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Juan Bayón: Vidas Simples

 

BayonCumbia de Gambartes, Pausa, Aural, Rupturas (Variación simple), Ego, La vida simple, Fortaleza

Músicos:

Juan Bayón: contrabajo

Lucas Goicoechea: saxo alto

Diego Urbano: vibráfono

Santiago Leibson: piano

Sergio Verdinelli: batería

Sello y año: ears&eyes records

Calificación: Está muy bien

En la confluencia hay algo de magia, porque de la nada aparecen los ingredientes correctos, las cosas se juntan y surgen las ideas (Neil Gaiman)

 

El significado principal de la palabra confluencia hace referencia a la acción de confluir dos o más caminos, personas o cosas en un mismo lugar. Además, dicho término suele aplicarse con frecuencia en el ámbito de la hidrología para describir el espacio donde se unen dos o más corrientes de agua. Esta última acepción del vocablo confluencia -es decir, la que señala el sitio en el que las aguas se juntan- también puede asociarse a la idea de desembocadura. Sin embargo, ambos conceptos se diferencian entre sí por el hecho de que en la desembocadura los cursos de agua que convergen en un punto son desiguales, mientras que en la confluencia esas dos vertientes presentan dimensiones similares e idéntico caudal y tamaño.

Queda claro que, en la noción de confluencia, está implícito el movimiento ya que nunca se confluye de manera estática. Incluso cuando se trata de personas, siempre subyace la idea de que vienen de diferentes direcciones y van hacia un mismo lugar. Es por ello por lo que, en sentido figurado, el curso de una confluencia comprende la acción de hacer coincidir diferentes ideas, tendencias o puntos de vista para crear una entidad capaz de integrar a todas las partes en igualdad de condiciones.

Esas características y significantes del concepto de confluencia que acabamos de señalar, aparecen vivamente representadas -tanto en la concepción del proyecto como en su alegato musical- por Vidas Simples, la nueva producción discográfica del destacado compositor y contrabajista argentino Juan Bayón.

La sólida formación de Juan Bayón incluye estudios en contrabajo con Hernán Merlo, Javier Dragún y Juan Pablo Navarro, bajo eléctrico con Willy González, composición con Juan “Pollo” Raffo, audio-perceptiva con Ezequiel Finger y ensamble con Pepi Taveira, Carlos Lastra y Enrique Norris. Además, tomó clases con los músicos estadounidenses John Lockwood y Mark Helias, acredita experiencias académicas en la Escuela de Música Contemporánea y en la Facultad de Música de la UCA y asiste a la carrera de jazz del Conservatorio Manuel de Falla dirigida por Ernesto Jodos. En 2009 es becado para asistir al Banff International Workshop in Jazz and Creative Music dirigido por Dave Douglas, lugar en donde cursa estudios con Joshua Redman, Ben Street, Matt Penman y Clarence Penn.

En su prolífico trayecto musical acompaña en sendas formaciones a los pianistas argentinos Paula Shocron (Serenade in Blue de 2012 y Surya en 2014) y Adrián Iaies (Cada mañana te trae de 2015, La vida elige en 2016, La casa de un pianista de jazz de 2017), colabora con el baterista Andrés Elstein (en Inflexión de 2015 y Las Formas Cambian en 2018) y el saxofonista Sebastián Mazzalupo (El Gran Escultor de 2016 y Soles en 2018), apareció co-liderando el colectivo electroacústico Elefante, participa en el álbum Soledades permanentes del Ensamble Kuai y edita como solista los álbumes Trance de 2011 (secundado por Misael Parola y Juani Méndez en saxos, Rodrigo Agudelo y Martin Fernández en guitarras y Luciano Ruggieri en batería) y Control en 2014 (con Rodrigo Domínguez, Emmanuel Famin, Juan Torres y Pablo Moser en saxos y Fran Cossavella en batería).

Además de lo mencionado, trabaja con algunos de los músicos de jazz más reconocidos en Argentina (Ernesto Jodos, Esteban Sehinkman, Francisco Lo Vuolo, Carlos Lastra, Enrique Norris, Juan Cruz de Urquiza, Oscar Giunta, Sergio Verdinelli, Daniel “Pipi” Piazzolla, Sergio Alvarez, Rodrigo Domínguez, Juan Pablo Arredondo, etc.), comparte escenarios con músicos de géneros populares (Manuel Wirtz, Valeria Lynch, David Lebón, Enrique Llopis, Daniel Viglietti y muchos más) y en el plano internacional acompaña a Jakob Bro, Ches Smith, Tony Malaby, Andrew D’Angelo, Matija Dedic, Judy Niemack y William Winant, entre otros.

