Elvis Costello, Donald Fagen, Ray Davies
Y tal vez lo sean y todo, che.
En Japón acaba de editarse My Flame Burns Blue, disco en vivo de Elvis Costello (¡ése, el esposo de Diana Krall!) y que refleja una actuación en el South Sea Jazz Festival, acompañado por la Metropole Orkest.
El álbum, de edición limitada, contiene varios clásicos del "cara de nerd" pero con arreglos jazzeros: Almost Blue, Can You Be True?, God Give Me Strength, Watching the Detectives, My Flame Burns Blue (Blood Count), las fantásticas Dust y Episode of Blonde (del injustamente menospreciado When I Was Cruel) y un par de nuevas canciones.
Como valor agregado, acompaña un CD bonus con la obra Il Sogno.
La idea ha sido trasladada a los EEUU, por lo que el 27 de marzo, Costello inciará una gira con distintas orquestas (de acuerdo al lugar) por San Francisco, Houston, Baltimore, Boston, Brooklyn y Atlanta.
Además, el 19 de abril se edita el DVD Club Date Live In Memphis, junto a The Imposters
Otro que tire y pegue: Donald Fagen.
El 50 % de los Steely Dan (uno cree que su porcentaje es mucho mayor pero…) sacará su tercer disco solista en 25 años.
Así es: en 1981 apareció The Nightfly concebido, según su responsable; "en un momento de juventud"; en 1993 lo sucedió Kamakiriad, donde "se percibe la madurez" y de su tercer opus, Morph the Cat, opina que " trata sobre el final de la vida".
Grabado entre Nueva York y Kauai (Hawaii) junto al ingeniero Elliot Scheiner y los músicos Keith Carlock, Freddie Washington y Hugh McCracken, Morph the Cat será editado en los Estados Unidos por Warner el próximo 7 de marzo.
Donald agrega que éste es "el álbum más cercano a mi visión de cómo debe sonar la muerte, no creo que lo pueda hacer mucho mejor".
No hay dos sin tres: Ray Davies.
El mítico y queridísimo líder de The Kinks debe ser uno de los compositores menos reconocidos en función de su talento.
La banda sacó su último disco hace más de 10 años; tiempo suficiente como para que el Ray (Rey) entregue 13 canciones en su nuevo disco, Other People's Lives, donde no faltarán su tendencia a la crítica social, no exenta de un humor corrosivo; todo, esperemos, teñido de la inteligencia supina que lo ha caracterizado durante más de 40 años de batallas.
