El Ojo Tuerto

Adrián Iaies – Roxana Amed: Palermo, capital de Finlandia

Café Vinilo – Buenos Aires
Sábado 13 de noviembre de 2010 – 21:00 hs.

Eran exactamente las 22:55 hs. del… perdón… vayamos desde el comienzo.
“En el principio Dios creó los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz…”
Esteeee… disculpe… pero parece que no había que rebobinar tanto, ¿no?

El pianista Adrián Iaies y la cantante Roxana Amed se unieron para dar forma a Cinemateca Finlandesa, álbum de piano y voz que incluye particularísimas versiones de composiciones de, entre otros, Carlos Gardel, Thelonious Monk, Gustavo Leguizamón y Charly García. Lo de “cinemateca” está bien, más aún cuando desde el booklet del CD se comenta “… las canciones, en esa telaraña entre una voz y un piano hasta que naturalmente y, sin mayores esfuerzos, funcionen como soundtracks…” de un film que, se agrega, bien puede estar ambientado en San Telmo, La Puna o Helsinki.
Pero… ¿por qué Helsinki? ¿Por qué Finlandia?
Finlandia… un país lejano y ajeno a nuestras costumbres argentas. Un país situado en el norte de Europa, que limita con Suecia, Rusia y Noruega. La capital es Helsinki. Se independizó en 1917; su superficie supera apenas los 300.000 km2, la población es un tanto inferior a los 6.000.000 de habitantes (humanos), en la actualidad es una República (parlamentaria y democrática) y a priori, sin investigar demasiado (nada, en realidad), la sensación de que por allí hace un frío que te parte el cutis, te parte. Y así es nomás… en el norte el termómetro hay que ponerlo al revés: se llega a los 30 grados bajo cero. Pero también suelen tener sus días de veranito, no vaya a creer…
Atada a tratados, compromisos y (si me permite) algunas bajezas con la ex U.R.S.S., la disolución de ésta en 1991 le trajo un alivio impensado e inesperado, ya que todo aquello quedó en la nada; Finlandia pudo reposicionarse obteniendo una mayor integración con Europa lo que le posibilitó ingresar, en 1995, en la Unión Europea.
En su paisaje llano no hay problemas de altura: el pico más alto es una colina llamada Haltitunturi, ubicada al norte de Laponia (cuyos helados llegaban a Buenos Aires, increíblemente, sin derretirse). Mucho lago (190.000), mucha isla (180.000)… y mucha nieve: en el sur, las regiones permanecen blanquitas entre 3 y 4 meses al año. Pero en cambio en el norte, la nieve se estaciona durante, apenas, siete meses.

Algo interesante es que, de los habitantes, el 96,7% son finlandeses. El resto se reparte entre otros europeos (2,2 %) y, con un mísero 1,1%, un conglomerado de asiáticos, africanos y americanos. Esto tal vez explique (¿sí?) por qué Finlandia es uno de los países menos corruptos del planeta. Aunque… esta situación… ¿se da por una severa restricción de las autoridades o porque Finlandia no asoma entre las opciones de los inmigrantes?
La verdad… debo reconocer que de Finlandia sé poco y nada. A ver… como puede suponerse, el deporte más practicado es el hockey sobre hielo. El fútbol y el básquet también tienen sus adeptos; pero mire usted lo que son las cosas… es en la Fórmula 1 donde Finlandia embocó tres campeones del mundo: Keijo Rosberg (1982), Mika Hakkinen (1998 y 1999) y Kimi Räikkönen (2007).

Trasladándonos a la cultura, dentro de la literatura podemos mencionar a Mika Waltari (fallecido en 1979) como uno de sus mayores exponentes y cuya obra más reconocida es Sinuhé, el egipcio (1945). Y en la actualidad a Arto Paasilinna, autor de Delicioso suicidio en grupo y también de La dulce envenenadora y El mejor amigo del oso. Por el lado del cine tenemos a Aki Kaurismäki (hermano de Mika y con quien ha co-dirigido algunos films), responsable de Crimen y castigo, Hamlet va de negocios, Luces al atardecer y, entre otros, de Un hombre sin pasado, ganador en el Festival de Cannes 2002 y nominado al Oscar.

