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Trio M: Big Picture

brainFire and bugLight, For Bradford, Naive Art, Big Picture, Modern Pine, Secrets to Tell You, FreeKonomics

Músicos:
Myra Melford: piano
Mark Dresser: contrabajo
Matt Wilson: batería

Cryptogramophone, 2007

Calificación: Dame dos

Cualquiera puede adquirir la técnica, pero el verdadero reto es traer a este mundo un signo de individualidad y de identificación (Max Roach) 

Siempre nos quedamos con la foto final, la del premio y el reconocimiento; pero muy pocas veces accedemos al frustrante y duro camino de hacer lo que nos gusta en el marco de una sociedad en donde somos esclavos de los compromisos laborales, familiares o de otro tipo. Aunque no resulte sencillo, una forma de potenciar la creatividad es hacer más lo que nos gusta y menos lo que nos disgusta. Pese a la obviedad de lo manifestado, la infrecuencia en su concreción nos indica que esa ecuación es casi imposible de resolver para la gran mayoría.
El tema sin lugar a dudas da para mucho más, así que por el momento dejaremos la confección de la lista de lo que nos gusta y lo que no, como tarea para el hogar.
Un buen consejo es empezar gastando la energía psíquica de tal manera que nos reporte mejores rendimientos organizando la actividad, el espacio y el tiempo en provecho propio, pero sin perder de vista jamás que todo proceso creativo es fruto de un esfuerzo de años de dedicación a un tema.

Un buen ejemplo de músicos que pueden ser retratos vivientes de la foto del reconocimiento son los integrantes del Trio M. Cuando tres músicos consagrados se reúnen para formar una unidad conceptual, el resultado suele ser impredecible; sobre todo si los involucrados se desarrollan habitualmente en contextos diferentes. Sin embargo, los miembros del Trio M aceptaron el desafío de mancomunar esfuerzos asumiendo el compromiso de materializar su pretensión creativa con el álbum Big Picture. Pero además, Myra Melford, Mark Dresser y Matt Wilson, al corporizar su propuesta, enfrentaron con hidalguía el escollo que representa adoptar como vehículo de expresión una de las geometrías musicales más transitadas en el jazz de las últimas décadas: el trío de piano, bajo y batería. No resulta extraño que ese formato sea recurrente ya que, justamente, el triángulo es una de las figuras básicas en geometría. Aclaremos que el triángulo es un polígono con tres puntos no colineales que forman sus vértices y tres segmentos de recta que definen sus lados y determinan un plano. Existen varios tipos de triángulos. Está el equilátero, en el que sus tres lados tienen la misma longitud y los ángulos de sus vértices miden lo mismo. Hay un triangulo con dos lados y dos ángulos iguales al que se denomina isósceles y también uno llamado escaleno cuyos lados y ángulos son todos distintos. Aunque uno de mis favoritos es el triángulo amoroso, que es aquél en el que uno de los puntos intenta introducir su segmento en alguno de los ángulos sin ser descubierto por el otro lado. Bueno, espero no estar yéndome por la tangente así que mejor vayamos al centro de la cuestión. Y hablando de centro… Geométricamente podemos definir varios centros en un triángulo. El baricentro es el punto que se encuentra en la intersección de las medianas y equivale al centro de gravedad. El circuncentro es el centro de la circunferencia circunscrita, el incentro es el centro de la circunferencia inscrita que se encuentra en la intersección de las bisectrices de los ángulos y el ortocentro… que no quiero ni imaginar en qué lugar se encuentra…

No sé cómo llegamos a este punto de la conversación pero voy a aprovechar este momento para comentarle que Big Picture es el álbum debut de una banda llamada Trio M… Pese a un pormenorizado esfuerzo deductivo y de investigación detectivesca que empalidecería al mismísimo Hércules Poirot, hasta el momento no he podido determinar por qué Myra, Mark y Matt denominaron Trio M a su proyecto; pero créame que lo tengo en la punta de la lengua.

