El Ojo Tuerto

Festival Buenos Aires Jazz ’09: Segunda parte y de las buenas

Domingo 06

Dos actividades en el Centro Cultural Recoleta a las 17:00 hs. En el Microcine, la proyección de Anita O’Day: The Life of a Singer; y en el Espacio Living, Músicos x Músicos, con el aporte de Fernando Tarrés, Carme Canela, Roxana Amed y Sofía Rei Koutsovitis. En el mismo C.C., pero en la Terraza, tres conciertos: a las 18:00 hs., la Orquesta de Arturo Schneider; a las 19:30 hs. Mariano Otero Noneto presentando Desarreglos (CD tributo a Walter Malosetti); y a las 21:00 hs., Guillermo Klein y su grupo homenajeando al Cuchi Leguizamón.
También tres fueron los espectáculos ofrecidos en el Teatro Sarmiento: a las 20:00 hs., Arturo Puertas Cuarteto; a las 21:00 hs., Isabel de Sebastián & Bob Telson + Franco Luciani; y a las 22:00 hs., Rodrigo Domínguez Cuarteto. En La Trastienda, a las 20:30 hs., Tango Jazz Club (Franzetti, Marconi, Bergalli, Aslán) y luego, a las 23:30 hs., la jam session con Gillespi. A las 22:00 hs., en el Café Vinilo, el turno del encuentro entre Ben Monder, David Xirgu, Gorka Benítez, Hernán Jacinto y Ezequiel Dutil. En tanto que a las 22:30 hs., en el Club Lounge, se presentó nuevamente Steve Cardenas con el Ensamble del Conservatorio Manuel de Falla.
Nosotros optamos nuevamente por lo desconocido y acudimos al Teatro 25 de Mayo una vez más.

A las 21:00 hs., ingresa puntualmente al escenario Contracuarteto, grupo chileno conformado en 2004, creado y liderado por el contrabajista Roberto Lecaros, a quien acompañan Cristian Gallardo en saxo alto y flauta, Andrés Pérez en saxo tenor y Félix Lecaros en batería. Que salió a quemar las naves con Graffiti, con un hard bop casi free, los saxos alto y tenor despachándose a velocidad supersónica, el cuarteto afiatado y, en medio de un caos contenido, un abrupto final. Menos alocados, igualmente compactos y enérgicos en Chasqui, que incluye un muy buen solo de Roberto Lecaros en contrabajo al que se empalma Andrés Pérez en tenor. Pero la nota (las notas) la da Cristian Gallardo en saxo alto con un solo incendiario.
Ocaso de un amor es una balada interpretada en trío: batería, contrabajo y tenor. Bien tocado, poco más y el protagonismo casi absoluto de Andrés Pérez.

Nuevamente en cuarteto para Sin permiso y con el acelerador a fondo. Impecable técnica de Gallardo, a quien le gusta meter dedos. Me hace acordar a Ornette Coleman o a un John Zorn acotado. Más sobrio resulta Pérez, sostenido por un atildado y notable trabajo de Félix Lecaros en batería. Un estreno, que sobre el escenario bautizaron como Buenos Aires, brinda la posibilidad de apreciar que Gallardo, en flauta, también sabe de qué se trata la cuestión. Con aires al Charlie Haden Quartet de los ’90, la balada se apoya sobre una ascética base adornada por un atractivo juego en los tambores. Una exquisitez, por momentos cercana al requiem, con un fuerte apego a la melodía.
El final sería con Dos minutos. Un inicio casi camarístico en tenor, escobillas y contrabajo con arco. Luego de un inesperado solo de batería, el cuarteto retorna a pura energía con muy buenos solos en tenor y, especialmente, en alto. Un final a todo tren que nos recordó al Spy vs. Spy con el que John Zorn homenajeara a Ornette Coleman (y a ambos ya los habíamos citado aquí, ¿no?).
Sorprendente y atractiva presentación del grupo chileno Contracuarteto al que habría que seguir de cerca. No sólo porque tienen cosas que decir, sino también por la autoridad con que las dicen.

