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Dave Matthews Band: Big Whiskey & the GrooGrux King

Grux, Shake Me Like a Monkey, Funny the Way It Is, Lying In the Hands of God, Why I Am, Dive In, Spaceman, Squirm, Alligator Pie, Seven, Time Bomb, Baby Blue, You & Me.
Bonus Songs: Write a Song, Corn Bread

Músicos:
Dave Matthews: voz, guitarra
Carter Beauford: batería, percusión
Stefan Lessard: bajo
LeRoi Moore: saxo
Boyd Tinsley: violín
Invitados:
Tim Reynolds: guitarra
Rashawn Ross: trompeta
Jeff Coffin: saxo

Warner, 2009

Calificación: Está muy bien

No sé cuál es la razón por la que hoy día un nuevo disco de la Dave Matthews Band me provoca no poca expectativa, curiosidad e interés. Más (menos) aún cuando el rock (o pop-rock) me llama cada vez menos la atención por culpa de los propios músicos, cuando DMB marea de tanto material en vivo y tan escaso en estudio y ni qué hablar si el disco está dedicado fuertemente al saxofonista LeRoi Moore, integrante de la banda fallecido en un accidente automovilístico mientras el CD se estaba gestando…
Y el título hace referencia al difunto; y varias de las letras del álbum…
Tal vez será que…

Sé que Big significa "grande", que Whiskey… bueno… King es "Rey", pero… ¿GrooGrux?
Mire que busqué… lo único que encontré fue que a LeRoi Moore lo apodaban Grux.
Pero la verdad que esta cuestión de los nombres y los títulos a veces está supra-valorada. Hubo una época en la Argentina en la que se estilaba traducir todo: los títulos de los discos y de las canciones. Por supuesto que hay historias archiconocidas al respecto y quién no se ha topado con alguna de ellas…
Uno de los casos más célebres ha sido el Please, Please, Me, de The Beatles, que en su versión local fue rebautizado "Por favor, yo" (genialidad extrema). Con el cuarteto de Liverpool hay varias gemas: Get Back fue "Toma revancha"; Dig a Pony, "Cava un pony"… pero no fueron los únicos.
Flight of the Rat, de Deep Purple in Rock, pasó a llamarse "El vuelo de la mosca"; You Fool no One, también de Deep Purple, del álbum Burn, sorprendió con el tarzanesco "Tonto como ninguno"; Knife Edge, de ELP, fue "La era el cuchillo"… infinidad de ejemplos que no han hecho que un disco fuera mejor o peor por ello…
También me he topado con nombres de discos que jamás comprendí (y eso que no quiero adentrarme en el terreno de los álbumes instrumentales). No me mire de soslayo, que a usted seguramente le habrá ocurrido lo mismo y no pocas veces…

O sea que entender o no lo que significa GrooGrux no me quitará el sueño (en realidad padezco de insomnio y mucho por quitar no hay), así que podemos seguir adelante sin excusas. Más aún cuando al menos tenemos en claro que Moore era apodado Grux.

Pero estábamos en las razones que activan mi interés ante la edición de un nuevo disco de la Dave Matthews Band. Que se titula Big Whiskey & the GrooGrux King y que se sabe que Big significa… ¿eh? Ah… disculpe… por un momento, creo, me dispersé…

Un tal Dave Matthews, en 1991, había compuesto algunas canciones pero no quería grabarlas solo con su voz y su guitarrita. Así convocó a algunos músicos, entre los que se encontraba Moore y un párvulo de apenas 16 años, Stefan Lessard, aún hoy bajista de la banda. El debut discográfico fue dos años después con Remember Two Things al que le sucedieron, ya en Sony, Under the Table and Dreaming en 1995 y Crash en 1996; lo que siguió fue el primero de una larguísima lista de álbumes en vivo: Live at Red Rocks 8-15-95. De ahí en más, la historia está al alcance de todo mortal. Matthews también comenzó a trabajar en dúo con un invitado permanente de la DMB, el notable guitarrista Tim Reynolds. Y tuvo lo suyo también como actor y editó su único CD solista hasta el momento en 2003: Some Devil.

En realidad creo que no es la banda la que me produce curiosidad o expectativa sino su líder. Porque me es difícil imaginar a los mismos músicos acompañando a otro cantante (y que me interese); sin embargo, son las peripecias de Matthews las que sigo de cerca.
El tipo me cae bien y ha hecho bastante para que ello ocurra. Su grupo es de los más serios dentro de una corriente musical que en general llama a la risa burlona, habida cuenta de los desatinos que, especialmente en los últimos 20 años, se han cometido en su territorio. No están solos, por supuesto. Ahí tenemos dos buenos ejemplos como Wilco y Kashmir, que también son serios, sólidos, pensantes… y sus instrumentistas saben más de cuatro notas. Te juro.

