Por Los Codos

Beto Caletti

Beto Caletti es un músico argentino que compone y canta, en portugués, música brasilera.
Así encabezamos el 1×5(+1) que realizara hace algunos meses para este site; pero es una frase que si bien simplifica, explica poco y nada de los avatares artísticos de Beto Caletti.
Que también es guitarrista, pianista, percusionista, arreglador y productor.
Caletti ha estudiado y mucho la guitarra; se formó en el Conservatorio Nacional de Música y en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata; luego, uno de sus profesores fue Walter Malosetti.

Su inclinación por la música brasilera no parece haber nacido, sino estar incorporada en sus genes. Porque escuchándolo, cuesta imaginárselo cantando en otro idioma.
Es un estudioso, además; por lo que podemos afirmar que se dedica a la investigación, composición e interpretación de música popular brasilera.

Ha grabado varios álbumes; los dos primeros, Eu quero um samba (1997) y Travessia brasileira (1999) cuentan con el aporte de numerosos músicos; esto cambiaría radicalmente en su tercer disco, Notorious en vivo (2003), realizado en trío (junto con Ruy Caíto Alonso y Guido Martínez), formato en el que parece sentirse más que cómodo. Para Esquinas (2004) se produjo el ingreso del baterista Diego Alejandro, que conforma junto a Martínez una base rítmica sólida, potente, sutil e ideal.
Luego se sucedieron la edición de un álbum solista (o sea… solo) titulado En vivo en Japón (2006) y el DVD Beto Caletti Trío Vivo (2007) con la compañía de los mencionados Alejandro y Martínez.

Sus presentaciones no se circunscriben solamente a la Argentina, ya que también ha actuado en varios otros países como Brasil, México, Canadá, España, Suiza y Japón.

Es el autor de dos libros dedicados a la enseñanza de música popular brasilera: Guitarra brasilera y Samba, choro e bossa nova.
El disco Esquinas fue seleccionado como uno de los diez mejores CD’s brasileros del año 2005 por la prensa especializada de Japón, "Disco de ouro da música popular brasileira 2005"
Es ganador del Premio Ace y fue nominado para los Premios Gardel. Cuenta con el auspicio de la Dirección de Asuntos Culturales de la Cancillería Argentina y la Embajada del Brasil.

Trabajó como docente de audio perceptiva, guitarra y rítmicas brasileras en el Instituto Tecnológico de Música Contemporánea, en la Escuela popular de música del Sindicato de Músicos y en la Escuela de Música de Buenos Aires.
Entre 1990 y 2006 integró la agrupación de música para chicos (bueno… es una manera de decir…) Los Musiqueros, junto con Teresa Usandivaras y Julio Calvo. Ha participado en varios de los discos del trío como Cari Caracuá (1995), Canciones colgantes (2002) y Pequeño romance de barrio (2005).
Notita: si todavía usted o su hijo, hija, sobrino, sobrina, nieto o quien fuere no escuchó a Los Musiqueros, no saben lo que se pierden…

Acaba de editar por el sello MDR un nuevo álbum, Tess, que estará presentando en Notorious (Av. Calao 966) los dos primeros viernes, sábados y domingos de abril a las 21:30 hs.
En el álbum, además de los habituales Guido Martínez en bajo y Diego Alejandro en batería, participan el pianista Osvaldo Belmonte (con quien ya trabajara en álbumes anteriores), Teo Lima (baterista de Djavan), Mariano Cantero, Fabiano Segalote, Nema Antunes, Lucas Argomedo, Leo Amuedo y varias vocalistas: Thaís Motta, Ana Archetti y Mariel Barreña.

Con Beto Caletti hemos conversado informalmente varias veces. Él sabe (varios de ustedes también) de mi resistencia hacia la mayoría de la denominada MPB (escribí “mayoría” y no “toda”). Y paradójicamente disfruto y muchísimo de cada una de sus presentaciones en concierto, ya sea con su trío, solo o, eventualmente, en cuarteto.

Muy serio y profesional a la hora de trabajar; pero, afortunadamente, no es un obsesivo que le impida disfrutar plenamente de lo que hace.
Nos recibió en su casa una soleada mañana otoñal; vestido muy sobriamente para los que estamos acostumbrados a verlo sobre un escenario (esos pantalones rojos… o naranjas… o verdes…), no solamente no esquivó ninguna de las preguntas realizadas, sino que se preocupó por ser claro, recurriendo incluso a recortes periodísticos o a su guitarra.
Y sabíamos que se fastidiaría de inmediato ante la primera pregunta, pero es que… el trabajo es el trabajo y el placer… eso… ¿qué era el placer?
Perdón… ya sé… placer es, por ejemplo, entrevistarlo a Beto Caletti.
Placer es (seguramente, evalúen ustedes) leerlo.
Placer es verlo en acción.
Y, también, incomodarlo un poquito.