Big Picture inicia con brainfire and budLight, composición de Melford dedicada a Andrew Hill que formara parte del álbum del Myra Melford’s Tentet, Where the Two Worlds Touch, de 2004. En la versión del Trio M hallamos una serie de motifs menos caóticos que en el original, con un ostinato en 5/4 en el que cada miembro ejerce gradualmente su liderazgo hasta converger en dos acordes en 6/8 que impulsan un dramático solo de piano. La estructura adoptada parece heredar la fluidez y el lenguaje armónico de Bud Powell y el gusto por los silencios y los acordes inusuales de Thelonious Monk. La riqueza del entretejido melódico admite capas superpuestas; pero el dominio de la tensión y la natural complejidad del soporte rítmico, le permiten configurar un universo musical singular que cubre emociones diversas sin caer nunca en el manierismo. Y todo expresado en un contexto en el que la partitura y los espacios de libre improvisación resultan integrados para ofrecer una sensación paradojal que conjuga densidad, alegría y melancolía.

Siguen con For Bradford, tema que Mark Dresser incluyera en su álbum Aquifer, de 2002. La composición esta dedicada a Bobby Bradford, quien fuera mentor y compañero de Dresser en la Black Music Infinity pero, a su vez, admite un amplio abanico de influencias que van de Ornette Coleman a Ligetti y de Anthony Braxton a Nancarrow. Aquí el contrabajo y el piano constituyen un reposado entramado armónico para luego confluir en una despiadada “tormenta de dedos” a cargo de Melford y un posterior solo de Wilson en el que se destaca tanto por elevar su instrumento a un rango melódico a lo Max Roach como por demostrar la forma en que deben moverse los miembros articulables del cuerpo sin hacerse un nudo.
Naïve Art es una composición de Matt Wilson en homenaje al baterista Paul Motian. El contrabajo con arco y un sutil pasaje en escobillas abren paso al piano para que éste insinúe una melodía que contiene la simplicidad, candidez, espontaneidad e ingenuidad que caracterizan al arte naïf aludido en el titulo. Luego, el dibujo musical muta en un pasaje en blues que remite a las fuentes del inolvidable Herbie Nichols para finalmente permitir que Dresser manifieste su pasión por el potencial del sonido de su instrumento con un pizzicato descomunal.
En la extensa Big Picture el trío recorre con lirismo y exquisitez tímbrica diferentes territorios con amplios pasajes de libre improvisación, de los que emerge la sobresaliente técnica de los miembros de la banda.

A continuación hacen Modern Pine con dedicatoria a Ed Thigpen, tema de Dresser también perteneciente a su álbum Aquifer. Una intro en blues que por momentos recuerda a Dazed and Confused de Led Zeppelín pero manifestándose en un contexto en el que las notas justas resultan privilegiadas en desmedro del derroche pirotécnico. El sobrecogedor paisaje transmuta progresivamente en un segmento a puro swing hasta delinear una parábola que nos deposita en la secuencia inicial.
Secrets to Tell You es una poética versión camarística del tema de Myra Melford incluido originalmente en el álbum Where the Two Worlds Touch, en el que ninguno de los integrantes del trío domina pero todos brillan.
El cierre es con una composición de Matt Wilson en 7/4 titulada FreeKonomics cuya melodía evidencia la frescura y el sentido del humor que caracterizan al baterista, con destacados aportes de Melford y Wilson y un brillante pasaje de Dresser en el que despliega al máximo su técnica basada en la utilización de métodos electro-acústicos y la amplificación del instrumento en forma no ortodoxa.
Síntesis: Tres músicos que por separado se han caracterizado por hacer siempre lo que les gusta convergen aquí geométricamente en un triángulo que, aunque suene contradictorio, les salió casi redondo.

Como no sabían que era imposible, lo hicieron (Seth Jackson)

Sergio Piccirilli

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