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Kashmir: No Balance Palace

Kalifornia, Jewel Drop, The Cynic, Ophelia, Diana Ross, The Curse of Being a Girl, She’s Made of Chalk, Ether, Snowman, Black Building, No Balance Palace

Músicos:
Kasper Eistrup: voz, guitarra
Mads Tunebjerg: bajo
Asger Techau: batería
Henrik Lindstrand: teclados, guitarra
Invitados:
Lou Reed, David Bowie: voces

Sony/BMG, 2007

Calificación: Dame dos

Una explosión.
Tum, ta-tum-tum-ta… tum-tum, ta-tum-tum… ta…
I wiiish I… knew where this deeeeevious rooooad endddsss… Dog fiiiights… in the street lights or indiference? Death haaaangs… patieeeennntly under the mirrorbaaaaall… and no oneeee… seems to nooootice hiiiim aaaat aaaall…
Ustedes pensarán… bah… ya lo piensan… que estoy gagá, ¿verdad?
Es muy probable; pero no por lo que acaban de leer.
Porque yo creía que estaba prácticamente solo en la patriada; pero ahora sé que no es así.
La situación ocurrió en una populosa disquería de Palermo. Sonaba justamente el tema No Balance Palace, de la agrupación Kashmir. Un cliente a quien conozco, probo en conocimientos musicales, alejado del rock desde hace años y hoy inmerso en el jazz alternativo, preguntó:
– ¿Qué es esto?
(El vendedor, simplemente muestra la tapa del CD sin emitir sonido alguno).
– Me lo llevo.
– Pero… ¿no querés escuchar algún otro tema?
– No… no hace falta… mirá… (muestra su brazo derecho); hacía años que un tema de rock no me ponía la piel de gallina.
Fin de la anécdota.

Reconozco mi ignorancia. No los conocía. Y me acerqué a ellos por el nombre, Kashmir, que me recordó a mi tema preferido de Led Zeppelin. Me dije que tal vez no tuviera nada que ver, pero qué perdía con probar… el disco… se entiende…
Y probé. Y entonces quedé así:
I wiiish I… knew where this deeeeevious rooooad endddsss… Dog fiiiights… in the street lights or indiference? Death haaaangs… patieeeennntly under the mirrorbaaaaall… and no oneeee… seems to nooootice hiiiim aaaat aaaall…
Fanatizado con el tema que cierra el CD.
Tanto, que me costó escuchar el resto del disco.

Kashmir es un cuarteto danés conformado en 1993, debutando discográficamente un año después con Travelogue, al que le sucedieron Cruzential (1996), The Good Life (1999), Home Dead (2001) y Zitilites en el 2003.
El álbum que nos ocupa, No Balance Palace, se grabó en el 2005; pero recién este año fue editado en la Argentina vaya uno a saber por qué raros vericuetos. Que, la verdad sea dicha, poco nos importan. La cuestión es que Kashmir está entre nosotros. Lo admito, les llegué tarde y he vuelto a sentir ese estado virginal del que ya tenía pocos recuerdos.
Porque… ¿recuerdan la época en que la aparición de un disco era una fiesta?
Bueno… algo así…
En realidad esto es una excusa al no poder decir que No Balance Palace es el mejor álbum de la banda o el peor o lo que fuere.
Ningún prejuicio, ninguna tendencia, todo surge desde la audición de un disco de rock.
Sí… todavía hay quién los haga.

Y la grata sorpresa arranca con Kalifornia, tema que fuera compuesto en 2002 y que quedó afuera de Zitilites. Dicen los daneses que la frase “Kalifornia, have you gone wild?” no remite a la California estadounidense. Y yo les creo como al otro danés, Lars Von Trier, cuando decía que Dogville tenía nada que ver con los Estados Unidos, je… Y si el CD arranca así… caramba…
Las buenas siguen en Jewel Drop. Kashmir, por momentos suena a una suerte de Sonic Youth contenido. Su cantante, Kasper Eistrup, es bueno en serio aunque no faltará quien lo compare con Thom Yorke. A mí me acomoda más el danés, dicho sea de paso.
El clima en The Cynic es tal cual su título. Y denso. Sin desbordes, pero denso. Potente. Y además participa David Bowie, que parece que los conocía de antes. De antes que nosotros.
Ophelia, lo más calmo del álbum. Una historia trágica. Shakesperiana. Atrapante, casi hipnótica.

El cuarteto danés posee una solidez asombrosa. Predominan las guitarras pero es también muy bueno el trabajo de la base rítmica conformada por Mads Tunebjerg en bajo y especialmente Asger Techau en batería, contundente pero sutil, ideal para segundas escuchadas. Y terceras. Y más.
Diana Ross es un breve pasaje instrumental que introduce a The Curse of Being a Girl. Simple, radial, teórico single, correcta, agradable, no mucho más.
She´s Made of Chalk hace que nos preparemos para algo grande. Y (esperen que bajo el volumen) es, sin dudas (mías, al menos) uno de los momentos en los que Kashmir parece dar cátedra. Y la da. ¡Carajolas! ¡El rock, hoy día, es posible! Una interesantísima letra en la que se intenta convencer a una suicida en potencia que no… que ni se le ocurra… si escuchó, la protagonista is still alive… and well. El final es de una potencia demoledora.
No dan respiro. Ether es otra de esas melodías que hubiera deseado componer… cualquiera. “Es muy fácil enloquecer”, dicen los daneses, para culminar con una rara sentencia: “refrigerá tu fuego”. Un lamento desesperado porque… este Kasper Eistrup, la verdad, compone fenómeno. Y, como hacía rato no escuchaba, el aporte minimal de los teclados pasan a ser, disimuladamente, el corazón del clima. Hasta que las guitarras toman por asalto la canción (sí, la canción) y en medio de la distorsión la voz de Eistrup que, sin elevarse, sobresale por lo prístina.

Vamos tan bien que da pena que falten solamente tres temas. Snowman retoma cierta densidad con infinitas capas de guitarras que se entrelazan por delante, por detrás, por abajo, por arriba… Ritmo machacante, sin demasiadas variaciones. Estamos mal acostumbrados. Buen tema, poco más.
Aunque… el final se pega con Black Building, que comienza con Lou Reed recitando sobre guitarras que… ídem anterior. La historia gira en torno a un edificio negro en una esquina y las dudas de lo que existe y ocurre en su interior. Hipnótico, atrapante, ubicado en el momento justo, gran elección la de Reed. Gran decisión la de Lou en aceptar.
El tema se va pero… ¿a qué no saben qué ocurre?
Se pega al tema siguiente, que es el que cierra el álbum, o sea:
Una explosión.
Tum, ta-tum-tum-ta… tum-tum, ta-tum-tum… ta…
I wiiish I… knew where this deeeeevious rooooad endddsss… Dog fiiiights… in the street lights or indiference? Death haaaangs… patieeeennntly under the mirrorbaaaaall… and no oneeee… seems to nooootice hiiiim aaaat aaaall…

Y yo que no puedo seguir escribiendo porque ya está, lo que quería decir fue dicho, o al menos una parte, y además pasó la explosión y la base es arrolladora, contagiosa y brillante y sí, el tema vale el álbum, pero el disco es más, mucho más que este tema y los desafío a que comprueben que todavía hay chances (ellos mismos dicen aquí “nothing is lost”), porque los daneses me han brindado una alegría de las buenas y, la verdad, siento culpa, porque me perdí unos cuantos años de esta banda, aunque… ¿quién sabe cuántos gané?

Marcelo Morales

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