Y por el lado de la música… bueno… tenemos una delantera conformada por Sibelius, Pacius y Launis. Dentro del rock duro aparecen ya luminarias como Stratovarius, Nightwish y Lordi. También el cuarteto Apocalyptica, célebre por interpretar composiciones provenientes del rock (Metallica, Slayer, Sepultura, Black Sabbath, etc.) pero con violoncellos y el inclasificable coro (recomendabilísimo) Mieskuoro Huutajat. Y así como existe el “tango de Finlandia” con su Tangomarkkinat, festival que convoca a más de 100.000 fineses, también hay, por supuesto, músicos de jazz. Tanto es así que, sorpréndase un poquito, se realizan al año una veintena de festivales. Sí, de jazz. Por supuesto que en la Argentina no existe material disponible ni en CD, ni en DVD, ni en casete, ni en long play, ni en magazine, ni en láser-disc. Pero esto no implica que debamos desconocer a artistas como el Trio Toykeät, Eero Koivistoinen, Jarmo Savolainen, Pekka Pohjola, Seppo Paakkunainen, Heikki Sarmanto, Edward Vesala, Samuli Mikkonen, Mikko Innanen, Klaus Suonsaariy la orquesta UMO, por citar sólo a algunos.

Y todavía seguimos sin entender del todo el por qué de Cinemateca Finlandesa

Así que mejor deje que me retrotraiga a las 22:55 hs. del sábado 13 de noviembre de 2010. O mejor no… esperemos un poco… permítame decirle que ese día, en el Café Vinilo (sito en el populoso barrio de Palermo, en Buenos Aires), Adrián Iaies y Roxana Amed comenzaron su actuación con una ajustada y sensible La arenosa, de Leguizamón y Castilla, con un breve inicio a capella, un Iaies destacándose en los graves, una Amed afinadísima, el folclore atravesado por cierto aire bop y un final que amenaza con ser estruendoso pero que se concreta con una sutileza supina. La cantante no se hace la (ni pone pose de) tanguera para Cuando tú no estás (Gardel y Le Pera); y ya sabemos cómo conoce el pianista el estilo. Correcta. Más comprometida y arriesgada resultó Pannonica (de Monk), también conocida como Little Butterfly luego de la letra de Hendricks, que incluyó un soberbio solo MonkIaiesiano. En cambio When Sunny Gets Blue pareció requerir de otra velocidad, otra intensidad. La primera parte se cierra con Zamba del laurel (Leguizamón y Tejada Gómez) cuyo intrincado arreglo no (me) termina de convencer. No obstante hay algo en lo que se ve, que se percibe, que se siente: cierta complicidad, respeto, admiración de uno para la otra o de una para el otro. Esos detalles que hacen que se disimule, ante la homogeneidad de lo que se ofrece, cierto peligroso acercamiento a la monotonía.

El segundo segmento, con breve y exquisita intro de piano, se abre con Cartas de amor que se queman (de Leguizamón y Castilla, no incluida en el CD). Roxana Amed sigue demostrando sus extraordinarias aptitudes vocales, con el agregado de que se le entiende absolutamente todo (todo) lo que canta, ya sea en inglés o en castellano. El dúo continúa con una reinventada, dolorosa, intensa y antipopular Rasguña las piedras, con Iaies dejando en evidencia una vez más las bondades de su mano izquierda y construyendo un complejo entramado armónico sobre el que Amed edifica un universo paralelo, dejándose llevar, con la certeza de que varios nos subimos al mismo viaje. Ask Me Now (de Monk) o How I Wish (de acuerdo a la letra compuesta por Hendricks) muestra al pianista en llamas (¿Monk ha desplazado de sus preferencias a Bill Evans?) y a la cantante en una exquisita contención. Nos salteamos por ahora el momento que dio inicio a las 22:55 hs. para contarle que el cierre oficial fue con una esquelética y excesivamente respetuosa Viernes 3AM y que el bis, Balderrama, fue un delicado bálsamo.

Entonces… estábamos en que eran exactamente las 22:55 hs. del sábado 13 de noviembre de 2010. Amed y una suerte de pseudo scat a capella; Iaies que aporta sutilezas al principio hasta que todo se transforma en un dueto de precisión quirúrgica. El arreglo de la Zamba de Lozano es rayano en la perfección (y porque uno no quiere andar exagerando). Amed da la sensación de poder cantarlo todo. Y todo bien. Iaies protagoniza un pasaje de solo piano para el éxtasis de los que estamos ahí, magnetizados, tensos, inquietos, felices. Fueron quince minutos sublimes en los que pareció que, como escribiera Borges en El milagro secreto, “el universo físico se detuvo”. Antes y después, lo comentado: un concierto con desniveles, siempre atrayente, con una cantante que entiende lo que está cantando y un músico que entiende lo que está tocando.
Y a mí que sigue dándome vueltas en la cabeza el por qué de Finlandia…
Si empezamos por el principio, sabemos que “En el principio Dios creó los cielos y la tierra”.
Y por otro lado tenemos que Finlandia (“Suomi”, en finés), proviene del vocablo “zeme”, que significa, justamente, “tierra”.
Pocas veces, como en esos quince minutos, el Cielo estuvo tan cerca de la Tierra.
Ocurrió en Palermo que fue, por un instante, la capital de Finlandia.

Marcelo Morales

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