¿Por qué la música brasilera?

¡¿Otra vez con eso?!

Disculpame pero nunca te lo pregunté en forma oficial…

(Resoplando y poniendo cara de “¡qué insufrible!”) Yo creo que las decisiones a veces son casuales; yo tengo mil músicas posibles que podría haber elegido… las influencias son múltiples, pero desde que conocí esta música la elegí como vehículo de expresión porque me resulta natural. Si tuviera que hablar de la evolución de la música de Brasil… para mí es impresionante. Si hubiera un mundial de música saldrían campeones como en el fútbol (risas); pero tampoco me lo tomo tan en serio… yo compongo sobre esto, así como vos sabés que he hecho otras cosas como (el grupo) Los Musiqueros…

Pero una cosa es tocar música brasilera; vos en cambio parece que tuvieras una doble nacionalidad…

No tiene nada que ver con Brasil, es con la música de Brasil…

Está bien, (insistiendo) pero vos además componés en portugués…

Porque es el lenguaje natural de esa música. Además de que me gusta mucho el idioma y me resulta atractivo, hay ciertas características que van juntas; si yo me dedicara a componer ópera del siglo XIX seguramente lo haría en italiano, yo no me imagino haciendo esta música en otro idioma y, además, me resulta interesante al cantarlo; así que resulta un combo natural. Al principio me pregunté esto de componer en portugués, pero después me surgió naturalmente.

Vos dijiste “cuando descubrí la música brasilera”; ¿a qué música brasilera te referís?

A la de los 70’s, a Buarque y toda esa historia que cuando yo tenía 17 ó 18 años acá se escuchaba muchísimo… porque es una generación fortísima que, creo, trasciende barreras. El otro día vi una colección de los discos de los ’70 de acá y había uno de Piero… y con todo respeto lo digo, pero en esa misma época en Brasil estaba Chico (Buarque), Edú Lobo, Caetano (Veloso), Gilberto Gil… y después vas para atrás y te encontrás con Tom Jobim, Vinicius, Joao Gilberto… y más para atrás también te encontrás con una música alucinante; y ahí sí podría hacer una comparación con la música argentina, porque la época de oro de los tangos me parece tan atractiva como la música de Brasil. Pero que quede claro que soy absolutamente porteño; en todo sentido. Mi ligazón con Brasil es la música. Voy mucho pero no tengo un sentimiento brasilero más allá de la música a la que le tengo un respeto y una admiración impresionantes. Y me pregunto: “¿cuál sería la música propia de cada uno?” Veamos… el tango… que para mí es una música que habla… (piensa) aclaremos que me refiero al tango canción, porque si tengo que elegir un género, elijo la canción, por su letra, la forma… y si vamos al tango, convengamos que después de los años ’40 no se compuso nada; es una música anquilosada en un Buenos Aires que no es el mío; que habla de un tipo de gente con la que no me puedo ver representado. Me resulta fascinante como metáfora de la vida pero yo no podría hablar de eso. El personaje del tango es para mí mucho más lejano que el personaje –mucho más universal- del que se habló en la música brasilera en los ’70, por ejemplo. Entonces… yo no me puedo identificar con el tango aunque lo adoro, me encanta; y los tangos de los ’30 y ’40 son obras maestras a las cuales soy híper sensible; pero no ha evolucionado, no ha habido quienes lo llevaran a un lugar donde aceptaran influencias, que es lo que pasó con la música de Brasil. O de Uruguay…

