Dana Lyn: A Point On a Slow Curve
Mountain Climbing; Dingbats; If Womankind Had Built This Transportation; Welcome to Painterland; Daytime Atheist; Death Rose; White Rose; The Rose; Coda – The Removal
Músicos:
Dana Lyn: violín
Patricia Brennan: vibráfono
Noel Brennan: batería
Danielle Buonaiuto: voz
Madeline Healey: voz
Catherine Hedberg: voz
Mike McGinnis: clarinete, clarinete bajo
Elizabeth Merrill: voz
Hank Roberts: cello
Sara Schoenbeck: fagot
Gary Wang: contrabajo
Sello y año: In a Circle Records, 2022
Calificación: Excelente
El compromiso es un acto, no una palabra (Jean-Paul Sartre)
La palabra compromiso está enlazada de manera ineluctable con el deber, la voluntad, el cumplimiento de algo acordado y la conducta.
El acto de asumir un auténtico compromiso, es decir: un compromiso sostenido en el tiempo y también en las convicciones, termina constituyéndose per se en la fuente esencial de energía que permite alcanzar los objetivos y las metas trazadas sin importar la dedicación y el esfuerzo que demanden.
El arte siempre ha sido tierra fértil para la manifestación de cómo un compromiso creativo -llevado hasta sus últimas consecuencias- puede hacer que una obra trascienda a su tiempo, ya sea estableciendo nuevos paradigmas estéticos, o bien cimentando las bases para el desarrollo de modelos creativos hasta ese momento inexistentes.
A lo largo de la historia hallamos muchos ejemplos de obras en donde las nociones de arte y compromiso aparecen unidas de forma indeleble.
Algunas de ellas encontraron reconocimiento inmediato; en cambio otras tuvieron que ser resignificadas con el tiempo porque resultaron incomprendidas en su época o por haber permanecido ocultas al público hasta muchos años después de su realización.
Uno de los ejemplos más emblemáticos de esto último, es la obra titulada The Rose perteneciente a la pintora, escultora y artista visual estadounidense Jay DeFeo.
The Rose es una monumental pieza híbrida -a medio camino entre la pintura abstracta multidimensional y la escultura masiva- de más de una tonelada de peso realizada mediante capas de óleo mezcladas con madera, mica y objetos encontrados, sobre la que Jay DeFeo trabajó usando paletas y espátulas, raspando e incluso empezando su obra desde cero en varias ocasiones, aunque siempre manteniendo un norte creativo al que su realizadora describió oportunamente como “encontrar un centro”.
La realización de esta icónica pieza de arte demandó ocho años de dedicación exclusiva (desde 1958 a 1966) y permaneció oculta durante casi tres décadas en un sótano del San Francisco Institute of Art. Recién en 1994 -cinco años después del fallecimiento de Jay DeFeo- The Rose fue adquirida y restaurada para su exhibición definitiva en el Whitney Museum of American Art de la ciudad de Nueva York.
El magnífico álbum de Dana Lyn que lleva por título A Point On a Slow Curve se entrelaza firmemente con The Rose; no sólo porque esa obra de Jay DeFeo es la fuente de inspiración en la que abreva, sino también -como luego detallaremos- debido a algunas similitudes en los procesos creativos de ambas manifestaciones artísticas.
La multifacética trayectoria desarrollada por la violinista, pianista, compositora y artista visual Dana Lyn -quien reside en Brooklyn, Nueva York– abarca colaboraciones con los galardonados cantautores Stew (Mark Stewart) y Heide Rodewald, el renombrado poeta irlandés Louis de Paor y los afamados actores Ethan Hawke y Vincent D’Onofrio.
Además trabajó con el reconocido artista interdisciplinario Taylor Mac, hizo composiciones por encargo a favor de prestigiosas instituciones, escribió piezas para los violinistas Johnny Gandelsman y Nicholas Cords y tuvo a su cargo la realización de numerosos videos musicales, entre muchas otras aportaciones artísticas.
La discografía de Dana Lyn comprende a su debut solista en 2004 con Looking for the Early Opener, la reinterpretación de obras de Johann Sebastian Bach cristalizada en In Double de 2009, The Hare Said a Prayer to the Rainbow and Followed the Fox Down the Hole en 2011 (a dúo con el guitarrista Kyle Sanna) y Aqualude de 2013, propuesta en la cual estuvo acompañada por Mike McGinnis, Jonathan Goldberger, Clara Kennedy y Vinnie Sperrazza.
Su versátil producción discográfica la completan otros dos lanzamientos junto al guitarrista Kyle Sanna (The Great Arc de 2015 y The Coral Suite en 2018) y los dos álbumes del proyecto que combina música y textos en donde comparte liderazgo con Vincent D’Onofrio: Slim Bone Head Volt de 2015 y Slim Bone Head Volt Vol. 2 en 2018.
Dany Lyn, en el álbum A Point On a Slow Curve, ofrenda un subyugante poema sonoro en nueve movimientos para coro femenino y ensamble instrumental, que aspira a extrapolar en términos musicales el extenso y sacrificado proceso creativo recorrido por Jay DeDeo para elaborar su obra cumbre: The Rose.
