Por Los Codos

Jon Irabagon

¿Cuánto tiempo invertís componiendo? ¿Es algo que hacés cuando lo sentís o podés sentarte a escribir solamente cuando tenés una fecha límite? ¿Trabajás mejor bajo presión?

En ese sentido también he trabajado en diferentes áreas. He esperado para trabajar hasta dos horas antes del límite y también terminé piezas un año antes de tiempo. Definitivamente, voy por etapas. En algún punto escribo cinco o seis piezas en cuestión de días, la mayoría de las cuales son utilizables; pero después paso meses en los que estoy totalmente bloqueado. La musa te elige. No obstante, trato de ser consciente de cuándo una idea está llegando a mi mente, o una forma o algo con lo que quiera experimentar. Intento llevar un cuaderno con ideas a las que puedo referirme más tarde, lo cual también ayuda a hacer las cosas más fáciles cuando postergo y espero a componer hasta dos horas antes de lo debido…

Los medios de comunicación tienen una tendencia a clasificar y encasillar a la música y el artista. Para evitar hacerlo me gustaría que describas la música que hacés con tus propias palabras

Estoy muy influenciado por el espectro entero del jazz. Además crecí escuchando otros tipos de música, incluyendo rock, R&B, pop, country, rap, clásica y algo de música étnica. Mi esperanza es tomar todas esas influencias y escupirlas de regreso totalmente masticado y mezclado en una plataforma que permita, justo a tiempo, la más personal de las improvisaciones. En última instancia, si esto es llamado “jazz” o “free jazz” o no es jazz de ninguna manera, no es algo que me concierne. Pero la naturaleza improvisadora de eso sí es importante.

Hablemos de algunos de los proyectos en los que estas involucrado. Contame algo sobre tu trabajo con Mostly Other People do the Killing… 

En muchos sentidos, la música de MOPDTK corresponde con mi forma de pensar y crear mi propia música. De hecho, la razón por la que Mostly Other People do the Killing se convirtió en lo que es, lo que sea que eso signifique, es porque los cuatro miembros del grupo hemos pensado en la música del derecho y del revés, de atrás para adelante y sacamos nuestras propias conclusiones sobre lo que “es” la música. Es una banda muy democrática en más de un sentido y a las cuatro personalidades se les permitió estar presentes, deambular, ser ignoradas, dominarse totalmente o simplemente jugar con las ideas de los otros miembros. Esta banda permite un montón de expresión personal y, con la libertad, vienen añadidas responsabilidades y deberes para poder ser un equipo de músicos y una fuerza individual.

Dado que has tocado con tanta gente como sesionista, ¿a qué principios de esa experiencia acumulada adherís, ahora que sos líder de banda?

He estado en algunas bandas muy divertidas y también estuve en otras realmente deprimentes. Trato de aprender y observar cosas en cada situación para incorporarlas en mis propios grupos… qué hacer, qué evitar y también a qué cosas la gente responde bien.  Es un acto de acrobacia en el que vos no sólo querés obtener lo mejor de la gente con la que tocás, sino que también necesitás que tu visión sea realizada de la mejor manera posible. Vos tenés que guiar al grupo para ayudar a mostrarles de dónde venís pero sin llegar a ser un tirano. Querés que una persona suene como ella misma pero no querés que se salgan de curso.

En un principio, ¿cuáles fueron los sueños, las ideas, los conocimientos y, a continuación, las razones para iniciar el proyecto Outright!?

Honestamente, tenía a un amigo que insistía mucho con que le había encantado un show en el que toqué con un grupo de amigos. Él me insistió en que grabara con el grupo y, como tenía algo de dinero, ofreció ayuda para pagar por ello. Me resistí diciendo que aún no estaba listo. Fue entonces que me dio un plazo límite de tres meses para concretarlo y que, pasado ese tiempo, usaría el dinero en otra cosa. Eso hizo que el proyecto comenzara a moverse. Había estado tocando con la gente de Outright! durante algún tiempo, así que ellos fueron la elección obvia. Comencé adaptando algunas de mis canciones para que encajaran con los caracteres de cada uno de los músicos en el grupo. Durante ese tiempo me la pasé revisando una gran cantidad de grabaciones de libre improvisación y también estuve tocando con muchos grandes músicos de New York, así que desde un principio supe que quería una pieza con más de treinta improvisadores, lo cual se convirtió en Outright! Theme, que a la fecha es una de mis grabaciones con la que estoy más orgulloso. En algún punto vos empezás oyendo cosas en tu cabeza que no escuchás producir a otra gente. Algo de la idea detrás del álbum de Outright! fue la de hacer que esos sonidos salieran y estoy muy feliz con los resultados. Por supuesto, todos los proyectos son trabajos en progreso y tengo planeado seguir expandiendo y continuando esas ideas en un futuro muy cercano.

