El Ojo Tuerto

Festival Buenos Aires Jazz ’09: Segunda parte y de las buenas

Del jueves 03 al martes 08 de diciembre de 2009
Escenarios y horarios varios – Buenos Aires

Estamos en condiciones de afirmar que, aparentemente… (aunque si es “aparentemente” no estaríamos en condiciones de afirmar nada, pero… usted me entiende… espero), el Festival Buenos Aires Jazz llegó para quedarse. Entre los días jueves 03 y martes 08 de diciembre se llevó a cabo la segunda edición, nuevamente bajo la Dirección Artística del pianista Adrián Iaies.
En la edición 2008 se había anticipado que, para esta oportunidad, la programación recalaría exclusivamente en los músicos locales. No obstante, si bien no hubo la cantidad (y calidad) del año pasado, hubo artistas internacionales de real valía, con el pianista Fred Hersch como principal atracción.

La verdad que (me) resulta harto dificultoso congeniar algunas cuestiones… y supongo que no soy el único. Por un lado tenemos la decisión (¿política… artística… etcétera?) del Gobernador de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires de promover, realizar y apoyar este Festival; magnífico desde la intención, con apertura, propuestas, ideas… aunque estas aptitudes deben tildarse en el casillero del Director Artístico, sin dudas. Pero alguien mencionó a quien lo designó. Y ese alguien es el Gobernador. Un tal Mauricio Macri.
Que por el otro lado viene realizando una gestión de gobierno que me permito tildar de pésima, excusándose reiteradamente en “el que hace, se equivoca” (trasladadlo a un cirujano, por favor), obviando sus (dudosas) propuestas pre-gubernamentales, con escándalos que los medios se encargan de disimular de manera vergonzante, utilizando en varias ocasiones una inusitada violencia contra los desposeídos, permitiendo (luego echándose atrás) la construcción de muros para separar (en Las Cañitas, en Retiro) a pobres de gente “bien” y, en el último tiempo (cercano), adosándole a su currículum la designación del Fino Palacios, el papelón de las escuchas telefónicas y, ayer nomás, el nombramiento (y a os pocos días posterior destitución) del reaccionario Abel Posse como Ministro de Educación.

Pero lo cortés no quita lo valiente, una cosa no implica la otra, las apariencias engañan, el saber no ocupa lugar, de tal palo tal astilla, con la música a otra parte, cada gusto cuesta un susto, no hay mal que por bien no venga, de ilusiones también se vive y segundas partes nunca fueron buenas.
Ehhh… ¿cómo?
¿Nunca?
Bueno… relativicemos… ya lo decía Don Miguel de Cervantes: “Paréceme, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero porque todos son sentencias sacadas de la mesma experiencia, madre de las ciencias todas“.
La experiencia, madre de las ciencias todas… Y en este caso, al Festival nos referimos, sin dudas que la experiencia del debut ayudó. La oferta ha sido prácticamente infinita, con conciertos de toda índole (pagos, gratuitos, en teatros, en bares, al aire libre…), cruces entre músicos locales e internacionales, nuevas comisiones, Masterclasses, mesas de debate, clínicas, jams, entrevistas entre colegas (músicos)…

Decíamos… segunda edición del Festival Buenos Aires Jazz. Que, lamentablemente, me encontró disminuido físicamente y sin poder asistir a varios de los conciertos a los que les tenía ganas. Haremos mención de lo acontecido y nos detendremos, obviamente, en aquellos eventos en los que hemos estado presentes.

Jueves 03

Todo se inició nada menos que con una Masterclass a cargo del pianista Fred Hersch en el Teatro Presidente Alvear a las 14:00 hs. A las 17:00 hs. fue el turno del taller gratuito La voz que recorre el jazz, a cargo de la cantante Roxana Amed (esto se repetiría los días viernes 04 y sábado 05, en el mismo horario y también en el Complejo Cultural 25 de Mayo). Por la noche, a las 22:00 hs., Gillespi, Franov & amigos en Dos pequeñas cosas en el Café Vinilo; mientras que a las 22:30 hs., en el Club Lounge, se presentaron el Noneto y la Big Band del Conservatorio Manuel de Falla.

