengañados y revolvían la cama para ver si algún pedazo de sueño se había quedado enganchado entre las cobijas.
En el retorno The Police, no todo es parte del sueño por recuperar aquella “aventura prohibida”. Basta con decir que ofrecerán unos 80 conciertos alrededor del mundo reuniendo aproximadamente 40 mil espectadores en cada show y con entradas que promedian los 150 dólares. Lo que equivale a decir que al despertar de su sueño encontrarán “enganchado en sus cobijas”… unos 48 millones de dólares.
Menos sospechosa resulta la actitud del público. El intento por revivir glorias pasadas o “revolver la cama buscando un pedazo de sueño’, no los hará millonarios. Es más, resulta probable que al despertar, además de “llorar su desengaño”, tengan 150 dólares menos.

Staples CenterYa estamos en el Staples Center, lugar que es motivo de orgullo para los Angelinos. Su moderno diseño arquitectónico lo ha convertido en uno de los principales estadios cubiertos de la costa oeste estadounidense. Allí juega de local el equipo de la NBA, Los Angeles Lakers, pero también tienen lugar un sinnúmero de eventos artísticos y culturales y, además… juega de local el equipo de la NBA, Los Angeles Lakers.
Es tiempo de una adivinanza: Todo megashow de una gran banda de rock requiere de un grupo soporte. Sting tiene un hijo. ¿Qué es?
Respuesta correcta: Momento de soportar al hijo de Sting y su banda.
Nos llevaría mucho tiempo y espacio evaluar su actuación. Apelando a un riguroso poder de síntesis, quitaremos lo accesorio para ir directo al núcleo conceptual, a lo irreducible, a lo esencial, a lo ineludible.
Empezó a tocar a las 7:35 PM. Terminó a las 8:15 PM.

StingLuego de 45 minutos de tensa espera, se apagan las luces.
A la distancia se escuchan los primeros acordes de Message in a Bottle y el público estalla en una emocionante ovación. A Sting se lo escucha entonado y seguro, sin intentar reproducir los agudos de otros tiempos y haciendo lo suyo de manera muy profesional. Del resto poco puede decirse, ya que el sonido de los instrumentos parece provenir de una radio portátil. Casi una versión a capella. Pegadito hacen Synchronicity II. Tengo buenas y malas noticias. La buena es que el sonido ha mejorado y ya escuchamos la batería y la guitarra. La mala noticia es… la misma: Stewart Copeland y Andy Summers parecen estar jugando a la ruleta con notas musicales en lugar de fichas. Y por lo que se observa, no están en su noche de suerte. Para disimular la falta de fortuna, las pantallas dejan ver un primer plano de Sting, quien está vestido como un muchacho de 20 años, luce un cuerpo de un hombre de 30, tiene la voz de uno de 40, su rostro parece de 50, su cabellera es de uno de 60 y tiene más de 70… millones en su cuenta bancaria.

CopelandLlega Walking in the Moon; Sting compuso este tema luego de romper con su primera novia, Deborah Anderson (¿la pasión me devora, Deborah?). La versión no estaría mal si no fuese por el exceso de energía de Copeland, a quien parece que también la pasión lo devora. Quizás debería canalizar ese ímpetu haciendo kick-boxing, practicando salto en garrocha o mejor aún… ensayando con la banda. Bueno, a lo mejor eso es lo que está haciendo en estos momentos y no lo sabemos.
Siguen con un medley de Zenyatta Mondatta que incluye Voices Inside My Head y When the World is Running Down... En su parte central incluye un extenso solo de guitarra. Summers luce cansado, errático, incómodo. Atrás han quedado los días en que para él, tocar la guitarra era un placer. Ahora es sólo un verbo y con enormes dificultades para conjugar la primera persona del singular en el presente perfecto.
Usted me dirá que los años pasan, que las cosas cambian. Tiene razón, últimamente se está muriendo gente que antes no se moría.

Don’t Stand So Close to Me es una canción que alude a la paranoia de un maestro intentando controlar la lujuriosa tentación que le provoca una alumna (¿por qué sufrir con la tentación cuando se puede disfrutar de la concreción?). Sting canta just like the old man in that book by Nabokov, aludiendo a la famosa novela Lolita. Cuento todo esto en un vano intento por olvidar lo que estoy escuchando. Esta versión es diferente a la que ofrecieron en 1986 y muy diferente al original de 1980. Sólo tengo una duda: la palabra diferente, ¿es sinónimo de horrible?
El publico asume una actitud conmovedora al acompañar a la banda cantando de principio a fin… la versión original.
Siguen con una extraña entrega de Driven to Tears. Tan extraña es que alguien, victima de la confusión, empieza a entonar Cielito Lindo.
Los nuevos arreglos de The Bed’s Too Big Without You ratifican la línea conceptual: son espantosos. Los aplausos no cesan pero el público empieza a manifestar síntomas inequívocos de molestia. Algunos piden “suban el volumen”. Otros dicen “bájenlo” y los más belicosos gritan “desenchufen todo”. Es tal la confusión que creo haber escuchado a los Refutadores de Leyendas del cuento de Dolina diciendo “saluden a los nuevos tiempos. El mundo marcha hacia adelante. Volver es imposible.”
A continuación hacen una aceptable versión de Truth Hits Everybody.
Luego profundizan aciertos con Every Little Thing She Does Is Magic del álbum Ghost In the Machine. Cerrando este segmento que nos reconcilia con el ilustre pasado de la banda, llega Wrapped Around Your Finger.

De Do Do Do De Da Da Da, del álbum Zenyatta Mondatta, es una ironía acerca de la atracción que siente la gente por las canciones simples.
Para comprobar la veracidad de este enfoque, el estadio responde cantando a coro el estribillo, babeándose y con un dedo en la nariz.
Sigue Invisibe Sun. En las pantallas se muestran imágenes de la guerra. Así es como pasamos del De Do Do Do De Da Da Da a una postura de reflexiva profundidad. Este contraste hace que algunos, por efecto residual, reflexionen pero olvidando quitar el dedo de la nariz y sin dejar de babearse. Luego de una desapasionada versión en cámara lenta de Walking In Your Footsteps atacan con la emotiva performance de Can’t Stand Losing You con el público de pie, presagiando el final.

En la obra de Rostand, Cyrano de Bergerac, tres hombres se disputan el amor de Roxana. Sting tomó el nombre de ese personaje para componer el tema que se convertiría en un clásico de The Police, Roxanne. Buen momento. Un final feliz para compensar tanto sufrimiento. Regresan con una desinflada versión de King of Pain. El segundo bis es So Lonely y el tercero una predecible entrega del tema Every Breath You Take. La gente ovaciona de pie y, aprovechando esa posición, comienza a retirarse; pero la banda regresa para un cuarto e innecesario bis con Next To You.

Dice Dolina: No es posible regresar a ninguna parte. Los puntos de partida no están quietos y a la vuelta ya no están. Para poder volver se necesita un punto de partida eterno e inmutable. Créanme si les digo que nadie ha efectuado nunca jamás un verdadero regreso.
Ojalá tenga razón.
Seria muy triste asumir que lo vivido esta noche fue un típico caso de Abuso Policial.

Sergio Piccirilli

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