Hablemos de tu CD con Mike Pride, I Don’t Hear Nothin’ But the Blues. ¿Cómo fue construido y cuál es tu idea sobre él?

Había estado haciendo algunas sesiones semanales con Mike (Pride) por varios meses. Algunas veces las sesiones podían ser con otra gente que nos sacaba de apuro a último minuto y en otras ocasiones nos quedábamos Mike y yo tocando a dúo por un par de horas, lo cual estaba bien para mí. Puedo escuchar realmente de dónde proviene Mike porque esto tiene jazz por todas partes, pero está recubierto con otras fuentes musicales y extra-musicales. Siento afinidad con Mike desde la primera vez que tocamos juntos. En algún momento se dio cuenta que había estado de gira por más de tres meses y yo quería que al menos fuésemos al estudio para documentar algo de lo que habíamos hecho en nuestras sesiones semanales. Ésa fue la idea conductora que eventualmente se convirtió en el álbum… un riff de blues inicial que se fractura y expande en muchos, muchos otros riffs y motifs que pueden aparecer, desaparecer, reconstruir, combinarse, fracturarse y explotar a voluntad mientras el ritmo y el groove de la batería hace lo mismo.

Ahora tenés un nuevo álbum: The Observer. En un nivel puramente estético, hablemos sobre la dinámica que condujo este nuevo cuerpo de música…

Bueno, me encanta la combinación de tocar “adentro/afuera” que mis compañeros de banda y yo conseguimos en mis dos primeros álbumes. En ambos recibí reacciones de que esa música estaba demasiado “afuera”… ¡pero también recogí reacciones referidas a que ambos discos están demasiado “adentro”! (exclama sorprendido); es sólo cuestión de mostrarse para que cada uno tenga su propio punto de vista y escuche de maneras diferentes. Independientemente de cómo fuera a terminar la competencia del Monk Institute del año pasado, el próximo proyecto que perseguía iba yendo en dirección a hacer algo completamente “adentro” o sea un disco de jazz moderno que mayormente incluyera mis composiciones originales. Me encanta escribir en ese estilo y amo tocar y actuar en esa dirección. Para mí eso es un balance. Si podes tocar “adentro” con verdadera honestidad y con músicos capaces de hacerlo, no tengo que tratar de forzar la manera de introducir ideas sólo para satisfacer aquello de donde provengo. Sabía que quería contratar gente de máximo nivel para este álbum y quise respetarlos a ellos y a la música tocando de la manera más personal y auténtica como me fuera posible. Afortunadamente, con la competencia del Monk Institute el sello Concord subió a bordo y ayudó a que esto se volviera una realidad. Estoy muy orgulloso con los resultados por muchas razones, no de las menos importantes, porque se trata de un giro de 180 grados en relación al lugar de donde provenían mis trabajos previos. Me gusta la yuxtaposición y me agrada la idea de que la música venga desde diferentes lados, ángulos y modos.

¿Cuáles son tus planes futuros?

Estoy esperanzado en seguir tocando un montón, tanto como sesionista como líder. Estoy tratando de salir mucho más de gira y seguir tomando lecciones de la gente. Ahora tengo varios proyectos en marcha como líder que me ayudarán a alcanzar diferentes metas y me encantaría ser capaz de mantenerlos trabajando en la medida que me permitan ir creciendo en diferentes direcciones. Aunque amo ser líder de banda, también quiero mantenerme como sesionista ya que he aprendido mucho haciéndolo.

Para concluir: ¿en qué forma pensás que la música tiene la habilidad para cambiar la forma en que vive la gente?

La música puede abrir puertas de muchas maneras. Puede curar, puede ayudarte a salir adelante en tiempos difíciles. Puede desafiarte y  puede  hacer que mires tu interior y hagas frente a cosas que quizás quieras tratar de ignorar. La música es como otras bellas artes, ya que te ayuda a estar en contacto con lo que uno es realmente, lo cual explica por qué las personas involucradas en las artes son algunas de las más bellas que conozco.

www.jonirabagon.com

Sergio Piccirilli

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