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Todd Sickafoose’s Tiny Resistors: Un abrazo de oso

 

rotativa posta Blue Whale – Los Angeles, California (USA)

Sábado 12 de marzo de 2014 – 21:00 hs

 

El compositor y contrabajista Todd Sickafoose llegó al Blue Whale de la ciudad de Los Angeles en compañía de su banda Tiny Resistors –aquí con un rutilante octeto que completaron Adam Levy en guitarra, Jenny Scheinman en violín, Ben Goldberg en clarinete, Kirk Knuffke en corneta, Erik Deutsch en piano, Rob Reich en acordeón y Allison Miller en batería– para el estreno mundial de Bear Proof. En esta obra conceptual comisionada a Sickafoose por encargo de Chamber Music America, el autor ofrece un monumental relato sin palabras sobre el esplendor y la decadencia, ascensos y caídas e incesantes altibajos experimentados por el estado de California a lo largo de su historia.

Las periódicas transformaciones vividas en el llamado “estado dorado” (nombre con el que también se conoce a California) han manifestado su presencia desde los albores de los tiempos. Esta zona fue habitada milenariamente por nativos americanos hasta que en el siglo XVIII resultó colonizada por la corona española. Luego, tras la guerra de la independencia, California pasó a formar parte de México; pero poco después –a raíz de la guerra entre ese país y Estados Unidos y en cumplimiento del histórico Tratado de Guadalupe Hidalgo- la República Mexicana se vio obligada a ceder el territorio a los Estados Unidos. Sin embargo, los cambios y vaivenes en el historial californiano no están circunscriptos a cuestiones territoriales ya que, en el devenir de los dos siglos posteriores, sobrevendrían la explosión demográfica provocada por la fiebre del oro (de allí surgió el mote de “estado dorado”) a mediados del siglo XIX, una postura ambivalente durante la guerra de secesión (que en un principio dividió a la población entre apoyar a la unión o los sureños), el auge económico desarrollado a partir de la construcción del ferrocarril transcontinental y el establecimiento de la industria cinematográfica en Hollywood, la posterior desaceleración producida durante la Gran Depresión y el nuevo progreso impulsado en años recientes por la radicación en Sillicon Valley de algunos de los centros de tecnología informática más importantes del mundo. California –además de sus inagotables bellezas naturales- también ha sido epicentro de significativos movimientos sociales que abarcaron desde convertirse en la capital de la cultura hippie y las luchas por los derechos civiles hasta los movimientos en contra de la guerra de Vietnam y las movilizaciones a favor de la libertad de expresión, la libre orientación sexual y los derechos de los inmigrantes indocumentados.

aficheNo podemos precisar cuánto de todo ha servido como materia prima de la obra pergeñada por Todd Sickafoose, pero resulta innegable que Bear Proof suscribe a los cánones de la música programática debido a que en su núcleo creativo subyace un componente narrativo cuyo objetivo principal es evocar ideas, historias o imágenes extra-musicales que, en este caso, aspiran a simbolizar la convulsionada historia del estado de California.

El título de este trabajo hace referencia a los canastos de comida “a prueba de osos” (en inglés llamados “bear proof food canister”) frecuentemente utilizados para acampar en los bosques californianos; pero también alude al carácter emblemático que tiene el oso en la tradición del estado dorado. De hecho, la actual bandera de California tiene en su centro un oso grizzley y deriva del emblema utilizado durante la sublevación de colonos en 1846 que pretendió instaurar la llamada República de la Bandera del Oso o República de California.

 

A pesar de que la producción discográfica de Todd Sickafoose es escasa y espaciada –sólo incluye a los álbumes Dogs Outside de 2000, Blood Orange en 2006, Tiny Resistors de 2008 y el inminente lanzamiento de Bear Proof– ha sabido elaborar un temperamento musical visionario, sumamente original y de infrecuente calidad. En su ideario estético se amalgaman –entre otros géneros- el jazz, el blues, la libre improvisación, el americana, la música minimalista y el folk estadounidense para dar vida a unas partituras que siempre se distinguen por el lirismo melódico, la sutileza de texturas y cadencias, las dinámicas espaciosas y un indiscutible buen gusto para orquestar sus composiciones.

Todd Sickafoose’s Tiny Resistors se ha caracterizado por las frecuentes rotaciones en su alineación y formato; pero la versión expandida utilizada en la noche angelina para el estreno de Bear Proof es una especie de equipo de los sueños, ya que congrega a instrumentistas y líderes de banda de consumada trayectoria e innegable vigencia. A tal fin bastará con recordar que el clarinetista Ben Goldberg encabeza Unfold Ordinary Mind, Orphic Machine, el New Klezmer Trio e integra Tin Hat; la baterista Allison Miller lidera Boom Tic Boom y participa en el Honey Ear Trio y la banda de Ben Allson; el acordeonista Rob Reich es pieza fundamental de Tin Hat, Nice Guy Trio y Gaucho; la violinista –y también cantante- Jenny Scheinman se expresa en Mischief and Mayhem, colabora con Ani DiFranco y forma parte de Boom Tic Boom. Por su parte, el pianista Erik Deutsch tiene su propia banda, participa en el grupo del cantautor Shooter Jennings e integra el Jessica Lurie Ensemble; el guitarrista Adam Levy es cabeza de su propio trío y ha colaborado con las cantantes Ani DiFranco y Norah Jones; en tanto que el cornetista Kirk Knuffke lidera sendas formaciones en trío y cuarteto y es miembro de las agrupaciones Ideal Bread y Sifter.

