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Mary Halvorson & Jessica Pavone: Thin Air

For You or Them, Thin Air, Juice, Barber, Sinking, Ten Year, Lullaby, And Goodnight

Músicos:
Mary Halvorson: guitarra eléctrica, voz
Jessica Pavone: viola, voz

Thirsty Ear Recordings, 2009

Calificación: A la marosca

Existe algo más importante que la lógica: la imaginación (Alfred Hitchcock)

La violista Jessica Pavone y la guitarrista Mary Halvorson, además de descollar en sus respectivas carreras como solistas o líder de banda, han estado asociadas en proyectos diversos pero de similar rigor y compromiso creativo. Ambas integran el notable Taylor Ho Bynum Sextet, compartieron créditos en Jason Cady & The Artificials, integran la propuesta cooperativa enunciada en The Thirteenth Assembly, unieron fuerzas con Devin Hoff y Ches Smith en Calling All Portraits y han sido vértices ineludibles en la geometría musical trazada por el genial Anthony Braxton para algunos de sus ensambles más recientes. La necesidad de documentar la comunión de intereses, conceptos e ideas existentes entre ambas, las llevó a diseñar una alianza estética en formato de dúo. Esta coalición artística tuvo su debut discográfico con Prairies en 2005, continuó dos años después en el álbum On and Off y ahora se prolonga en su nuevo trabajo: Thin Air.

El cuerpo principal del alegato proclamado por el dúo orbita la delicada intimidad de la música de cámara, abreva en el discreto encanto de la tradición del folk, orilla los confines del jazz y acepta los códigos de la libre improvisación; pero todo eso bajo el influjo gravitatorio de la exploración en nuevas formas de canalizar la creatividad.
La creatividad se funda en tres principios básicos: el acto de inventar algo nuevo, la capacidad de encontrar soluciones originales y la voluntad de transformar o modificar el mundo. La creación es un proceso interior que se alimenta con la ayuda de elementos que se obtienen del mundo exterior. Crear es experimentar y, por lo tanto, es el resultado de un largo trabajo de elaboración. En materia de arte, el creador auténtico no sólo es un ser dotado sino también alguien con capacidad para organizar, a través del uso del pensamiento original, las estrategias mentales que conducen al acto creativo. La cualidad creativa se valora por el resultado obtenido, es cierto, pero la jerarquización adjudicada a ese resultado seguramente dependerá de la concepción estética de cada individuo. No obstante, la multiplicidad de valoraciones de las que es pasible todo acto creativo, el desarrollo del pensamiento original del que se nutre, halla raíz común en la imaginación.
La imaginación nos permite abstraernos de la realidad, para evadirla a través de la fantasía o para desarrollar una inferencia que nos permita acceder a un escenario en el que estén representados experiencias, personajes y emociones. La imaginación juega un papel crucial en la comprensión de la vida ya que posibilita la reconstrucción del pasado, ayuda a comprender cabalmente el presente y también facilita la anticipación de hechos futuros. La actividad imaginativa consiste en formar representación de objetos, contextos, realidades o afectos en ausencia de ellos y se caracteriza por la capacidad de crear mundos fantásticos, íntimos y propios donde el sujeto es generalmente el protagonista y donde no existen ni límites ni restricciones de ninguna clase para el impulso de su libertad.

Este concepto es la piedra basal que impulsa al dúo integrado por Mary Halvorson y Jessica Pavone y su álbum Thin Air es la inequívoca materialización evolutiva de la esencia en que se funda. Thin Air se aparta de caminos trillados, manifiesta independencia de pensamiento, se vincula con lo insólito y desarrolla ideas quiméricas y disparatadas para configurar, así, una utópica y embriagante cosmogonía musical expresada con un potencial creativo (y vale la aclaración) de signo positivo.
Carl Rogers, en su libro El proceso de convertirse en persona, señala que el potencial creativo puede manifestarse de manera positiva o negativa y que puede ser aplicado con idéntica intensidad tanto por alguien que está componiendo una sinfonía como por quien idea métodos de tortura. Incluso, y esto corre por mi cuenta, pueden darse ambas situaciones simultáneamente, como en los casos de algunos compositores que, aplicando su potencial creativo para escribir una sinfonía, sólo logran crear un método de tortura. Excepcionalmente, podemos encontrarnos con compositores en los que esa circunstancia es algo más explícita, tal como ocurriera con el inolvidable Frederic Johannes Papalaqua y algunas de sus obras. Por ejemplo, su ópera La Confesión Opus 1: El Cepo, Opus 2: La Mazmorra, el Requiem para instrumento de cuerda solista La Horca, la Suite La Hoguera en dos movimientos Tocata con Fuocco y Finale y su famosa obra Música de Cámara de Gas para cuarteto de Prisioneros.
Por suerte, éste no es el caso del proyecto que asoció a Pavone y Halvorson, el cual está lleno de potencial creativo de signo positivo.