Juan Bayón en Vidas Simples aporta el repertorio, la dirección musical y su instrumento, pero por sobre todas las cosas evidencia una indiscutible capacidad para propiciar la natural “confluencia” de músicos que residen en distintos lugares del mundo y pertenecen a diferentes generaciones. De hecho, el quinteto que lo acompaña en este trabajo congrega al vibrafonista chileno -actualmente radicado en Los Angeles- Diego Urbano (Diego Urbano Incident, Holophonor) y el pianista argentino con residencia en Nueva York Santiago Leibson (quien ha trabajado con Drew Gress, Devin Gray, Michael Formanek, Billy Drummond, etc.) y reúne a dos músicos provenientes de la escena argentina: el experimentado baterista Sergio Verdinelli (Luis Alberto Spinetta, Andrés Calamaro, Fito Páez) y el joven y promisorio saxofonista Lucas Goicoechea (Juan Cruz de Urquiza Nonet, Tomorrow Music Orchestra).

El álbum abre con los estupendos trazos que dibuja Cumbia de Gambartes, pieza dedicada al emblemático pintor argentino Leónidas Gambartes (1909-1963). El compositor se familiariza tempranamente con la obra pictórica de Gambartes por medio de su tío abuelo, el destacado crítico de arte latinoamericano Damián Bayón. Más tarde esa vinculación también aparecerá corporizada en forma indirecta a través de los trabajos colaborativos que desarrolla junto a la hija del pintor: la destacada directora teatral, guionista y productora Betty Gambartes. Esa singular ligazón experiencial se extrapola al tema pergeñado por Bayón mediante motivos melódicos de carácter circular desde donde irán emergiendo la efervescente intervención de Lucas Goicoechea en saxo alto, los intrincados e ilustrativos fraseos que imparten desde el piano de Santiago Leibson, las atinadas aportaciones de Diego Urbano en vibráfono y la irrefutable solidez proporcionada por la batería de Sergio Verdinelli y el contrabajo de Juan Bayón.

La sucinta narrativa cristalizada en Pausa oficia a modo de introducción para el tema que le sucede –Aural– y tiene como protagonista excluyente al diestro ejercicio improvisador que despliega Santiago Leibson en piano.

Una de las características que distingue a las composiciones de Juan Bayón es su costumbre por ofrecer dedicatorias inspiradas en personas o situaciones diversas, pero también en ocasiones pueden actuar a modo de íntima ofrenda musical a favor de alguien en particular. Ése, precisamente, es el caso de la notable y exquisita Aural, pieza que aparece dedicada a una persona -a quien se identifica con las siglas M.L.C.- que ha sido fundamental en el crecimiento personal del compositor. Los espaciosos contornos elaborados durante el curso evolutivo del tema aparecen teñidos por un delicado lirismo instrumental que se subraya, sutilmente, con los ascéticos y certeros aportes ofrecidos por cada uno de los miembros del quinteto.

A continuación, ofrecen una vivaz lectura de Rupturas, composición de Juan Bayón proveniente de su álbum Control de 2014 y que aquí aparece subtitulada como Variación simple. Esta oportuna recreación se aposenta sobre un embriagante contratiempo -defendido por el quinteto con rigurosa precisión e incuestionable naturalidad- que encontrará su momento más sobresaliente en la valiosa interacción elaborada entre el piano de Santiago Leibson y el vibráfono de Diego Urbano.

Ego nos muestra a Juan Bayón ofreciendo una improvisación a contrabajo solo de gran factura técnica e intensa, pero sin perder frescura ni claridad expositiva.

La vida simple es una pieza dedicada a Luis y Nilda Simois, los abuelos maternos del compositor, en donde aflora el recuerdo de la simpleza y austeridad con las que encararon sus vidas. Esa fuente de inspiración se traduce en un entramado melódico sencillo, claro y desprovisto de elementos superfluos sobre el que se deslizarán las apasionadas intervenciones solistas de Lucas Goicoechea en saxo alto y Santiago Leibson en piano, para luego resolverse mediante una mesurada reformulación del motivo original.

El cierre del álbum llega con Fortaleza, tema con dedicatoria a una amiga del compositor que logró superar -cuando parecía que ya no había esperanzas- un grave problema de salud. Los postulados de la composición cristalizan esa situación en una atmósfera convulsionada y opresiva, pero que a último momento deja traslucir en términos musicales una visión esperanzadora. El sólido andamiaje estructural dispuesto aquí por Juan Bayón, incluirá la categórica introducción en solitario protagonizada por la batería de Sergio Verdinelli, un efusivo pasaje a piano trío en el que sobresale Santiago Leibson, la elocuente intervención solista de Diego Urbano en vibráfono y una fase resolutiva -con especial destaque del saxo alto de Lucas Goicoechea– que destila optimismo y esperanza.

 

Juan Bayón, con el álbum Vidas Simples, se consagra como uno de los representantes más conspicuos del jazz argentino y manifiesta su fehaciente capacidad para favorecer la confluencia de distintas personalidades musicales en un proyecto integral.

 

Debemos estar preparados para usar la maravillosa palabra confluencia, que de por sí existe como una realidad y un símbolo de lo queremos ser en la vida (Eudora Welty)

 

Sergio Piccirilli

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