Un rato antes, a las 20:30 hs, estuvimos en el Teatro Presidente Alvear para presenciar la actuación del Fred Hersch Trio. A las 20:45 hace su ingreso el grupo de apertura, el Hernán Merlo XL9tet, conformado por Sergio Wagner (trompeta), Ramiro Flores (saxo alto), Juani Méndez (saxo tenor), Francisco Salgado (trombón), Diego Urbano (vibráfono), Juan Pablo Arredondo y Patricio Carpossi (guitarras), Fermín Merlo (batería) y el líder en contrabajo.
Hernán Merlo, contrabajista señero del jazz en la Argentina e inquieto como pocos, no suele andarse con chiquitas (¿por eso el “XL”?): tomó clases con Charlie Haden, Michael Formanek, Mark Helias y Scott Colley; y no sólo ha tocado con la mayoría de los músicos de jazz más reconocidos de su país, sino que también hizo de las suyas con artistas extranjeros como Joe Pass, Barry Altschul, Chris Cheek, Conrad Herwig, Ingrid Jensen, Fareed Haque, David Kikoski, etc. En esta ocasión, el contrabajista decidió recrear la música de un tal Charlie Mingus, despachándose con un quinteto NBA como Goodbye Pork Pie Hat, Jam Monk, Wednesday Night Prayer Meeting, una brevísima y contundente Fables of Faubus como cierre y la magnífica Pithecanthropus Erectus, con la que abriera su actuación. El noneto sonó ajustadísimo. Muy buenos momentos a cargo de Sergio Wagner, Ramiro Flores y Diego Urbano. El líder, sólido como es su costumbre, ofreciendo una base lúdica y monolítica en la que también sobresalió el jovencísimo (17 años) baterista Fermín Merlo (hijo del contrabajista y que está para grandes cosas). Pudo habérsele sacado un poco más de jugo (tal vez) a las dos guitarras, pero para una actuación de 25 minutos es hilar demasiado fino.

A las 21:35 hs., sube al escenario el Fred Hersch Trio, combo que además del pianista integran el baterista Nasheet Waits y el contrabajista Matt Penman. El inicio es con I Wish I Knew; el trío suena chiquito y permite apreciar todo detalle. Los músicos, con gran soltura, apuestan aquí a la melodía sin lugar para estridencia alguna. Lo que siguió fue un original del pianista, una breve intro de piano con guiños al romanticismo alemán se complementa con la inventiva de Nasheet Waits. El interés real aparece en Forerunner, de Ornette Coleman. Un free acotado, con Penman teniendo una mayor presencia y el pianista jugando sutilmente con las disonancias. Gran relectura. Las buenas siguen con un medley: Lonely Woman, de Coleman y Nardis de Miles Davis. Luego de un comienzo a cargo de Waits, la irrupción de Penman deja pista para Fred Hersch que sabe cómo aprovecharla. La versión de Lonely Woman está en las antípodas de Naked City pero es igualmente efectiva y atrapante. El muy buen solo del contrabajista desemboca en una Nardis que nunca estuvo tan cerca de Ornette. Mandevilla, nueva composición del pianista, es una balada amable, con cierto aire latino, muy bien tocada y poco más. Bemsha Swing viene acompañada de una exquisita intro de piano y un gran trabajo en los tambores de Waits. Impactante versión, gran momento.
Still Here, composición de Hersch dedicada al saxofonista Wayne Shorter es una balada previsible que aporta un buen solo del contrabajista. Apenas eso.

Una lúdica reinvención de Change Partners, de Irving Berlin, dio paso a Mood Indigo, de Duke Ellington. Una delicia, sin demasiadas complejidades, con una cadencia similar a la versión de Joe Jackson en Summer in the City, sólo que algo más extensa. El final correspondió a In Walked Bud, de Thelonious Monk, que fue directo a los bifes. Despojada, intensa, con cierto desborde contenido y que incluyó un gran dueto a cargo de Hersch y el baterista Nasheet Waits.
Fred Hersch se presentó en Buenos Aires con su afiatado trío, mostrando varias de sus bondades. Dueño de un lenguaje accesible pero a la vez introspectivo, reflexivo y profundo, su performance brindó momentos excelsos (la mayoría) y también otros donde los caminos parecieron excesivamente transitados de antemano. Poseedor de un fuerte lirismo, los momentos más emotivos y atractivos resultaron, paradójicamente, a la hora de adentrarse en las composiciones de dos terroristas: Ornette Coleman y Thelonious Monk.

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