Camila Nebbia
La sobresaliente saxofonista, compositora, improvisadora y artista visual Camila Nebbia se ha constituido, por mérito propio, en una de las mayores revelaciones de la música creativa contemporánea.
En el fértil trayecto artístico recorrido por Camila Nebbia -quien nació en Argentina y actualmente reside en la ciudad de Berlín, Alemania- convergen el liderazgo de varios ensambles, la participación en proyectos colectivos, propuestas a dúo, emprendimientos en solitario y la realización de música por encargo.
Su elogiada discografía como líder abarca a los álbumes A veces la luz de lo que existe resplandece solamente a la distancia de 2017 (con aportes de Ingrid Feniger, Guido Kohn, Nacho Szulga, Axel Filip y Omar Menéndez), Aura de 2020 (secundada por Valentín Garvie, Ingrid Feniger, Daniel Bruno, Damián Bolotín, Violeta García, Juan Bayón, Mariano Sarra, Axel Filip, Omar Menéndez y Juan Klas) y Corre el río de la memoria sobre la tierra que arrastra trazos, dejando rastros de alguna huella que hoy es número de 2021, en este último al frente del cuarteto que completan Barbara Togander, Violeta García y Paula Shocron.
La producción discográfica de Camila Nebbia se completa con los discos en solitario De este lado de 2019, Presencias en 2021 y Una ofrenda a la ausencia de 2023 y el recientemente editado La permanencia de los ecos, trabajo en el cual contó con el respaldo de Joanna Mattrey, Cecilia López, Maya Keren y Lesley Mok.
Nebbia también integra el trío Burka (grupo donde comparte créditos con Raian Valença Joao y Nicolás del Águila, documentado en los álbumes La venganza de la hija de Saturno de 2019 y Claustrofobia en 2022) y es miembro, junto a Catu Hardoy, Violeta García, Pía Hernández y Diana Arias, de El Devenir del Río, quinteto con el que edita los discos AMLA en 2018, Invocación de 2021 y La Emancipación de una Rosa en 2023.
Además, participa en los emprendimientos cooperativos Plantas Horribles de 2022 (con Ariel Invernizzi Oviedo, Martín Allende Medina y Raian Valença Joao), Ritual para acercarse en 2022 (asociada a Susana Santos Silva, Hara Alonso y Elsa Bergman), In Another Night, In Another World de 2020 (en compañía de Akiva Jacobs y Maya Keren), Yo No Sé de Pájaros de 2020 (compartiendo cartel con Maya Keren, Diana Arias y Lesley Mok), el colectivo Mujeres improvisando -con el que publica La jaula se ha vuelto pájaro y se ha volado en 2019 y La jaula se ha vuelto pájaro y se ha volado (en vivo) de 2020- y colabora con SurdelSur Ensemble en Hernández-Sanjurjo-Nebbia de 2023.
Asimismo, lleva a cabo propuestas en dúo con Tomomi Kubo en Policephaly de 2022, David Bennet en Resonating Spaces de 2022, Patrick Shiroishi en The Human Being As A Fragile Article de 2021, Axel Filip en Colibrí Rojo de 2021 y con Killick Hinds en We Hear We Are Here de 2023 y también en formaciones de trío como las desarrolladas en 2023 junto a Tam Thi Pham y Fiona Xue Ju en Voices, con Barbara Togander y Joakim Rainer en Transfigured Time y acompañada por Patrick Shiroishi y Samuel Goff en Diminished Borders.
Camila Nebbia compartió con nosotros los pensamientos, experiencias e ideas que pueblan su fascinante universo artístico en la entrevista que sigue a continuación:
En los últimos años has estado inmersa en un viaje permanente alrededor del mundo. ¿En qué medida ese encuentro con diferentes culturas, costumbres y sensibilidades transformó tu música, tu relación con el arte y tu forma de entender la vida?
