A Toda Orquesta
El rock sinfónico vio un cierto renacer en los últimos cinco o seis años. No estamos hablando del progresivo, sino de la utilización de orquestas por parte de bandas del género.
Los orígenes se remontan a los años sesenta donde eran utilizadas como un aditivo sonoro, que luego de la mano del prog-rock se convertiría en una fusión con aires de seriedad. Ejemplos hay de todo tipo y color, como Concert For Group and Orchestra de Deep Purple o Works de ELP, pasando por todos los engendros que realizara Rick Wakeman.
En los últimos años hemos visto renacer este tipo de propuestas de parte de quienes originalmente las realizaran, como Deep Purple que en su CD/DVD Live at the Royal Albert Hall celebra los treinta años de la grabación original del aquel concierto, o de parte de sus continuadores como Dream Theater con su último disco en estudio, Octavarium y el CD/DVD en vivo Score.
Yes también ha incursionado en este terreno en vivo en su DVD Yes Symphonic Live, luego de hacerlo en estudio con Magnification.
Este tipo de propuestas creo que sirve para mostrar las cualidades intrínsecas de las composiciones, su riqueza melódica, armónica, rítmica y su variedad… o su total carencia de todas ellas. Implica un ejercicio difícil que se tiene que llevar a cabo con mucho oficio, oficio de músico.
Siempre parece una jugada arriesgada y sumamente compleja intentar reunir estos dos mundos, pero creo que aquel esfuerzo seminal -y sumamente desparejo- ha dado buenos frutos treinta años después, gracias a que el paso del tiempo ha acercado a las partes (las orquestas no estaban originalmente muy bien predispuestas a este tipo de emprendimientos), ha madurado y asentado mejor las ideas musicales despojándolas de excesos de mal gusto y el desarrollo tecnológico ha permitido una calidad de sonido nunca antes disponible y tan necesario para estas propuestas.
Federico Larroca