Dave Matthews Band acaba de editar su séptimo álbum en estudio en 18 años de existencia. El primero en cuatro años. Y con una desgracia en la mochila.
Generalmente en estos casos lo lacrimógeno se eleva por todo lo demás y dicha actitud suele justificarse, apañarse, comprenderse y hasta alabarse. Pero a mí Dave Matthews me cae bien y espero no haberme equivocado tanto.
La grabación ya estaba en marcha cuando ocurrió el accidente de LeRoi Moore. La banda decidió seguir adelante utilizando las partes ya grabadas por el saxofonista (y déjeme pensar que lo que no servía se desechó). Para completar la cuestión convocaron a Jeff Coffin, de Béla Fleck & the Flecktones, quien luego del fatídico suceso fue el reemplazante de Moore en las giras que DMB tenía pautadas.
El inicio sí, es un instrumental de poco más de un minuto en el que predomina el saxo de Moore; que además de funcionar como una interesante intro del disco, se pega en buena forma a Shake Me Like a Monkey, un tema que me ha llevado directa y afortunadamente a la vigorosa oscuridad de Before These Crowded Streets (1998), con sus contratiempos y un gran trabajo de Carter Beauford en batería. Matthews canta como siempre; o sea, bárbaro. Y si bien la letra trasluce un socorro amoroso, es factible pensar en un mensaje al amigo ausente: "Dios y el diablo, solos, no hubieran podido crearte. Deben haber trabajado juntos, como si fueran uno". Ah… Matthews escribe así de bien…

Funny the Way It Is, una densa balada, poco complaciente, con buen trabajo de guitarras, con una previsible labor de Tinsley en violín, con presencia casi asegurada en sus conciertos y otra referencia sutil: "a soldier's last breath". Lying In the Hands of God, otra balada pero con excesivo rosa en su haber, claramente dirigida a Moore y musicalmente el costado que menos me atrae del grupo a pesar que el inquieto de Beauford hace de las suyas por detrás.
Why I Am nos saca de prepo de la temporal abulia a fuerza de un contagioso riff y una base rítmica admirable (mencionemos a Lessard también, su sobriedad merece algún reconocimiento). Y el mensaje aquí se positiviza: "… es por eso que aún estoy aquí bailando con el GrooGrux King". Así sí… y hasta dan ganas de bailar, aunque uno posea dos piernas izquierdas. Candidatazo a inoxidable hit y futuro rompeparlantes.
Dive In es otra balada que aporta más bien poco a pesar de sus condiciones de radiabilidad. O tal vez por eso… Compensamos rápido con Spaceman, uno de esos temas que parecieran ser marca registrada y propiedad exclusiva de Matthews. Interesantísima letra y un gran trabajo instrumental del grupo todo. Un highlight del CD. Las buenas siguen con la exquisita Squirm: "No soy un rey, ni un héroe, ni un tonto; no soy perfecto, soy carne y hueso y exactamente lo que necesitás". El cantante se enoja, sufre, implora, transmite. Y se le cree.

Además de los músicos que hemos citado, hay una larga lista de "músicos adicionales". No se especifica quién toca dónde. Pero en Alligator Pie es muy bueno el aporte en banjo de Danny Barnes. Imaginen ustedes a Led Zeppelin atravesado por Béla Fleck & the Flecktones. Tal cual.
Matthews recurre a cierto falsete en el comienzo de Seven, que no está mal pero cuenta con algunos clichés que bien podrían haberse evitado (en especial en los bronces). Time Bomb tampoco pasará a la historia a pesar de su tinte épico (especialmente hacia el final). La banda ha realizado entregas mucho mejores. Baby Blue prefiero pasarla por alto; es interpretada en guitarra acústica y cuerdas. Listo.
Oficialmente el disco se cierra con You & Me, que tampoco aporta demasiado en su mensaje optimista pero que suena con escasa convicción.

No entiendo el por qué de la denominación "Bonus Songs", pero bienvenidas sean ambas en este caso. Write a Song es una balada de las buenas y Corn Bread cierra el CD en gran forma al punto de convertirse en uno de los momentos más logrados, también con el aporte en banjo de Danny Barnes. Otro de los highlights.

Dave Matthews Band ha demostrado que, a pesar de la pérdida de uno de sus miembros fundadores, tiene mucho hilo en el carretel y del bueno. Su líder ha encontrado la manera de homenajearlo sin caer en la necrología barata haciendo, imaginamos, un esfuerzo ciclópeo por transformar en arte un hecho desgraciado.
Big Whiskey & the GrooGrux King es un muy buen trabajo que, si bien es desparejo (como todo disco en estudio de la banda), refleja claramente y una vez más que la DMB es una de las agrupaciones más serias y comprometidas de la música popular contemporánea.
Y uno que anda preocupándose por el significado de Groogrux

Marcelo Morales

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