El primer impacto que me generó este cambio fue entender de dónde vengo y que todo eso a lo que estaba acostumbrada, como el caos de la ciudad de Buenos Aires, el ruido de las calles, la gente, los vínculos, los abrazos, la economía, la inflación, absolutamente todo, está calado muy profundo en mí y en mi forma de hacer arte. La experiencia de haber migrado es sin duda fuerte, expansiva, transformadora y parte de un proceso que siento que seguirá siendo muy activo y profundo a lo largo de los años. Cada lugar en el que viví o visito siempre me enseña y ofrece algo nuevo, amistades nuevas, música nueva, formas nuevas y de alguna manera se estampan como una foto en algún lugar de mi memoria.
Así que si pienso en qué medida todos estos viajes han transformado mi vida y arte, debo decir que es rotunda la transformación, me ha dado otra visión con respecto a lo que hago y a lo que me gustaría hacer, a estar siempre en búsqueda de desafíos, a comunicarme más honestamente con mi arte y conmigo misma y, por sobre todas las cosas, a cambiar el concepto de casa en mi mente. Casa es donde sea que esté y donde haya vínculos queridos.
¿Consideras que esos cambios y transformaciones personales experimentados a partir de tus viajes son un destino en sí mismo o hay un estadío ideal al que aspiras a llegar como artista?
Siento que siempre estoy inmersa en la búsqueda de algo nuevo y que aquello es algo que se mantiene desconocido. A veces, aunque sean objetivos muy claros, en la realización aparecen sorpresas que pueden abrirse a nuevos caminos. No creo estar buscando un estadío ideal, solía hacerlo bastante no te voy a mentir; pero si bien soy una persona que le encanta estar en actividad constante y planeando proyectos a veces a futuro, trato de enfocarme en realmente estar presente en el momento y disfrutar aquello que ya existe.
¿Cuáles son las actividades principales que componen tu presente artístico?
Mi presente artístico se basa en tocar música, ya sea improvisada o escrita, tanto acústica como electroacústica. Dependiendo del proyecto a veces incorporo el uso de la electrónica. Trabajo en la composición de nueva música, tanto para mis proyectos personales como por encargo y desarrollo conceptos en relación con mi instrumento.
Además, realizo películas experimentales, principalmente utilizando película de super 8mm y empleando técnicas extremas para destruir y crear nuevas imágenes. Esto me lleva a crear paisajes visuales crudos que abstraen el material de archivo, tanto familiar como personal, transformándolo en una realidad superpuesta y destruida. Mi práctica diaria se centra en la interrelación de estos medios, incluso cuando el resultado final incluye solamente uno de ellos.
¿Esa interrelación que realizas entre diferentes medios es mutua y acumulativa como en la multidisciplinariedad o supone un grado mayor de integración como ocurre en el campo de lo interdisciplinario? Dicho de otra forma: ¿tus ideas encuentran su núcleo en la música y luego van relacionándose con otras disciplinas o siempre está presente la noción de un “campo total” que integra a cada una de las disciplinas involucradas?
Yo lo siento más como un campo total; pero lo que termina siendo, depende de cada proyecto. Es cierto que la música ocupa un gran espacio en mi vida y me encanta que así sea; por lo tanto, es predominante y a veces el núcleo. Pero en otras ocasiones surge más a partir de los textos que escribo, como a veces poesías, y de las películas que hago. Todo está relacionado entre sí: la búsqueda de lo áspero, la crudeza, el ruido y lo melódico en cada medio en el que trabajo. La mayoría de estas ideas surgen de momentos introspectivos, los cuales considero muy importantes para llevar a cabo mi trabajo.
De qué manera se compatibilizan y complementan en tu arte esos “momentos introspectivos” -entendiendo que la introspección es “un mirar para adentro” como indica la raíz etimológica del término- con las ideas e influencias que provienen del exterior o de lo que te rodea?
El contexto lo es todo y lo que recibo del mundo exterior a diario ejerce una gran influencia en mí y en lo que hago. De hecho, siento que los momentos introspectivos son más como una mirada hacia adentro de todas las experiencias que provienen del exterior.