El dúo demuestra desde el comienzo del álbum, con For You or Them, que a pesar de la limitada paleta instrumental su rango dinámico es enorme. Sobre una sencilla obertura en la que confluyen con naturalidad arpegios obsesivos, intrigantes acordes y voces despojadas de todo artificio, emerge la viola de Pavone para delinear un mapa melódico de impronta camarística que, al incorporar las oblicuas resonancias armónicas de la guitarra de Halvorson, muta en inverosímiles estructuras de seductora abstracción. Es como si al intuitivo estilo compositivo e inocente lirismo de The Shaggs le sumásemos un doctorado en microtonalismo; o como si enlazásemos los principios de producción “audio verité” enarbolados por Robert Fripp en el álbum de Daryl Hall Sacred Songs de 1977 y junto a The Roches en 1979, con la laberíntica desnudez manifestada por Anthony Braxton en 3 Compositions of New Jazz. Todo eso aunado en un discurso muy personal, de innegable frescura e inaudita imaginación.
La comprensión de los mecanismos de la imaginación ha apasionado al hombre a lo largo de la historia. Uno de ellos, el filósofo autodidacta Carlos Timoteo Williams, dedicó gran parte de su vida a estudiar la utilización de la imaginación aplicada a la creatividad tomando como base estructural para su análisis a Sócrates, pese que a Williams le disgustaba el uso de la llamada “ironía socrática” mediante la cual el filósofo griego, al conversar con la gente, fingía saber menos para luego hacer notar sus errores. Tal vez por ello, Williams jamás aceptó fingir que tenía menos conocimientos… ¡tuvo menos conocimientos! De todas maneras, eso no fue impedimento para llevar a su mínima expresión el axioma socrático “Sólo sé que no sé nada” y así arribar a una conclusión en sus estudios. Fue entonces que acuñó a manera de conclusión su célebre frase: “No sé nada”. Muchos han intentado, con suerte diversa, ir al fondo de los procesos de imaginación aplicados a la creatividad y Carlos Timoteo Williams no fue la excepción. Fue al fondo… al fondo a la derecha.

Thin Air ofrece patrones rítmicos fracturados y un intenso flujo de energías confrontados en el obsesivo fraseo de guitarra y la expresiva pureza de la viola para homologar una estética musical todavía en estado virginal. Un fluctuante universo sonoro que oscila entre la delicadeza melódica de lo etéreo y el diabólico ímpetu del caos armónico. El instrumental Juice arranca como si fuera un Preludio de Bach pero uno imagina que esa orientación no durara mucho tiempo… e imagina bien. Pavone asume con gran autoridad la responsabilidad de conducir la melodía, mientras es interceptada por los indescifrables acordes de la guitarra de Halvorson. Al unificar esos bloques sonoros edifican una estructura que, a pesar de su complejidad, jamás resulta hermética ni inaccesible. El también instrumental Barber es un festival de sonidos infrecuentes y espasmódicos arrestos de violencia armónica, atravesados por elocuentes silencios y con amplios espacios adjudicados a la libre improvisación.
El siniestro dramatismo instrumental y la acotada oscuridad de sus versos tiñen a Sinking de impura belleza. Desde una pared sonora signada por pesados acordes, se abre paso la guitarra de Halvorson con una demencial intervención plena de estratégicas distorsiones y fraseos angulares. Pavone no se queda atrás y, en un explicito juego de complicidad, hace malabares con texturas y colores pero sin alejarse del centro melódico. Así hasta configurar un imaginario diálogo entre Robert Fripp y Ástor Piazzolla en el que intercambian puntos de vista sobre la música de Bela Bartok.

Ten Year proyecta una inquietante y sombría visión futurista de la música de cámara en comunión con descarnadas armonías vocales. Una apócrifa proyección en el tiempo de Seventeen Lyrics of Li Po, la revolucionaria obra microtonal para viola adaptada sobre textos del poeta chino Li Po, realizada a principios de los 30’s por el compositor estadounidense Harry Partch. Lullaby es una especie de arrullo multicultural asimétrico con eje en algunos de los postulados enunciados por la banda de folk experimental Spires That in the Sunset Rise. Mientras que And Goodnight, ofrece destellos del luminoso ascetismo que habita en algunas composiciones de Leonard Cohen.
Síntesis: Thin Air es frescura, desnudez, encanto, imaginación y originalidad.
Un viaje deliciosamente imperfecto e incontrastablemente humano que nos invita a hurgar en los ocultos secretos de la realidad.

La finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas, no el copiar de su apariencia (Aristóteles)

Sergio Piccirilli

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