A las 22:15 hs., llegó el momento de Ángelo Debarre y Ludovic Beier Trio. Afincados en la tradición manouche y sucesores del camino delineado por Django Reinhardt, el trío conformado por Ángelo Debarre en guitarra acústica, Ludovic Beier en acordeón y melódica y Tchavolo Hassan en guitarra rítmica, ofreció una docena de composiciones (propias y ajenas) donde el virtuosismo, la precisión y la energía brillaron por su presencia. No obstante, en sus 80 minutos de actuación, el trío evidenció cierta tendencia a la reiteración y las sorpresas acudieron en cuentagotas. Dicho en otras palabras, atractivo desde lo visual pero en deuda con quienes esperamos sorprendernos auditivamente. El estilo, cuyos límites son más bien claros y definidos, no pasó sobresaltos debido al poco riesgo asumido.
Hubo momentos de esplendor  y tanto Debarre como Beier son maestros en lo suyo; pero el concierto pareció una sucesión de excusas para los solos, eso sí, llenos de destreza. Pero (sí, otro pero…) no hay arreglos que sobresalgan por su complejidad o inventiva ni algo que vaya mucho más allá de ágiles, efectivas y también efectistas demostraciones malabarísticas. El pobre Tchavolo Hassan, en la retaguardia y condenado a la condición de músico de reparto, soporta estoicamente su condición y, a medida que avanza el concierto, me va ganando el corazón por su ubicuidad y sencillez.

Lunes 07

Una fuerte indisposición me ha privado de asistir a evento alguno en los últimos dos días del Festival. Y nos quedamos con las ganas de varias cosas… esperemos que haya revancha.
Las actividades comenzaron a las 14:00 hs. con la clínica de guitarra ofrecida por Ben Monder en el Café Vinilo. En el Centro Cultural Recoleta había para elegir: en el Microcine, a las 17:00 hs., la proyección de Calle 54; en el Espacio Living el encuentro Músicos x Músicos tuvo como protagonistas a Fernando Tarrés, Rodrigo Domínguez y Gorka Benítez; y en la Terraza, cuatro conciertos. A las 18.00 hs., Sergio Poli Cuarteto; a las 19:00 hs., López Ruiz – Fraga – Boco Trío; a las 20:00 hs., el Trío Mora – Etchenique – Ibarburu y a las 21:00 hs., Oscar Feldman Cuarteto.
En La Trastienda, a las 20: 30 hs., se llevó a cabo la presentación de Ernesto Jodos Sextet, homenajeando al Gato Barbieri. A las 21:00 hs., en el Teatro 25 de Mayo, Steve Cardenas Trio (con Pablo Motta y Sergio Verdinelli) y D’3 Pardo – Posé – Roper (España). A las 22:00 hs., el encuentro entre los argentinos Manuel Ochoa y Ramiro Penovi con los chilenos Roberto y Félix Lecaros (de Contracuarteto). A las 22:30 hs., Nicolás Ospina Trío + Andrés Pérez y Cristian Gallardo (los restantes integrantes del cuarteto trasandino). Y la habitualidad de la Jam Session con Gillespi a las 23:30 hs., en La Trastienda.

Martes 08

A las 18:00 hs., Músicos x Músicos en el Espacio Living del CCR. A la misma hora, en el Microcine, la proyección de The Jazz Baroness, filme encargado de revisionar la vida de Nica von Koenigswarter, amiga y mecenas de gran cantidad de músicos de jazz como Thelonious Monk y Charlie Parker. En la Terraza, tres presentaciones: Mariano Loiácono Quinteto a las 18:00 hs., Girotto – Sinesi – Bruhn a las 19:00 hs. y Sexteto Vocal Cabernet a las 20:00 hs.
El cierre oficial del Festival se llevó a cabo en el Teatro Coliseo a las 21:00 hs. con la actuación de la Orquesta Nacional de Jazz de Francia homenajeando a Billie Holiday.

Fueron 6 días en los que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se tiñó de jazz (y aledaños). Nuevamente, en lo que nos ha tocado, no queda otra que hablar y muy bien de la organización general en todo sentido. Las propuestas han sido numerosas y variadas. Nos hemos sorprendido quienes pensamos que en esta edición no habría músicos extranjeros y, además, la gente volvió a responder de manera tal que la mayoría de los espectáculos se realizaron a sala llena.
No han abundado las propuestas más arriesgadas, ésas que tensan el estilo sin escaparse de él, tal vez sea cuestión de gustos. Los músicos argentinos han tenido una extraordinaria oportunidad para expresarse e intercambiar conocimientos con sus colegas de otros países. Mágicamente han convivido varias vertientes jazzísticas y distintas generaciones. El año próximo seguramente será mejor; mientras tanto nos preguntamos… ¿por qué durante el Festival la gente acude en masa a estos eventos y luego los músicos locales terminan tocando para 20 ó 30 personas?
Enorme tarea para el hogar… ¿no les parece?

Nota: Imágenes extraídas de http://www.buenosairesjazz.gob.ar/

Marcelo Morales

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