Habida cuenta de que “el contexto lo es todo” … ¿Cómo se posicionan tu música y las diferentes disciplinas artísticas que desarrollas en el contexto de un mundo como el actual signado por el aumento de la pobreza, el odio racial, la emergencia climática y la violencia de género?
Sin duda, vivimos en un mundo áspero donde la desigualdad predomina. Creo que hay algo de esa aspereza que busco expresar siempre en mi sonido.
Personalmente, siento que es difícil separar mi arte en medio de todo lo que está ocurriendo. A veces, lo que expreso está vinculado a experiencias muy personales; pero, sin duda, también se ve influenciado por el contexto que nos rodea.
Creo que es fundamental como artistas que estemos conscientes del papel que cumplimos en la sociedad, reconociendo tanto nuestras desventajas como nuestros privilegios. A mí me importa mucho crear espacios de encuentro y de intercambio. Cuando organizo eventos o armo bandas, me esfuerzo por hacerlo desde una perspectiva de interseccionalidad. Considero que asumir este compromiso es esencial para generar más espacios más diversos.
No creo equivocarme si digo que ese concepto de interseccionalidad es el común denominador de la diversidad estética manifestada en algunas de tus más recientes propuestas discográficas: el dúo con Killick Hinds plasmado en We Hear We Are Here, el solo saxo de Una ofrenda a la ausencia, el proyecto grupal en la permanencia de los ecos e incluso en la colaboración con SurdelSur Ensamble que realizaste junto a Pía Hernández y Julia Sanjurjo (trabajos a los que nos referiremos luego) ¿La interseccionalidad de lo diverso es algo que surge naturalmente en tus proyectos o se trata de una búsqueda deliberada con algún basamento filosófico o teórico especifico?
A veces se dan naturalmente y otras veces hay que tratar de crearlos. Ya sea al formar proyectos, grupos o al organizar conciertos o eventos me pregunto qué tipo de espacios estamos creando, qué arte consumimos y si lo evaluamos críticamente en el contexto del sistema. Como artista, me hago esta pregunta: ¿queremos promover la diversidad y la igualdad, o estamos dispuestos a perpetuar entornos que fomenten la opresión? Creo que eso lo dice todo; debemos escuchar con una perspectiva diferente y comprender que si sólo escuchamos de manera centralizada, el mundo del arte nunca dejará de ser centralizado. Debemos esforzarnos por abrir el sistema y crear esos espacios de ruptura.
Convengamos que escuchar desde una “perspectiva diferente” en lugar de hacerlo de “manera centralizada” implica involucrarse en una batalla cultural donde la fuerzas son desiguales ya que el sistema imperante tiende a mantener el statu quo y aboga por la permanencia de un arte estandarizado ¿Cómo se crean esos “espacios de ruptura” que mencionas y de qué manera los intentos individuales realizados en ese sentido pueden transformarse en algo colectivo?
Sin duda es como vos bien decís, una batalla cultural contra el sistema y la gente que tiene poder que quieren mantener el statu quo. Necesitamos espacios que representen la diversidad cultural que realmente existe.
Hay muchas personas generando estos necesarios “espacios de ruptura” curando con perspectiva de género e identidad, creando lugares de intercambio entre artistas. Creo que es importantísimo seguir apostando a estos espacios, ya sea creándolos o participando como artistas y/o público. De esta manera estos proyectos que pueden empezar desde impulsos individuales van creando comunidad.
Hablemos de algunas de tus entregas discográficas más recientes… Me gustaría empezar por Una ofrenda a la ausencia; no sólo para que nos cuentes cuál fue el enfoque que adoptaste para desarrollar este proyecto en solitario sino también para que describas la relación con tu instrumento principal ¿Consideras al saxo como una extensión de tu propio cuerpo o es una herramienta, un medio especifico, al que se recurre eventualmente para transformar ideas en sonidos?
