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Liquid Soul: One – Two Punch

Baghdad Cafe, Atta Boy, Body and Mind, Mind Interlude, Sex God, 5 Finger Discount, King of the Ill, Stop, Peanut Head, Bebop Interlude, Nothing But Net, Liquid Angels, Boxer’s Fracture, Kong.

Músicos:
Mars Williams: saxos, teclados, loops, electrónicos
Doug Corcoran y Hugh Ragin: trompeta
Andy Baker: trombón
Tommy Klein: guitarras
Phil Ajjarapu: bajo
Tony “Kick Drum” Taylor: batería
Chris “Hambone” Cameron: teclados
Mr. Greenweedz, Brian “MC B” Quarles: voces
Dave “Boy Elroy” Arredondo: Beat-Box, voces
Van Christie: programación
DJ Logic: turntables
Invitados: muchos, pero muchos
Telarc, 2006

Calificación: Está muy bien

Hace más o menos una década, un aviso muy chiquito aparecido al pie de página de una revista Downbeat, me llamó la atención. Decía más o menos así (en inglés, por supuesto): “disco debut de Liquid Soul, el nuevo groove, sello Soul Nite (o algo así) Nº 00000”.
Nada más… pero me llamó la atención el nombre de la banda, la palabra “groove” no estaba tan en boga y eso de que fuera 00000 el número de serie me inquietó aún más.
Con un disquero amigo (a quien apodábamos “el petiso de lentes”) intentamos importar el disco en cuestión, pero no había caso. Pero de tanto insistir, el disco llegó.
Y fue una de las sorpresas más simpáticas que la música en general me ha dado en los últimos diez años. Un disco mitad en estudio, mitad en concierto, con temas originales pero también deformadas y atrapantes versiones de clásicos como Equinox, Footprints o Freddie Freeloader que logró que los adoptara sin más ni más.
El amor continuó con los sucesores Make Some Noise y Here’s the Deal, para bajar un poco el decibelaje en su cuarto opus, Evolution, corriendo ya el año 2002.
Los Liquid Soul son una banda liderada por el saxofonista Mars Williams quien, a su vez, lidera o participa en grupos de free jazz o música experimental que tienen poco y nada que ver con este combo pulcro y redondito que es capaz de revivir a una momia y con todos los valores necesarios para ser “la alma de la fiesta”.
Además de liderar la NRG Ensemble, Witches & Devils, Slam y X Mars X, anduvo de correrías con gente como Peter Brotzmann, Ken Vandermark, Hamid Drake… ha estudiado con Anthony Braxton y Roscoe Mitchell y el propio John Zorn ha declarado que “Mars Williams es uno de los pocos saxofonistas verdaderos que existen hoy en día”.
Han pasado cuatro años para que nos encontremos con el quinto disco de los Liquid Soul: One – Two Punch y algunas cosas han cambiado.
Por empezar, la banda “estable” es mucho más numerosa que en sus entregas anteriores (y hay muchísimos cambios de integrantes, dicho sea de paso). Y también es voluminosa la cantidad de invitados. Esto sirve, ni más ni menos, para afirmar que Liquid Soul es Mars Williams y los que se animen.
El material fue registrado íntegramente en estudio.
Y salvo una cortísima versión del Bebop de Dizzy Gillespie, todos los temas son originales de Williams.
Un fade in y un coro tribal nos sumergen en Baghdad Cafe (¿es esto Liquid Soul?). Un riff de guitarra, electronics, un espíritu arábigo que los cruza, gemidos, la sección de caños que sigue apuntando a Baghdad (¿será para justificar el título?), primera intervención de Williams y de las buenas y hacia el final una suerte de percusión marroquí para que… ¿entendamos?
Y de pronto, sin decir “agua va” se engancha Attaboy; ahora sí, esto es Liquid Soul a pleno, una suerte de revival de la música disco setentista pero más que muy bien. La base rítmica es monolítica, las voces siguen entrecruzándose; al fondo, las guitarras hacen todo bien y los caños… ¡qué delicia, hermanito!
El soul se hace presente en Body and Mind, pero es un soul hecho rap; el Mind Interlude es justamente un interludio que desemboca de manera feroz en el invulnerable Sex God, tema que uno hubiera puesto como apertura del CD. Impecable, enérgico, veloz, potente, atractivo, pegadizo, insoportablemente bello y contagioso y un Williams que hace jueguito, la descose y la rompe, todo al mismo precio.
Cierta calma parece llegar al inicio de 5 Finger Discount; una calma a la Liquid Soul, claro está. King Of the Ill es otro breve pasaje sonoro para la siguiente patada de mula: Stop donde nuevamente el tándem Tony Taylor / Phil Ajjarapu hacen lo que se les canta. Y se les canta un montón, che… ¡y parece tan fácil!
Peanut Head es el tema más elaborado y largo del álbum; todos tienen aquí su espacio y lo aprovechan como corresponde. Bebop Interlude (basado en el clásico de Gillespie pero marchoso y cuasi trash) actúa de nexo para arribar a Nothing But Net, que arranca como la NRG Ensemble y sigue a la Liquid Soul y desenrollá los trapos y empezá a revolear las remeras que la fiesta empezó hace rato y yo con estas mechas… y además los tipos meten unos cortes, unos contratiempos con una precisión y a una velocidad que… y con tal buen gusto que…
Liquid Angels es un intrascendente pasaje de unos dos minutos que nos lleva a Boxer’s Fracture, de aire latino, un sutil toque flamenco, como si Santana se hubiera fusionado con Tomatito y terminaran procesados por los JB Horns, ¿se entiende?
El final viene con el aporte desmedido del invitado Vernon Reid en guitarras. Kong apabulla, demuele, aplasta; pero promediando el tema aparece un teclado símil mini-moog, con guitarras rítmicas a la Chic y desde abajo y hasta el fondo aparece el bueno de Vernon para un solo generoso que se funde con los caños para el grand finale.
Es cierto que tal vez éste no sea el mejor trabajo de Liquid Soul; pero, paradójicamente, parece el más maduro, el más elaborado.
Tiene también sus desniveles, como ya se ha apuntado.
Pero… ¿quieren que les diga una cosa?
Bueno… se las digo igual.
Liquid Soul me puede.
Y es culpa de ellos, que se hagan cargo.

Marcelo Morales

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