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Juan Pablo Hernández: La memoria de los sueños

Moebius, Maggie and Milly and Molly and May, No necesariamente, Cuando abajo no haya nada, Refutación del regreso, Todos los nombres, La memoria de los sueños, Y ya ves, Ciorán

 

Músicos:

Juan Pablo Hernández: guitarra

Rodrigo Domínguez: saxo tenor y soprano

Ernesto Jodos: piano

Carlos Álvarez: contrabajo

Martín Lambert: batería

 

Sello y año: BAU Records, 2011

Calificación: Está (más que) bien

 

El guitarrista, compositor y docente Juan Pablo Hernández no se anduvo con chiquitas a la hora de elegir compañía para su álbum debut. Grabado los días 19 y 20 de junio de 2011, La memoria de los sueños cuenta con parte de lo más renombrado del jazz contemporáneo argentino: Rodrigo Domínguez (saxo tenor y soprano), Ernesto Jodos (piano), Carlos Álvarez (contrabajo), Martín Lambert (batería) y el líder en guitarra y composición.

El disco incluye nueve piezas originales enroladas en lo que podríamos denominar jazz moderno pero con elementos que marcan un fuerte respeto por la tradición, así como también una búsqueda en la que confluyen la clásica contemporánea, estructuras afines al pop, al blues y al rock y también cierto tinte ciudadano.

Juan Pablo Hernández se revela como un ejecutante pulcro, con un sonido prístino y que, lejos de resultar invasivo, permite que la presencia de los demás componentes del quinteto no pase desapercibida. Nació en 1982, estudió con Ernesto Jodos, Sergio Álvarez, Juan Pablo Compaired, Daniel Johansen, Juan “Pollo” Raffo y, en 2009, tomó clases particulares con Steve Cardenas y Ben Monder. Entre 2007 y 2009 lideró Deshoras (que completaban Andrés Hayes en saxo tenor, Pedro Ahets Etcheberry en batería y Federico Llach en contrabajo), con el que editara por BAU Records un álbum de música original en 2009. Integró la big band Inmigrantes y en la actualidad forma parte del trío de Gustavo Bergalli, el quinteto de Teodoro Cromberg y la Orquesta Ruido Negro, combo de 9 guitarristas que lidera Sergio Álvarez. Además ha compartido grabaciones o actuaciones con Daniel “Pipi” Piazzolla, Juan Pablo Arredondo, Sergio Verdinelli, Enrique Norris, Gustavo Musso,Esteban Sehinkman, Ezequiel Dutil, Hernán Hecht, Franco Fontanarrosa, Damián Fogiel, etc.

 

La memoria de los sueños no proporciona un camino de estridencias ni distorsiones; ofrece, en cambio, melodías muy bien construidas y, aunque no abundan las bifurcaciones inesperadas, varios momentos bellos, adictivos y con protagonismos rotativos (a veces compartidos), en los cuales los músicos muestran mucho de lo bueno que saben ser.

El enigmático y camerístico inicio de Moebius predispone de la mejor manera; Hernández se permite un pasaje en soledad luego de las interesantes intervenciones de Rodrigo Domínguez y Ernesto Jodos. Maggie and Milly and Molly and May es, además del título de un poema de e.e. cummings, una delicia en slow tempo comandada inicialmente por el saxofonista en contrapunto con una base melódica enigmática y lúcida que remite a varios de los buenos momentos de Brad Mehldau. No necesariamente también atrapa desde el inicio con el dueto ofrecido por Rodrigo Domínguez en saxo y Carlos Álvarez en contrabajo. Cuando el quinteto ataca produce uno de los momentos más atrayentes del álbum con un solo de Hernández que explica en parte por qué fue uno de los finalistas del Gibson Montreux Jazz Guitar Competition, al que le sucede una buena entrega de Jodos sobre una entramada base a cargo de Álvarez en contrabajo y Martín Lambert en batería.

 

Cuando abajo no haya nada es una balada previsible que incluye el liderazgo momentáneo del contrabajista primero y del saxofonista después. La misma tónica se percibe en Refutación del regreso, con Domínguez en saxo soprano y buenas intervenciones solistas. No mucho más. Todos los momentos retoma en parte el énfasis del inicio del álbum con una suerte de coda in crescendo que levanta el sport. La memoria de los sueños (el tema) es otra melodía amable que, promediando la composición, Hernández intenta vigorizar mediante un correcto solo. La simpleza lindante con el pop de Y ya ves entrega un momento en trío liderado por Jodos en piano que permite poco más que apreciar la solidez del tándem conformado por Lambert / Álvarez.

El cierre es con Ciorán (sin dudas dedicado al genial y atormentado escritor rumano). Pero no hay tormentos aunque sí una entrega que subyuga a cargo de Domínguez en saxo tenor y Jodos en piano, solitos los dos.

 

Juan Pablo Hernández ha concretado, con La memoria de los sueños, un buen debut como solista. Impecablemente ejecutado y con una trilogía inicial más que auspiciosa, luego el álbum transita por lugares (para este escriba) excesivamente amables. Pero es más que un buen debut, dicho está. Y si a la pericia técnica y calidad interpretativa, Hernández le agrega más riesgo compositivo y una mayor dosis de “terrorismo sonoro”… atenti con él.

Porque Juan Pablo Hernández tiene con qué.

Y lo que tiene, no es poco.

 

Marcelo Morales

 

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