Una ofrenda a la ausencia es una reflexión sobre la introspección en un momento de gran intensidad y caos en mi vida. Me fui de Argentina hace dos años, llevando una vida nómade antes de mudarme a Berlín. Experimenté muchos cambios durante ese período y, en medio de toda esa locura, llegué a Buenos Aires de visita y decidí grabar este disco un 30 de diciembre.
Cuando emprendo un proyecto sola, me enfoco en la exploración y el desarrollo técnico; pero también en las razones detrás de mi música, en lo que quiero expresar y compartir a través de ella. Me concentro en un concepto que deseo desarrollar, o varios, y dejo que eso sea parte de la inspiración que da forma al disco.
Durante un tiempo, he estado explorando los extremos del sonido de mi instrumento para llevarlo a lugares más ásperos y crudos.
Sinceramente, más que una extensión de mi cuerpo, siento que el instrumento es una extensión de mi vida. La dedicación que ofrezco a diario desde que lo tomé por primera vez hizo que, poco a poco, se convirtiera en una parte importante de mi vida. Es desde siempre un proceso de aprendizaje no sólo musical, sino también de vínculos, de aciertos y frustraciones, entre otras cosas.
Este año también editaste dos trabajos con epicentro en la improvisación We Hear We Are Here con Killick Hinds y Voices junto a Tam Thi Pham y Fiona Xue Ju. Al respecto de estos quiero preguntarte si ambos fueron concebidos en forma espontánea durante la sesión de grabación o se desarrollaron libremente a partir de esquemas preestablecidos. También siento curiosidad por saber cuáles son las particularidades que presenta una improvisación cuando intervienen instrumentos tan poco frecuentes en ese contexto como son el dan bau o el h’arpeggione…
Ambos discos fueron totalmente improvisados, sin pautas o esquemas preestablecidos. Para mí, el riesgo que implica esta forma de trabajar es mucho más grande e interesante. Incluso conocí a Killick (Hinds) en persona por primera vez ese día, lo cual hizo que la experiencia fuera bastante mágica.
Además de que tanto Tam (Pham) como Killick utilizan instrumentos poco comunes, tengo la suerte de poder tocar con ellos, ya que son improvisadores increíbles y logran un sonido muy especial en sus instrumentos y eso a mí me resulta muy inspirador. Tam, por ejemplo, toca el dan bau, un instrumento tradicional vietnamita, en un contexto experimental. Con esto, para mí, logra transmitir un mensaje muy profundo a través de su sonido, buscando ampliar el espectro, borrando las barreras preestablecidas por lo tradicional.
Intuyo que deber haber sido una experiencia muy diferente componer obras para un ensamble de cuerdas como SurdelSur Ensamble en el álbum Hernández-Sanjurjo-Nebbia… ¿Qué nos puedes decir de las tres piezas que aportaste al proyecto?
Son tres obras muy diferentes entre sí. Por ejemplo, Todo lo que existe entre recordar y olvidar es una obra que, a través de la exploración del timbre, la disonancia, la espacialización del sonido, los extremos de registro, el ruido, la densidad armónica y la saturación cromática, busca encontrar un espacio entre medio de la memoria y el olvido. Honestamente la escribí sin tener casa, andaba de un lado a otro tratando de encontrar en la escritura de esta obra un espacio para la introspección y canalización de emociones y sensaciones y también de ideas sonoras que tenía en la cabeza en ese momento. La formación del ensamble para esta obra fue pensada como doble cuarteto y, a lo largo de la obra, hay un constante juego de movimientos de sonidos en estéreo a través de los instrumentos. La repetición como si fuese un recuerdo difuso y recurrente.
Otro sueño es una pieza electroacústica creada para el ensamble de cuerdas junto a saxo tenor preparado y electrónica. A lo largo de la obra se propone un paisaje onírico buscando la evasión y pausa de la realidad a través de la transformación y destrucción del sonido. El material gráfico propuesto es para crear una obra donde predomina la exploración tímbrica y la espacialidad. La interpretación del material fue entregada como “libre y abierta” para que el ensamble interprete con los sentimientos e ideas que ésta le generaba, recibiendo sólo algunas pautas técnicas puntuales. Luego de recibir el material, fueron procesados junto al saxo tenor y algunos elementos electrónicos para la creación de este nuevo espacio sonoro.