TR3Los primeros setenta minutos del concierto ofrecido en el Blue Whale estarían dedicados con exclusividad a la interpretación ininterrumpida de las nueve piezas que integran Bear Proof.

La apertura, con Golden Gate, nos ofrece una dinámica llena de plasticidad y perfección armónica donde se van amalgamando unas cadencias de trazos leves, el detallismo en la articulación de los ornamentos, un ascenso coronado en su clímax por el solo de Erik Deutsch en piano y una resolución descendente trazada con innegable precisión y claridad.

El subyacente dramatismo y las sugerentes trayectorias de Bent Into Shape sirven para ratificar que, en el alegato estético elaborado por Todd Sickafoose, vanguardia y persuasión sonora van siempre de la mano. En un contexto de ejecución grupal superlativo sobresalen aquí los aportes de Ben Goldberg, primero en solo de clarinete y luego a dúo con el acordeón de Rob Reich.

La yuxtaposición de un groove envolvente y los briosos aires de raigambre hispana implícitos en la melodía, hacen que el término imaginación sea el que mejor define a Switched On, pieza en la que tiene particular destaque la corneta de Kirk Knuffke.

En la aparente simplicidad melódica de la deliciosa Flush convergen una serie de movimientos paladeados sin precipitaciones y con apreciable musicalidad en donde la -siempre luminosa-  guitarra de Adam Levy y los vivaces fraseos del violín de Jenny Scheinman asumen roles protagónicos.

TR4La confluencia de blues y folk estadounidense en Magnetic North crea un ámbito de impronta rural en cuyo desarrollo central afloran las notables aportaciones solistas de Todd Sickafoose en contrabajo, Adam Levy en guitarra y, muy especialmente, de Rob Reich en acordeón. El tema, finalmente, se desvanece en un clima etéreo e hipnótico signado por el vuelo de la corneta de Kirk Knuffke.

El episódico temperamento de Boom Bust Startup Ruin atraviesa sin apresuramientos un preludio en piano cargado de melancolía y el preciso ostinato comandado por el contrabajo de Todd Sickafoose para, luego, dar cabida a distintas secciones -todas ellas realzadas por la descomunal labor de Allison Miller en batería- en donde se alternan ciertos aires ellingtoneanos, el groove y el rock para acabar en el paroxismo del unísono final entre el clarinete, la corneta y el violín.

En el tramo final de Bear Proof, se sucederán la elegancia orquestal del luminiscente Turns Luck –aquí con una notable aparición en solitario de Erik Deutsch en piano-, el épico tránsito por la tradición del americana exhibido en Prospects y los contornos de blues que se divisan en el subyugante paisaje sonoro de Reverse Fortune. Ovación.

Tras un breve intermedio el octeto regresa para brindar nuevas versiones –especialmente adaptadas para esta alineación- de algunos clásicos de la banda.

Celling Fan in a Spoon (tema no editado pero que suele integrar el repertorio escénico de Tiny Resistors) parece trazar una bisectriz entre el jazz y la tradición folclórica que propicia -al conjuro de los impulsos percusivos de Allison Miller– un crescendo  resuelto en éxtasis de donde emerge el solo de violín a cargo de Jenny Scheinman.

Luego sobreviene una selección de piezas pertenecientes al álbumTiny Resistors de 2008. En primer turno, con las adictivas cadencias en blues del admirable Paper Trombones y luego con la expresiva melodía, coloridos ornamentos e imaginación sin frenos de Bye Bye Bees y la sutil relectura del poético Pianos of the 9thWard, en esta ocasión rubricado por un solo de Ben Goldberg en clarinete para el aplauso.TR2

El cierre fue con una magnifica adaptación del bellísimo Everyone is Going.

Todd Sickafoose, junto a Tiny Resistors, ofreció –como es costumbre- un concierto memorable pero que, además, permitió una primera aproximación al trabajo más ambicioso de su carrera: Beer Proof. Obra que, según lo ofrecido, resultó un auténtico regalo para los sentidos debido a su originalidad, equilibrio y claridad de conceptos.

En síntesis: una noche mágica, inolvidable y tan atrapante como… Un abrazo de oso.

 

Sergio Piccirilli

 

Agradecemos el aporte fotográfico realizado por Ysi Ortega y David Schwartz.

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