a-Links PrincipalesDiscos / DVD's

Benoît Delbecq: The Weight of Light

 

The Loop of Chicago; Dripping Stones; Family Trees; Chemin sur le Crest; Au Fil de la Parole; Anamorphoses; Havn en Havre; Pair et Impair; Broken World

 

Músico:

Benoît Delbecq: piano

 

Sello y año: Pyroclastic Records, 2021

Calificación: Excelente

 

 

 

La imagen no tiene un valor absoluto. Imágenes y sonidos deben su valor y su poder solo al uso que les asignes (Robert Bresson)

 

El filósofo, escritor, ensayista y semiólogo francés Roland Barthes en su última obra, Cámara lúcida de 1980, rompe con las interpretaciones universales existentes sobre la imagen al introducir dos conceptos a los que denominará punctum y studium.

Según Barthes el studium de una imagen es la parte racional, explicable, representa lo evidente y puede ser percibido conscientemente por cualquier observador. En cambio, el punctum depende de quien observa la imagen; por lo tanto, no es intencional ni inmediato, juega en el terreno del inconsciente, remite a recuerdos personales del receptor y, en consecuencia, se encuentra sujeto a diferentes valoraciones y lecturas.

El studium y el punctum no se anulan entre sí, coexisten y se complementan del mismo modo en que en otros órdenes de la vida lo hacen la razón y la emoción, consciente e inconsciente, información e interpretación o técnica y creatividad.

En la actualidad –como señala el filósofo surcoreano Byung-Chul Han en algunos pasajes de su libro La sociedad de la transparencia– vivimos “en el reino de la mirada fugaz” y nos rodean imágenes que lo muestran todo. imágenes hiperreales, llanas, uniformes y repetitivas. Dicho de otro modo –y para ponerlo en palabras del propio autor– una sociedad que “es el infierno de lo igual” y en donde se desecha la mirada contemplativa, el análisis, la ambivalencia, el sentido figurado y las interpelaciones profundas. En definitiva, una sociedad de imágenes sin punctum y con observadores sin tiempo para miradas complejas ni interés en desarrollar el pensamiento crítico.

Por fortuna, esa tendencia vigente no es unánime y aún siguen existiendo “observadores” dispuestos a mirar más allá de lo inmediato, prestos a reflexionar sobre aquello que no es tan obvio, simple o efímero y determinados a obtener nuevas perspectivas que faciliten la creatividad.

Tal es el caso del extraordinario pianista y compositor francés Benoît Delbecq y su estupendo álbum en solo piano The Weight of Light.

Los inusuales postulados estéticos que dan vida a esta obra pergeñada por Benoît Delbecq, encuentran su matriz fundacional en un recuerdo de la infancia del compositor cuando observaba fascinado las luces y sombras proyectadas por unos móviles colgantes instalados en el dormitorio de sus padres.

Sin embargo, la elaboración del álbum no tuvo un desarrollo lineal, sino que -como afirma el propio Delbecq– “fue parte de un proceso de desarrollo creativo inconsciente”. De hecho, cuando comenzó a componer el material para The Weight of Light se dio cuenta de que el recuerdo lejano de aquellos móviles colgantes había ejercido una enorme influencia en su forma de relacionarse con la música y el arte en general.

Al proceso creativo de este trabajo Delbecq le fue encadenando, a su sempiterno interés por la representación visual de la música (elemento que, al igual que las matemáticas, la arquitectura y la poesía, ha sido fuente de inspiración para muchas de sus obras), la rememoración de los móviles colgantes representados en la ilustración de su autoría que oficia como portada del álbum, el empleo de un sistema propio de notación gráfica y la exclusiva utilización del piano preparado para cristalizar su alegato estético.

Desde ese singular entramado emergen también la enigmática relación entre la música y los fenómenos ópticos, la búsqueda por encontrar en las imágenes aquello que sólo puede revelar una mirada contemplativa -es decir, el punctum del que hablaba Barthes- y referencias al mundo de la física manifestadas desde el título del álbum, ya que The Weight of Light (El peso de la luz) es una licencia poética de “la masa de la luz”, tesis en la que el hermano de Delbecq se centró otrora para obtener un doctorado en física.

El pianista, compositor, productor y educador Benoît Delbecq ha sido un activo miembro de la Hask Collective Paris entre 1992 y 2004, es miembro fundador del Bureau de Son Paris y el sello discográfico dStream, realiza con frecuencia música para películas, teatro, grupos de danza o piezas literarias y como compositor ha desarrollado un sistema propio de notación gráfica basado en círculos y caligramas.