Esto teniendo en cuenta que hablás de la canción, porque vino Piazzolla…

Por supuesto… pero también te digo que las “canciones” de Piazzolla me resultan olvidables, no me gustan. Entonces… ¿el folclore? Me encanta, canté zambas de pibe y… ¿es ésa mi música? No… tampoco… porque estoy tan lejos de Santiago del Estero como de Río de Janeiro. La música brasilera se universalizó en su lenguaje musical. Y letrístico también, cosa que con la música argentina no pasó. Lo que ocurrió en Uruguay en los ’70 (y yo creo que de ser un país más grande, el candombe uruguayo tendría la misma proyección que el samba brasilero) con Rada, los Fattoruso, Mateo… no ocurrió en la Argentina. Entonces… recién hoy día, veo a tipos de 30 años como la gente de Aca Seca Trío, Edgardo Cardozo… que tomaron las raíces folclóricas y están yendo hacia otro lugar. Y lo celebro porque disfruto mucho de esa música. Yo de chico tocaba en un grupo de los denominados “de proyección folclórica” y si bien había un intento de innovar, una chacarera era una chacarera. ¿Y dónde me metía lo que venía escuchando del rock, del pop, de la música clásica? Porque después tenías que salir a tocar una chacarera con dos acordes; entonces… la música necesita respetar la raíz y tener hacia dónde ir. En ese sentido, Brasil es un país sorprendente. Con músicos de una categoría enorme, rompió esquemas respetando la raíz pero incorporando realmente lo que venía de afuera. Acá, la música nuestra… (piensa) con la que más me identifico es la de Seru Giran, Charly García, Spinetta… con tipos que tomaron el palo del rock, que fueron hacia otro lado pero no desde la que se denomina “música nuestra”. En esa ensalada de cosas, a la distancia, me permito hacer ese análisis y decir “¡mirá lo que pasó con la música de Brasil… y de Uruguay!”. Y ojalá pueda decirlo ahora de la música argentina. A mí siempre me resultó natural tocar música brasilera, en particular cuando escuché por primera vez a Chico Buarque. Yo no la fui a buscar, porque en esta ciudad (Buenos Aires) se sabe… encontrás de todo. Y en ese momento estaba el jazz, la música clásica, estudié con Walter Malosetti, mi viejo me llevaba a ver Swing 39, estaban The Beatles, el rock nacional y también el tango y el folclore. Cuando yo tenía 15 años estaba todo “ahí”…

Y no se te dio por incursionar en el rock argentino…

No… porque el rock… (piensa) yo creo que uno elige el vehículo donde se expresa mejor; nunca toqué blues, por ejemplo; siempre me incliné hacia músicas con una fuerte referencia armónica. Por eso es que pueden pasar ochenta temas de The Rolling Stones y no ocurrirme nada. Puedo comprender que le pase a otro, pero a mí… y de la misma manera, sí me pasa con The Beatles. Además, yo venía del palo del jazz porque supuestamente tocábamos mejor (risas). Claro… el jazz era mejor que el rock y Genesis era mejor que Kiss. No sé por qué… pero era así. De todas formas, el rock y el pop están en mí y de una u otra manera aparecen en mis discos.

¿Tuviste alguna resistencia por esto de cantar en portugués?

No. A veces puede sorprender… o que alguien te pregunte el por qué… además, la cosa distintiva parece ser el hecho de cantar en otro idioma, porque nadie se plantea el lenguaje musical, sino el por qué es en portugués. Pero cuando uno toca jazz, nadie le pregunta qué lo relaciona o por qué no vive en New York; el jazz no es una música nacida acá… vos me dirás que tiene más internacionalización que la de Brasil y puede ser… pero no mucha más.

Y vos que vas seguido a Brasil, ¿te encontraste allá con algún brasilero que haga música argentina?

Hay muchos tipos que hacen tango en Porto Alegre, pero nunca conocí a alguien que haga “música argentina”. Tengamos en cuenta que así como nosotros (los argentinos) conocemos todo de la música de Brasil, la relación es de un lado hacia el otro, no es bilateral. El argentino va a las playas brasileras, trae los garotos, baila el carnaval carioca en los cumpleaños (risas), hace todas esas pelotudeces… en cambio un brasilero no pone una chacarera en los cumpleaños de 15 (más risas).

Ni un tema de Los Redondos…

Ni un tema de Los Redondos ni come alfajores Jorgito (risas), ni viene a Mar del Plata a cagarse de frío…

En parte lo respondiste, pero ¿por qué creés que, cuando se trata de música brasilera, en general se habla de los cantautores y no de músicos como Hermeto Pascoal o Egberto Gismonti?

Porque es más accesible. La música de Hermeto, por ser instrumental, de compases irregulares, más volada, más experimental… es menos popular. Pero así y todo, es recontra popular. No sé cuántos músicos que hacen una música tan innovadora son tan conocidos como él. Por otro lado, cuando se habla de música popular sí se habla de Gismonti, de Hermeto, cuyas raíces están claramente en la música brasilera.

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