Javier Malosetti

¿Qué te produce la posibilidad de que un día venga tu hijo y te plantee…

Y, me parecería lógico.

¿Lógico que lo haga o que te lo plantee?

Sería lógico que en algún momento le ocurra, que se le presente la situación de, no sé, estar en un ámbito donde se esté consumiendo porro y que se le dé por dar una pitada; y lo más acertado, me parece, es que después venga y me lo comente, porque yo le conté mis anécdotas con el porro mil veces; entonces, ¿por qué él no me las va a contar? Si le tiene que tocar y lo quiere hacer, que lo haga con el cuidado de… a veces las drogas, por la maldición de que sean sustancias ilegales, se consumen en sitios oscuros y tenebrosos, no solamente en la casa de alguien seguro. Por ahí se consume en la vereda o debajo de un puente con gente que no conocés y con desenlaces inesperados; entonces, lo que más miedo me da es la integridad o seguridad física con respecto al entorno o a cuestiones “extras” que pueda tener esa situación. Pero si algún día lo quiere probar, no me voy a enojar por eso.

O sea que no estás en un plan purista…

No… ni a palos… la cocaína me da más miedo, porque mata. El cigarrillo me da más miedo. El porro no mata a nadie. Nadie se muere por fumar porro. El alcohol mata, la cocaína mata, el cigarrillo mata.

Y algunos gobernantes.

Por eso… hay cosas mucho más jodidas que la marihuana, que es una yerba santa y milagrosa, directamente; a mí me dejó de interesar porque me cuelga y no me interesa colgarme, ya soy una persona mayor. Y no estoy tan enganchado como para no dejarla, hay gente que no puede dejarla y lo primero que hace cuando se despierta, antes del primer mate, es fumarse un porro. A mí nunca me pasó eso. Además, las últimas veces en que daba una pitada me ponía de la cabeza porque no estaba acostumbrado. Y me encierra, me da por pensar cosas fuleras y por eso ahora, antes de tocar, me tomo un whisky.

¿Qué cosas te violentan?

Espero que cada vez menos cosas. Cuando era más chico era muy calentón y me violentaba muy rápido. La injusticia que conlleva a la estupidez o la estupidez que lleva a la injusticia me violentan. Pero Dios sabe que estoy tratando de no ser ese tipo que se calienta y rompe todo y después se arrepiente y tiene que pedir disculpas. No quiero tener que pedir disculpas.

¿Lo fuiste?

Sí… hasta hace un tiempo…

Recién dijiste “Dios sabe”, ¿sos creyente?

No, es un simple dicho para mí.

Algo así como el “gracias a Dios soy ateo”.

Sí, algo así…

¿Y creés en algo?

Sí, en la energía de las personas y en el arte. No creo en la religión ni en la política.

¿Cómo te llevás con los colegas?

Muy bien, hasta que pinte algo que no me guste; pero en vez de pelearme como antes o adoptar una postura bélica, opto por el Let it be.

¿Cómo ves el boom del jazz?

Y, existe… yo viví antes de esta situación y ver lo que está pasando ahora es como para hablar de un boom…

¿Y qué es un boom?

Que haya tres o cuatro lugares donde se toca jazz de lunes a domingo en la Capital Federal, por ejemplo. Eso antes no existía. Y que además vaya gente a escuchar. Un martes a las 9 de la noche tiene su gente seguro… aunque los músicos sean poco conocidos.