Su extensa trayectoria incluye colaboraciones con Evan Parker, Michael Moore, Jean-Jacques Avenel, John Hébert, Steve Argüelles, Marc Ducret, Mark Helias, Fred Hersch, Kris Davis, Ethan Iverson, Gerry Hemingway, Samuel Blaser, Tim Berne, Lotte Anker, John Hollenbeck, Gordon Grdina, Jim Black, Mike Ladd, Mary Halvorson, Kim Myhr, Sarah Murcia, Tom Rainey, Taylor Ho Bynum, Noël Akchoté y muchos más.

A partir de su debut discográfico como líder en 1992 con el álbum Paintings (trabajo donde estuvo acompañado por Guillaume Orti, Joe Carver y Steve Argüelles), Delbecq materializa aclamados discos en solo piano como Un Turn en 2001, Circles and Caligrams de 2010 y Live at AJMI Avignon en 2017, lidera las agrupaciones Delbecq 3 (con Miles Perkin y Emile Biavenda) y Delbecq 4 (acompañado por Mark Turner, John Hébert y Gerald Cleaver) y desarrolla sendos proyectos electrónicos con el saxofonista Steve Argüelles en Ambitronix y junto al tecladista Jozef Dumoilin en Plug and Pray.

Además comparte créditos con Fred Hersch en el sexteto Benoit Delbecq and Fred Hersch Double Trio, graba varias producciones en dúo (con el clarinetista François Houle, la vocalista Claudia Solal, el guitarrista Marc Ducret y el pianista Andy Milne) e integra las agrupaciones The Recycler, Kartet y el colectivo Illegal Crowns, cuarteto que completan Mary Halvorson, Tomas Fujiwara y Taylor Ho Bynum con el que edita los álbumes Illegal Crowns en 2018 y The No-Nosed Puppet de 2019.

Benoît Delbecq, en The Weight of Light, ofrenda nueve piezas originales, con epicentro en el piano preparado, inspiradas en luces y sombras en movimiento vistas desde diferentes ángulos y perspectivas.

El uso del piano preparado ha estado presente en numerosos trabajos realizados por Delbecq y eso no sólo expresa las influencias heredadas de John Cage -músico que acuñara el término piano preparado y a quien se debe su desarrollo definitivo- sino también la intención de extrapolar al piano la confesa admiración del compositor francés por legendarios bateristas como Kenny Clarke, Paul Motian y Ed Blackwell.

El álbum se aleja inexorablemente de lo trillado desde su apertura con The Loop of Chicago. En el subyugante curso que describe la pieza convergen un innovador tratamiento del tiempo y los espacios con furtivas ilusiones sonoras a manera de bucles -que Benoît Delbecq ejecuta aquí con la mano izquierda- y un desarrollo narrativo tan misterioso como impredecible.

Dripping Stones entrega una ataraxia pianística mediante trazos sutiles y difusos que bordean de forma elusiva el intimismo de la música de cámara.

En tanto que Family Trees adopta un temperamento hipnótico estratégicamente atravesado por patrones percusivos que remiten al sonido de los metalófonos usados en la tradición del gamelán indonesio.

Luego se suceden los enigmáticos contrastes destilados por el etéreo Chemin sur le Crest y la encantadora ingenuidad expresiva que esboza el breve Au Fil de la Parole.

La anamorfosis es un efecto de perspectiva -descrito en origen por el pintor, matemático y maestro de la perspectiva Piero della Francesca- que se utiliza en arte para forzar al observador a ubicarse en un punto de vista preestablecido desde el cual la obra adquiere una forma proporcionada y clara.

En cierto modo, esos principios sobre perspectiva y proporciones aparecerán elípticamente representados en el imaginativo tránsito de la pieza Anamorphoses.

Benoît Delbecq, en Havn en Havre, crea un ostinato de notas percutidas sobre el que luego asoma un elegante fraseo de impronta camerística. Sobre la parte final de la composición ambas líneas se unirán hasta disiparse en una resolución de naturaleza incorpórea.

El sinuoso atractivo de Pair et Impair nace de una controlada e innovadora exploración afincada en el desarrollo de patrones rítmicos, pausas y sucesivas deconstrucciones. 

Mientras que para el conmovedor alegato de Broken World -tema que da cierre al álbum – Delbecq se alejará del piano preparado para entregar una pieza caracterizada por su profunda dramaticidad y lúgubre exuberancia. 

Benoît Delbecq, con The Weight of Light, entrega un álbum para piano solo cautivador, de características infrecuentes y que, a pesar de inspirarse en la fascinación por las sombras, está lleno de luz.

 

Nada puede atenuar la luz que brilla desde adentro (Maya Angelou)

 

Sergio Piccirilli

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *