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Diario de Viaje – Abril '09

1 – A Alejandro Sokol lo conocí en 1986. Yo estaba haciendo un programa de radio en FM Triac de Hurlingham, frente a la Plaza, en un primer piso desordenado y querible, con olor a humedad y problemas para mantenerse económicamente, que Mario Ferrarese dirigía con una libertad maravillosa.
Me habían avisado de una banda que se llamaba S.O.K.O.L. y rápidamente linkié con Alejandro, baterista original de Sumo. En 1986 Sumo era Sumo, pero Alejandro no quería que se supiera de donde venía. Quedamos para las 22 horas en la radio, para salir al aire un ratito después. La consigna era no hablar de Sumo. Alejandro estaba trabajando en una fábrica local, Sckolnick, que al tiempo cerró.
La radio no era muy ordenada, es verdad. Cuando tocaron timbre no encontrábamos la llave por ningún lado y Alejandro entró por la ventana. Curioso ingreso.

El demo estaba bueno, mucho reggae, su voz por delante y una banda ya formada que cambió de nombre para incorporarlo a Sokol de frontman, de puro coraje. Tenían un tema llamado Call My Name, que después junto a Germán Daffunchio llamaron Astroboy, era la misma letra pero la música era diferente, era liviana, alegre.
Enseguida salió la idea de organizar unos shows en el club Defensores de Hurlingham, junto a algunos grupos locales y a otros programas de la radio. No había un mango de por medio para nadie, pero había ganas.
Cuando llegó la noche del evento, vimos un público no habitual, era un público familiar, bien vestidos, bien arreglados, padres con hijos, era raro para un show. Después caímos en la cuenta que eran sus compañeros de iglesia, que iban a ver a su compañero que cantaba en un grupo. Alejandro abría los ojos grandotes y estaba muy feliz, se pasó el show saludando a sus amigos desde el escenario. Impecable concierto.
Al poco tiempo salió una oportunidad de hacer un festival en la plaza de Hurlingham, que lo iba a transmitir la radio en directo. Tocaron Magnun 44, RAP, Durazno de Gala y S.O.K.O.L. Hacía poco que Luca había muerto, y ése fue el último concierto de Alejandro frente a su banda. Germán Dafuncchio estaba entre el público, no creo equivocarme si digo que ahí se formó Las Pelotas.

2 – Un viernes me tocó hacer el programa en un muy mal estado de ánimo, no tenía ganas, iba para mi casa a buscar los discos que había separado y viendo qué excusa ponía para no ir, cuando me encontré con Pepe Luís en la calle. Le conté qué me pasaba y me dijo “-Vos andá. Empezá el programa que yo llego más tarde”. A los quince minutos de inicado y en medio de una canción, se apareció el increíble Pepe, el inolvidable, con Alejandro bajo el brazo, venían en tren de levantar ánimos y asi lo hicieron, empezamos a improvisar una charla al aire y, cuando pasamos el primer tema, Ale dice: “- ¡qué cagada, me olvidé la viola!”. Volvimos al aire e hicimos el comentario, pasaron 10 minutos y tocaron el timbre, un oyente se acercó con una guitarra a la radio, la inmediatez maravillosa de ese medio. Alejandro se sentó en el respaldo de la silla y poniendo los pies sobre el asiento estrenó Si Supiera, en una versión hermosa que me guardo para mí por siempre.

3 – Estuve en ensayos de Las Pelotas, en varios de la primera época, vi la transfor-mación de Alejandro, esa dicotomía entre ir a predicar de mañana y las noches de fines de los ochentas, los años me alejaron de él, la muerte prematura (siempre es prematura cuando se habla de alguien así…) de Pepe Luis, con un contacto casi diario con él también me alejó y a partir de allí se transformó en un personaje casi público. Hace rato que no estaba bien, pero Alejandro Sokol era un ser con luz propia, con una humildad gigante, con un corazón de oro y debilidades como cualquiera. Lo vamos a extrañar mucho, de veras.


4 – Mis elegidos de 2008 son los siguientes:
Músico: Luis Alberto Spinetta
Banda: Tv On the Radio
Músico Revelación: Lindstrom
Banda revelación: Ninguna
Álbum: Dig Lazarus, Dig – Nick Cave  Third – Portishead
Banda / Músico en concierto: REM / Dave Matthews Band

4b – Discazo el de Raíces 30 años, necesario de escuchar y seguramente uno de los discos del año que empezó. La banda de Beto Satragni (uno de los mejores bajistas del continente, ¡¡carajo!!) juntó a la formación original de 1978, lograron hacer artesanalmente una obra para disfrutar como pocas. Gracias Andrés Calamaro, sos una persona generosa y se nota. Comentario al margen, hoy por hoy… ¿se puede sacar un disco por Melopea sin que intervenga Litto Nebbia? El otro cambio, los que se fueron es un temazo (no hay discusión), pero me hace ruido en el medio de un disco de Raíces.
A comprarlo, que es independiente, ¿eh?

4c- Otro independiente es el de Claudia Puyó. Está muy bien, pero lo que está mejor es la baguala Maldigo del Alto Cielo, de Violeta Parra, uno de los puntos más altos y más intensos que escuché en este último tiempo. La Puyó recargada.

