El Ojo Tuerto

Adrián Iaies: Por Puesta De Espaldas

La Trastienda – Buenos Aires
Jueves 02 y 09 de Agosto de 2007 – 21:00 hs.

Cuando era más joven, niño, parvulito, casi un Oaky, miraba por la televisión el increíble (en más de un sentido) Titanes en el Ring con el armenio Karadagián a la cabeza y otras luminarias a los premios. Todos teníamos más o menos nuestros preferidos, que no siempre estaban del bando de los buenos. Yo sentía particular predilección por algunos que hacían gala de un cuerpo de goma, como el Caballero Rojo o el Leopardo. No me seducían demasiado los “normalitos” como Peucelle, José Luis, David el Pastor, Mister Chile o Ulises. Y los que sí me dejaban con expresión de “ohhh” eran algunos malvados como El Cavernario, el Mercenario Joe y, fundamentalmente, el misionero Capanga.


¿Y cómo olvidar las presentaciones de Bocacci o los relatos de Di Sarli? Me fastidiaba cuando una pelea tenía un final difuso; en cambio me encantaba el momento en que Di Sarli coronaba la lucha con el “¡¡¡uno… dos… tres… ganó por puesta de espaldas!!!” equivalente, para mí, al Knock Out en el boxeo, a una goleada histórica en el fútbol, a ganarle al ping pong a un chino o arrebatarle un maratón a un africano.

El pianista argentino Adrían Iaies decidió presentar su flamante UnoDosTres en dos conciertos en La Trastienda. Para ello convocó a varios de los músicos que lo acompañaron en la grabación: Pepi Taveira, Arturo Puertas, Miguel Tarzia y Ricardo Cavalli.
Todos ellos, verdaderos titanes.
La primera de las presentaciones se realizó el 02 de agosto, en un jueves frío (más que eso) e inhóspito. La sala estaba llena. A las 21:30 hs. Iaies ingresa al escenario, reverencia al piano y comienza su segmento solista golpeando suavemente al instrumento con la mano izquierda; estamos en Retrato de John Lewis, de la suite dedicada al ex líder del Modern Jazz Quartet. La interpretación es minimalista, haciendo estragos en los graves y con la mano derecha a plena sutileza. Le sucede otra composición de la suite, Midnight in Aromo. Soberbia independencia de manos, mucho swing y la sensación de estar en una cantina (¿había?) en los años ’40. Extraordinario final.
Con Schumann on my Mind llega la calma. El impactante silencio reinante en la sala permite escuchar cierto bullicio que viene del exterior de la sala. Belleza.
Esta primera parte, en soledad, finaliza con uno de los puntos más altos de UnoDosTres. En versión más veloz y juguetona, Crecimiento exponencial de la locura se convertiría también en uno de los mejores momentos de la noche. Y si el título del tema ya de por sí es atractivo, no lo es menos su subtítulo: “Conversaciones de John Lewis con Herbie Nichols acerca de ciertas excentricidades de Thelonious Monk”. Extraordinario título, soberbia interpretación.

Sube el primer invitado, a quien Iaies presenta de la siguiente manera: “algo bueno debo haber hecho en la vida para tener el placer de compartir un escenario con Pepi Taveira”. Sentado frente al pianista sólo con un tambor y un par de escobillas, el baterista brindó una performance brillante en Hallucinations, de Bud Powell, donde la mano izquierda de Iaies vuelve a hacer estragos.

Ya en trío, con el contrabajista Arturo Puertas (“la quintaesencia del perfil bajo”, según el pianista) se introducen en una –por momentos- épica versión de Nefertiti, con un Taveira más liberado ofreciendo un gran trabajo sobre los toms y un Puertas sólido intercalando dedos y arco. Continúan con la deliciosa Una perla en el vacío, donde aparecen el Iaies más reconocible, la habitual solidez de Puertas (con un solo que hizo sonreír a Iaies con cara de “feliz cumpleaños”) y las sutilezas de Taveira recurriendo nuevamente a las escobillas.

Luego de una potente y casi irreconocible versión de Monk’s Mood, sube Ricardo Cavalli (“cuando sea grande, quiero ser como Cavalli”, lo presentó el pianista) para interpretar, en cuarteto, Emilia. Y, como corresponde, el saxofonista se hizo dueño de la escena para bien de propios y extraños. Una furiosa intro de Iaies con cita a Fuga y misterio, desemboca en el que ya es un clasicazo del pianista: Astor Changes. Aquí Taveira rompe parches y baquetas. Bienvenido. Puertas sigue en una noche inspirada y, mientras Iaies juega como un chico, Cavalli se destapa con un solo increíble que incluyó frases de Salt Peanuts. El terrorismo se adueñó del escenario; los cuatro la gastan. Y cuando parece que el tema va a explotar definitivamente… lo terminan en fade. Impecable.

Al llegar el turno de No hay dos sin tres, Taveira abandona el escenario. Cavalli se carga el liderazgo al hombro, pero el pasaje a dúo ente Puertas e Iaies hace pensar en una versión así, peladita, gorda, intensa, íntima.
Para Autumn in Saavedra, el pianista invita a Miguel Tarzia. Solitos los dos (en una versión que me pareció un poco extensa) y en plan muy distinto al habitual, el guitarrista rinde igual. Fue la única participación de Tarzia en la noche. Lástima, queríamos un poco más.

Nuevamente en cuarteto (con el aporte de Taveira, Puertas y Cavalli en clarinete), interpretan Algún día nunca llega. El arreglo es un hallazgo. Un lamento casi gospel; versión lenta, pausada, con precisas y preciosas intervenciones de Iaies y Cavalli.
El cierre oficial del concierto, con potente intro de Taveira, es con otro hit single: Valsecito para una rubia tremenda. Un gran acierto la inclusión del clarinete, lo que le dio al tema un aire klezmer que le sentó fenómeno. Gran final.
El bis fue para un largo, generoso y emotivo Años de soledad, interpretado a dúo por Iaies y Cavalli, esta vez en tenor.
Todos felices.

Pero también estuvimos el jueves 09, en una mejor ubicación y ratificando todo lo bueno que habíamos presenciado. Pero mejor.
Pudimos apreciar mucho mejor el habitual “boxing” del pianista, que además parece leer o copiarse (como en el colegio) de un machete inserto en las cuerdas del instrumento. Impresiona y alegra verlo a Iaies dialogar con el piano. Porque es como si le hablara. Y además parece escucharlo. Se llevan fenómeno.
En el segmento en soledad, Iaies agregó una notable lectura del Cuando ya me empiece a quedar solo, de Charly García. En esta segunda noche, nuestras plegarias fueron atendidas y Tarzia tuvo otra presencia y contención en De tal palo tal astilla, del que también participara Puertas.
Las versiones, ayudadas por un sonido aún mejor que en la función anterior, sonaron más ajustadas, con los músicos animándose a más y con Iaies (en varias ocasiones) observando embobado a sus músicos ante cada intervención.

El pianista Adrián Iaies presentó en forma oficial en La Trastienda su disco triple UnoDosTres.
Y, como un verdadero titán, ganó por puesta de espaldas.

Marcelo Morales

Nota: Las fotos fueron cedidas por el Maestro Horacio Sbaraglia

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