Llaman las voces es una pieza corta, que se repite como un mantra, con una poesía mía (*) que suena encima de una serie de armónicos interpretada por el ensamble y feedback. La obra está Inspirada conceptualmente en las fronteras y su impacto en las personas y comunidades afectadas por la migración.
(*) Texto de Llaman las voces:
Llaman las voces
No hay tierra cerca
Sólo la distancia resuena
Entre medio del camino
Algo se vislumbra
Quizás sea.
¿Como se desarrolló el proceso creativo en La permanencia de los ecos y qué experiencia te aportó contar con el apoyo de Mututal Mentorship For Musicians y trabajar con artistas emergentes de la escena neoyorquina?
La permanencia de los ecos lo escribí pensando en el grupo que incluye a Maya Keren, Lesley Mok, Cecilia López y Joanna Mattrey. A través de la invitación de Jen Shyu y Sara Serpa al Festival de Mutual Mentorship para viajar a Nueva York y tocar, decidí formar este grupo y escribir la música para el concierto. Unos meses más tarde, pude regresar a la ciudad y decidí reunir al grupo nuevamente para grabar. La experiencia fue muy enriquecedora y profunda, estaré siempre muy agradecida por todo el trabajo que Jen y Sara hacen, es muy valioso y necesario.
¿Qué puedes decirnos sobre los tríos materializados en los discos Diminished Borders y Transfigurated Time?
Diminished Borders -junto a Patrick Shiroishi y Samuel Goff- lo grabamos a distancia, yo estando en Francia y Pat y Sam en diferentes partes de Estados Unidos. Esta forma de crear se hizo popular durante la pandemia y una de las ventajas es que nos conecta a través del mundo cuando es difícil encontrarnos en persona. Fue un hermoso proceso de crear en equipo, pero de otra manera que la habitual. El título, como bien lo expresa Samuel (Goff), es una reflexión sobre las fronteras y su significado tan importante en este mundo y cómo de dónde somos dictamina mucho el destino de nuestra vida. Cruzar fronteras muchas veces significa vida o muerte. Nos gustaría ver la importancia de las fronteras… “disminuida”.
Transfigured Time es un trío colaborativo que tenemos junto a Barbara Togander y Joakim Rainer y fue un disco grabado en vivo en Viena durante una serie de conciertos llamada small forms; nos fuimos de gira por una semana y este disco es parte del recorrido que hicimos como trío.
¿Qué otros proyectos -de los varios que tienes en curso en este momento- aparecerán documentados discográficamente en los próximos meses?
Junto a Patrick Shiroishi, vamos a sacar nuestro segundo disco a dúo llamado We Speak in Rivers
En lugar de finalizar la entrevista con una pregunta voy a pedirte que, en pocas palabras, nos expreses aquello que no fue dicho hasta aquí, lo que no debe permanecer en silencio ni puedes callar…
Deseo que podamos crear escenas y comunidades artísticas seguras basadas en el respeto mutuo. La vulnerabilidad y la fragilidad son reales. Reconocer estas realidades como parte de la vida en este mundo, podría ayudarnos a cultivar más empatía hacia los demás. A menudo observo y escucho mucha agresividad disfrazada de “consejos”, “sentimientos” u “opiniones personales”, sin un consentimiento previo para expresarlos.
Es evidente que este tipo de actitud refleja las opresiones, agresiones y discriminaciones presentes en nuestra sociedad. Ojalá pudiéramos cambiar este comportamiento en la comunidad artística, ya que lamentablemente lo percibo cada vez con más frecuencia.
Sergio Piccirilli
Nota: Agradecemos los aportes fotográficos realizados por Alain Peletier, Cristina Marx y Aurélie Raicron.
(Diciembre, 2023)