5 – Tercera visita de Peter Gabriel a la Argentina; y creo, sin temor a equivocarme, que la expectativa era diferente que en Amnesty y en 1993. No había un compromiso de presentación de un disco de por medio, el último editado, Up, es de 2002 y desde esa fecha los datos sobre él son dispersos, un tema candidato al Oscar para la película Wall-e, el proyecto Big Ball Blue y varios soundtracks. Pero Gabriel es Gabriel y no decepciona.
La cita era en el Estadio Amalfitani, cerca de la General Paz y siempre a la sombra de River. Con un estadio llenándose de a poco arrrancó el grupo soporte/sorpresa, con la presentación del mismo Peter en pantalla gigante. Se trata de The Swan Black Effect, la banda de un ex Reef (no Vitico, no confundir), que mezcla como en un Revuelto Gramajo el sonido de los últimos años; arrancó bien, pero al rato se los podía comparar tanto con Keane como con Radiohead, Smashing Pumpking y/o Nirvana. Tema cerrado.
Se apagaron las luces y los sonidos fueron llevando al primer tema, con los aplausos la música se fue abriendo hasta desembocar en una aplastante versión de The Rhythm of the Heat, el tema que abre su disco IV (Security), memorable momento de 1982.
Nuestras caras de fans incrédulos iban en aumento con el correr de los momentos. Se trató de un show para fans, un show estudiado a partir de su discografía y con ella sobre la mesa, sin concesiones para estadios, pensando realmente en el oyente y en lo que tenían ganas de tocar. Siguieron con On The Air (1978) e Intruder (1980), cerrando un momento increíble sólo opacado por un sonido que iba mejorando y empeorando según las canciones.
En cada uno de los intervalos entre tema y tema, Peter se acercaba a un micrófono y leía un guión en castellano que anticipaba lo que se iba a escuchar, dándole una vuelta de rosca a algunos temas de un modo interesante, como con Steam y Blood of Eden de Us (1992).

Para Games Without Frontiers y No Self Control (1980) la puesta estuvo a la altura de las circunstancias, sobria pero eficiente, impactante. El otro toque de “me cagaste” fue con Mother of Violence cantado por su hija Melanie y acompañada por ese piano hermoso, que nos dejó en un estado mágico por unos instantes.
Cuando esa paz terminó fue el momento de Darkness, maravilloso testigo de que Gabriel puede abrirte la cabeza a fuerza de energía y llevarte en un tour-de-force de arriba abajo en un solo tema.
Los que no le habíamos dado bola al proyecto Ovo tenemos que escucharlo de nuevo y prestar especial atención al tema The Tower that Ate People, que suena increíble en vivo.
Otro momento “me cagaste” fue San Jacinto. ¡¡¡Qué bueno que no vi la set list por Internet antes de ir al show!!! ¡¡San Jacinto!! ¡Tiene 27 años y tan joven está! El estadio estaba con la boca abierta. Otra vez.
Ya mediando el concierto se supone que empiezan a aparecer los temas más Aspen de Gabriel, ¿no? Aquellos que lo acercaron a los grandes éxitos clásicos para toda la familia, entonces fue el turno de Big Time, Solsbury Hill y Sledgehammer, condimentado en el medio por Secret World, temazo con un crescendo que arrastra hasta a los que querían escuchar a Bryan Adams.
Pero como se trata de Peter Gabriel, esta mezcla física entre el Pelado Cordera y Chiche Gelblung, el tipo es áspero, áspero como para dejar el escenario después de Signal to Noise, uno de los últimos temas del disco Up que en vivo es terrible. ¡¡¡No te podés ir asi, hay que tener huevos para cerrar un set con este tema!!! ¡¡Qué maravilla Señor!!

No se hizo esperar demasiado y arrancó In Your Eyes con su hija reemplazando por momentos a Youssou N`Dour, bastante más linda la nena, por cierto. Otra sorpresa, todo se cubrió de rojo para Red Rain y por suerte la lluvia que se esperaba no cayó en Velez, pero nos regaron con una energía que me dura hasta hoy…
Pocos artistas pueden hacer lo que hace Peter con un estadio lleno, pocos artistas pueden sentarse a un piano y dejarte helado con la calidez interpretativa de Father, Son, sobre imágenes con su propio padre en tamaño gigantesco. No volaba una mosca.
Y el cierre fue con Biko. Todo dicho.

Un comentario que suma: la mayoría de los temas, como verán, datan de hace muchos años, la voz de Gabriel ya es una voz adulta, sin embargo estuvo a la altura de las circunstancias, tratando de reproducir esos momentos que venimos esperando hace más de veinte años.
El resultado es más que positivo, mucho más, Peter Gabriel es uno de esos músicos que siempre te da más, siempre podés esperar algo más, a los 59 años está entero y con una historia por detrás más que interesante. Más de dos horas de show. Más de veinte años esperando esto.

6 – Y termino acá.

Horacio "Poyo" Magnacco

Nota Relacionada: Peter Gabriel – Siempre Está Volviendo

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