Por Los Codos

Jim Black

Jim BlackJim Black nació en Seattle, estado de Washington. Casi desde la cuna supo que su vocación era la música. Invirtió sus primeros años en la exploración de diversos estilos, desde rock a música de big band. Más tarde se trasladaría a Boston para estudiar en la Universidad de Berklee. Después de graduarse, fijó residencia en Brooklyn, New York, ciudad en la que reside actualmente.
La exuberante imaginación que manifiesta y su extrema curiosidad lo han convertido en uno de los bateristas más solicitados en la escena del jazz y la nueva música creativa.
Mantiene una extenuante agenda de actividades integrada por giras, grabaciones y una consistente tarea como docente.

SeattleDesde el 2000 lidera su propia banda, AlasNoAxis, cuya formación incluye a Skuli Sverrisson, Hilmar Jensson y Chris Speed. Este proyecto musical tiene, a la fecha, cuatro discos editados: AlasNoAxis de 2000, Splay aparecido en el 2002, Habyor de 2004 y el más reciente Dogs of Great Indifference de 2006.
Black, a su vez, co-lidera dos grupos de destacada importancia en el desarrollo de la música contemporánea: Human Feel y Pachora.
Con Human Feel acaba de presentar, en una extensa gira por Europa, su último disco: Galore.
Con Pachora tiene cuatro discos: Astereotypical, Ast, Unn y Pachora.
Además, ha participado como sesionista en una casi infinita cantidad de proyectos, la mayoría de ellos con íconos de la música contemporánea como protagonistas.

Jim BlackHa estado asociado por largo tiempo con Tim Berne, participando en varios de sus álbumes (Discretion, Saturation Point, Bloodcount-Unwound, Memory Select, Poison Mind y Lowlife).
Tiene un fuerte lazo cooperativo con el saxofonista Ellery Eskelin; Black aparece en Ten, The Secret Pieces + 2, 20 and 30, One Great Day, Jazz Trash y Quite Music (editado este año).
Dave Douglas y Satoko Fujii no han escapado a sus encantos. Con el primero tocó en SongsFfor Wandering Souls, Tiny Bell Trio – Live in Europe, Constellations y Tiny Bell Trio; y con Fujii en Illusion Suite, Bell the Cat, Junction, Toward to West, Kitsune-bi, Looking Out the Window, Live in Japan y When We Were There.
También Uri Caine lo cuenta entre sus filas para sus proyectos sobre música de Gustav Mahler y Wolfgang Amadeus Mozart.
Su currículo como sesionista incluye otros nombres ilustres: Laurie Anderson, Chris Speed, Dave Liebman, Ben Monder, Ned Rothemberg, Cuong Vu, David Binney y siguen las firmas…

Ante tantos compromisos artísticos, entrevistarlo no parecía una tarea sencilla. Pero una voz interior nos decía “debes hacerlo…” (no, no soy ventrílocuo).
Tras una ardua tarea de investigación llegamos a la conclusión que las opciones más viables podían ser reunirnos con él en algún escenario o en un avión. Hasta que surgió una variante intermedia: ¿Un aeropuerto? ¿Por qué no?
Nos encontramos con un tipo locuaz y de un contagioso entusiasmo. Con una sorprendente dedicación respondió a nuestras preguntas manifestando, en todo momento, un sincero interés en compartir la experiencia acumulada a través de los años.

Ahí va…

Human Feel¿Qué balance hacés de tu reciente gira europea con Human Feel?

La gente se involucró realmente en los shows. La mayoría nunca había escuchado a Kurt (Rosenwinkel) tocar free tan abiertamente, porque él casi nunca hace eso con ningún otro grupo. Además, tocamos en algunos lugares en los que habitualmente no se hace avant jazz o música improvisada, así que se sorprendieron al escucharnos a Chris (Speed) Andrew (D’Angelo) y a mí. Siento que la banda disparó munición pesada cada noche, generando mucha energía… Creo que hicimos un montón de nuevos fans.

Te veo contento con la respuesta del público. ¿Encontrás alguna diferencia entre la audiencia de Estados Unidos y la europea?

La verdad es que encuentro diferencias de un lugar a otro, de una noche a otra. La onda de un lugar afecta y modifica las sensaciones que pueden obtenerse. También tenemos una audiencia bastante consistente en Japón y Canadá. Son un público relativamente joven y curioso y muy dispuesto a escuchar algo nuevo o al menos diferente, lo cual me hace muy feliz.

¿Tenés un lugar favorito o un club en el que prefieras tocar?

Bimhuis en Amsterdan es mi nuevo favorito. Desde la comida al hotel, del sonido a la comodidad del lugar. Todo lo que allí sucede me seduce.

¿Cuál fue el concepto detrás de Galore, el último álbum con Human Feel?

Human Feel - GaloreSólo seguir juntos después de diez años y hacer un nuevo disco, nada más que eso. Hicimos unos pocos shows dos años atrás y eso nos llevó a decir “tenemos que hacer esto otra vez…”. Fue fantástico grabar en los estudios de Brooklyn, hacer la mezcla juntos y después editarlo en el nuevo sello de Chris Speed, Skirl Records. Lo vivimos como un asunto de familia. Hicimos lo que queríamos y cuando queríamos.

¿En qué aspectos la banda evolucionó desde el primer álbum hasta Galore y qué perdió?

Creo que lo que perdimos fue aquello en lo que evolucionamos. Perdimos la inseguridad de la juventud. Dejamos atrás la búsqueda de protagonismo a la que te induce el ego y los temores que impiden a una banda iluminarse para escapar del estado de desorden que implica todo acto creativo. Con la experiencia acumulada, nos hemos permitido ser tal cual somos y lo único que importa en ese trayecto es mantener viva nuestra música; y esto, se traduce en más grabaciones y más giras.

Vos sos sesionista y también líder de banda. ¿Cómo funciona eso?

Como líder hago mi mejor esfuerzo para no convertirme en un dolor de huevos (risas).
Sólo intento involucrarme a fondo con la banda como única entidad posible. Ésa es la forma en que comencé a desarrollarme como sesionista y no podría ser menos cuidadoso ahora que me toca ocupar el rol de líder. La única diferencia justificada es que al liderar me asigno la primera chance para componer y arreglar las canciones. Pero, a partir de eso, dejo que la banda haga lo suyo.

Como sesionista has tocado con un montón de gente. ¿Cuáles son las cualidades que adquiriste de esa experiencia y que aplicás ahora cuando ocupas el liderazgo?

Si la improvisación es la parte principal de la música, cuanto menos digas será mejor. Si se trata de canciones, el valor está en meterse dentro de ellas hasta encontrar qué hay allí; entonces, tenés que hablar bastante para llegar apropiadamente a lo “no escuchado”. También aprendí a ser amable con los demás, tratando a la gente de la forma en que me gustaría ser tratado. La música tiene un factor emocional, así que puede enturbiarse en cualquier momento; por eso, siempre trato de recobrar el placer de su expresividad de origen.

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