La génesis del proyecto protagonizado por Dany Lyn tuvo lugar hace más de ocho años cuando leyó el capítulo dedicado a Jay DeFeo en el libro de Ann Charters y Brenda Knight Woman of the Beat Generation: The Writers, Artists and Muses at the Heart of a Revolution.
De inmediato la compositora comenzó a bosquejar lo que ahora es el octavo movimiento de A Point On a Slow Curve: The Rose.
Sin embargo, la fascinación de Dana Lyn por el carácter exploratorio, la dedicación extrema y el compromiso artístico implícitos en de The Rose, se prolongaría más tarde a través de sucesivas visitas a la DeFeo Foundation de la ciudad de Berkeley y una detallada tarea de investigación sobre toda la obra de Jay DeFeo.
En años subsiguientes, Lyn continuó escribiendo piezas inspiradas en DeFeo y The Rose e incluso llegó a descartar dos grabaciones tentativas de la obra.
Así hasta encontrar, finalmente, un formato definitivo para A Point On a Slow Curve integrado por su líder en violín, Hank Roberts en cello, Sara Schoenbeck en fagot, Patricia Brennan en vibráfono, Mike McGinnis en clarinetes, Gary Wang en bajo, Noel Brennan en batería y las cantantes Danielle Bonaiutto, Catherine Hedberg, Elizabeth Merrill y Madeline Healey.
El álbum da inicio con la cautivadora dramaticidad que destila Mountain Climbing. La pieza se aposenta sobre un progresivo crescendo instrumental hasta converger en una espaciosa secuencia que ubica, en el centro de la escena, al vibráfono de Patricia Brennan. La segunda parte de este primer movimiento eslabonará sucesivos contrapuntos -donde sobresalen el violín de Dana Lyn, el cello de Hank Roberts y el clarinete de Mike McGinnis– con una resolución de naturaleza épica acentuada por estratégicos ornamentos vocales.
Desde los candorosos contornos iniciales que dibuja Dingbats se eleva una vivaz e imaginativa intervención solista del fagot de Sara Schoenbeck. A continuación sobrevienen un ejercicio contrapuntístico de notable factura, envolventes pasajes de improvisación colectiva, la expresividad que imprimen las voces a los confesionales textos de Dana Lyn (“…hacer arte me ayuda a reducir el mundo a algo con lo que puedo lidiar”) y una chispeante reformulación final del motivo que dio origen a la pieza.
En If Womankind Had Built This Transportation concurren la encantadora amalgama vocal cristalizada por las sopranos Danielle Buonaiuto y Madeline Healey y el registro alto de Catherine Hedberg y Elizabeth Merrill, las precisas cadencias del bajo de Gary Wang, la protagónica frescura que imparte el clarinete de Mike McGinnis y una elocuente fase resolutiva en donde las voces se funden con la sección instrumental.
Una colorida introducción en batería a cargo de Noel Brennan marca la apertura de Welcome to Painterland. El arco narrativo de la composición crece al conjuro de un motivo melódico que transmite entusiasmo y curiosidad. Sobre ese andamiaje estructural, irán emergiendo las estupendas contribuciones de Dana Lyn en violín y Sara Schoenbeck en fagot hasta disolverse con naturalidad en el sutil epílogo que plasma el vibráfono de Patricia Brennan.
Daytime Atheist es una pieza vocal de arrebatadora belleza, con protagonismo excluyente de Elizabeth Merrill, Catherine Hedberg, Madeline Healey y Danielle Buonaiuto, cuya letra ofrece reflexiones de un artista insomne (“Tranquilas eran las noches anteriores a estas, cuando aceptamos lo que no podíamos ver”), mientras que los melancólicos trazos recorridos por Death Rose encuentran sus puntos preponderantes en los aportes instrumentales realizados por el cello de Hank Roberts y el bajo de Gary Wang, un embriagante interludio vocal y la catártica improvisación colectiva que permite alcanzar el clímax del tema.
En el encanto sin par de White Rose van concatenándose un efervescente diálogo entre la batería de Noel Brennan, el violín de Dana Lyn y el fagot de Sara Schoenbeck, la burbujeante intervención de las voces, los atinados acentos percusivos impulsados por la batería de Noel Brennan y un vibrante ascenso subrayado de manera inmejorable durante el solo en clarinete de Mike McGinnis.
La hipnótica The Rose germina a partir de un preludio vocal de tono catedralicio desde el cual se suceden una sugerente sección con epicentro en el vibráfono de Patricia Brennan, las dinámicas ascendentes definidas por el bajo de Gary Wang y luminosas contribuciones de Dany Lyn en violín y Hank Roberts en cello.
La parte final marcará el retorno de las voces al primer plano para describir las penurias y complicaciones sufridas por Jay DeRose durante la realización de la obra que da título a este movimiento: The Rose.
En tanto que la composición que da cierre al álbum, Coda – The Removal, contrastará un fragmento inicial a cuatro voces sobre textos litúrgicos en latín con una parte conclusiva instrumental de inocultable vivacidad.
Dany Lyn, en el fascinante A Point On a Slow Curve, entrega un alegato artístico tan personal, épico, extremo y comprometido como la monumental obra de Jay DeFeo en que se inspira.
Las obras de arte nacen siempre de quien ha afrontado el peligro, de quien ha ido hasta el extremo de la experiencia, hasta el punto que ningún humano puede rebasar (Rainer María Rilke)
Sergio Piccirilli