Discos / DVD's

Bill Frisell Al Cuadrado

Unspeakable
1968; White Fang; Sundust; Del Close; Gregory C.; Stringbean; Hymn for Ginsberg; Alias; Who Was That Girl; D. Sharpe; Fields of Alfalfa; Tony; Old Sugar Bear; Goodbye Goodbye Goodbye

Músicos:
Bill Frisell: guitarras; arreglos de cuerdas
Frisell - UnspeakableHal Willner: bandejas giradiscos
Tony Scherr: bajo, guitarra
Kenny Wollesen: batería
Don Alias: percusión
Steven Bernstein: trompeta
Briggan Krauss: saxo barítono
Curtis Fowlkes: trombón
Adam Dorn: sintetizador
The 858 Strings:
Jenny Scheinman: violín
Eyvind Kang: viola
Hank Roberts: violoncello

Nonesuch, 2004
Calificación: Está más que bien.

El mundo de la música está lleno de guitarristas que tocan excelente, muy bien, regular y más o menos; algunos son pirotécnicos y explosivos, otros abstractos o melódicos, los hay interesantes y aburridos. Y está Bill Frisell.

Este norteamericano con cara de científico bueno es quizás junto a los guitarristas Eugene Chadbourne, Elliott Sharp, Arto Lindsay, Derek Bailey y Joe Morris, uno de esos músicos que mucho ha dicho con su instrumento y afortunadamente tiene mucho más por decir.

Su música tiene bases fuertes, sostenidas en las raíces musicales norteamericanas: el blues, el folk, el country, pero sus pasos artísticos siempre fueron medidos desde el jazz y la vanguardia debido a su innegable talento para la improvisación y la experimentación sonora.
Sus últimos trabajos, Blues Dream (Nonesuch, 2001), Bill Frisell with Dave Holland and Elvin Jones (Nonesuch, 2001) y The Intercontinentals (Nonesuch, 2003) estuvieron más cerca del perfil norteamericano clásico y la música del mundo, que de la experimentación del pasado.
Con Unspeakable Frisell viró levemente, reclutando por primera vez un combo que incluye un trío de cuerdas clásicas con una línea de “caños” (instrumentos de vientos) propia de una banda de jazz, aunque sin darle necesariamente esa dirección a la obra.

La música es accesible de principio a fin y el disco tiene puntos muy altos con 1968, al comienzo, con un “loop” (ver nota al pie) que sirve de gancho y motivo para que el sonido friselliano haga de las suyas durante los 4:35” que dura.

Del Close tiene por momentos cierta reminiscencia al sonido del guitarrista George Benson, aunque luego las cuerdas lo alejan de él.

Gregory C es lento, con variados juegos armónicos a cargo de Frisell y con un Hank Roberts definitivamente delicado en el cello. Stringbean es un punto alto del disco, con su mid-tempo y las cuerdas haciendo un colchón de sonido que permite a la guitarra y a la electrónica destacarse por sobre el todo. Alias, seguramente dedicado al percusionista Don Alias, es uno de los temas más “up” del CD. D. Sharpe tiene al trío Roberts, Scheinman y Kang como animadores absolutos.

Fields of Alfalfa es otro tema bien arriba rítmicamente hablando, con gran trabajo de todo el grupo y especialmente de Wollesen y Alias en las percusiones. Tony comienza como una balada y muy de a poco se va transformando en un tema “funky”, con una guitarra rítmica “a la James Brown” y vientos al tono.

La producción de Hal Willner y su uso de la bandeja giradiscos suman en todo momento, y hacen de Unspeakable un gran disco apto para todo público, que afortunadamente tiene edición nacional. Aunque lamentablemente no tiene el cartón protector con el hermoso diseño de la edición original norteamericana ni la tapa y la contratapa del librito. Una verdadera picardía que sólo se justificaría entre tener que elegir si editarlo de este modo o no editarlo.

Nota: “Se llama ‘loop’ al procedimiento por el cual se une el final de un sonido con su comienzo (originariamente se lograba con un surco cerrado en un disco de pasta), logrando, según las características de un sonido en el tiempo, un continuo o una repetición”. Diego Fischerman – La Música del Siglo XX (Paidós Postales)

Frisell - Richter 858Bill Frisell
Richter 858
858-1; 858-2; 858-3; 858-4; 858-5; 858-6; 858-7; 858-8

Músicos:
Bill Frisell: guitarras y electrónica
Jenny Scheinman: violín
Eyvind Kang: viola
Hank Roberts: violoncello

Songlines, 2005
Calificación: Déme Dos.

Richter 858 se trata de otra cosa, no sólo por la instrumentación musical sino porque originalmente le fue solicitado a Frisell por encargo para acompañar un libro de pinturas del pintor alemán Gerhard Richter.
El libro, una obra de arte lujosamente presentada, contiene sesenta y un reproducciones de Richter (entre ellas la suite de ocho pinturas abstractas aludida en el CD de marras), poemas de trece autores norteamericanos de la talla de Richard Howard, Paul Hoover, James Mac Manus y Jorie Graham, entre otros y textos de Dave Hickey, Klauss Kertess y del mismo Richter.
Richter 858, afortunadamente, también fue editado como CD separado y en él encontramos al Bill Frisell más arriesgado a la hora de hacer música. El disco tiene una atmósfera musical eminentemente clásica moderna, con una aproximación a la improvisación en la que Frisell decidió darle a las composiciones una impronta colectiva antes que de puro lucimiento individual. Quienes conozcan su discografía deberán remitirse a American Blood, Safety In Numbers (Intuition, 1995) y a Quartet (Nonesuch, 1996) para comprender a qué me refiero.
David Breskin, productor general e ideólogo de todo el proyecto se resiste a enfocar la cuestión musical de Richter 858 en “composiciones” y prefiere enfatizar la idea de “tocar”, en el sentido que él cree que lo que hizo Richter con el pincel y sus pinturas abstractas, Frisell lo hace con la guitarra y de allí que fue elegido como “el” músico.

Discusiones aparte, quienes simpaticen con el lado menos “amable” de la obra de Bill Frisell quedarán absolutamente satisfechos, alegres y embelesados por reencontrar a un artista cuyos mismos comienzos fueron el riesgo y la experimentación.

El comienzo con 858-1 es verdaderamente promisorio con una introducción explosiva de cuerdas disonantes tocadas con frenesí, más el sonido de la guitarra de Frisell metiendo miedo entre ellas. Si había dudas respecto a que el guitarrista había abandonado su costado arriesgado, esta es la prueba más genuina que no es así. Enhorabuena que ello ha sucedido.
En 858-4 las cuerdas clásicas delinean una suerte de composición barroca, hasta que el tema muta en una melodía repetitiva guiada por el cello, la viola y el violín, en la que Frisell hace juegos electrónicos que le dan al tema matices de excentricidad y belleza únicos.
858-5 también tiene un motivo rítmico repetitivo llevado a cabo esta vez por todos los músicos y jamás llega a saberse qué instrumento lidera la exploración y cuál la estructura propia de la composición. Otra belleza.

858-7 simula una melodía cuasi celta, agradable, con destellos de agresividad (bien entendida) en las cuerdas y la electrónica.
El disco fue grabado en vivo, sin sobregrabaciones, remezclas, ni cambios de post-producción.
La edición del CD (sin el libro aludido más arriba) incluye el librito de catorce páginas con notas y pensamientos de David Breskin, una entrevista a Bill Frisell a cargo del productor Tony Reif, las ocho pinturas de Gerhard Richter e información completa sobre todo el proceso.
Una enorme obra de arte para disfrutar en todos sus aspectos.

Hugo Linares.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *