Por Los Codos

Marcelo Moguilevsky

Volvimos al catolicismo…

Mogui - Lerner(Sonríe) Sí… ahí estudié antropología teológica que era una risa, porque hablaban de Dios como algo que es y no como algo que se discute, y esto para mí era maravilloso, te hablaban de “iluminación”, del momento en que te encontrás con Dios y que resulta…

Un momento Kodak…

Claaaaaro… entrás en la creencia así… yo me decía pero… yo no lo vi, che… ese día parece que falté.

Pero entonces… por un lado le exigís a la religión que te demuestre determinadas cosas; pero por otro lado ¿cómo hacés vos para explicar tu música?

Es que en la música no hay un acto de fe. Vos tocás y otro escucha; no hay acto de fe, hay un acto de percepción. Bueno… puede ser que mi percepción teológica sea muy baja y no percibo la venida del Señor…

Ésa era la pregunta siguiente…

Es que es probable que así sea, por eso hablo de cierta religiosidad que sí tengo; yo no diría que no creo en nada. A lo largo de mi vida me ha pasado que he adivinado cosas notables, así de esas cosas de iluminación, estar a 12.000 Km. de distancia en Alemania y levantar el teléfono para hablar con mi sobrino y preguntarle si se sentía bien y él reconociendo que no, que tenía un poco de fiebre y yo, testarudo y convencido le dije que se hiciera ver, que algo había y resultó que tenía mononeuclosis. De ésas tuve unas 20. Claro, otro tipo agarra eso, se pone la Toga y directamente a facturar. Yo no lo relaciono con Dios, pero sí estoy atento a lo que es el cosmos y de algo que es un misterio, la relación entre los bichos, el clima… como que tengo una mirada un poco más holística.

¿Te jodería la revelación del Misterio?

Mogui LernerEs una pregunta muy difícil.
Yo no sé si me jodería, pero te lo puedo llevar a la música. En las clases con mis alumnos yo les digo “no se depriman porque no puedan improvisar algo bonito y especial en 10 clases que les di, porque eso bonito y especial es un milagro… y un misterio; lo que podemos hacer es trabajar seriamente para tener herramientas para que en algún momento, tal vez, se devele el misterio a través de 3 ó 4 notas únicas”. Pero eso es un milagro, bah… yo lo siento así; o sea, hay pocas posibilidades de que pase, pero por suerte pasa, sucede… también sucede que quizás alguna vez vos salves una vida o que alguien salve la tuya… ¡es un milagro! Pero ese cruce, existe. En este sentido no puedo pensar que 2 + 2 son 4 y ya está, no me expliques más nada; no… porque hay un misterio… si ese misterio se revelara… en mi crisis con la música yo creí que tenía el misterio revelado y por eso entré en crisis; yo creí que tenía los hilos que manejaban la emoción mía y la de la audiencia, en algún momento lo sentí. Por ahí ayudó el hecho de estar tocando tu música en Europa, 20 conciertos en un mes ante 500, 1000 personas… en un momento pisás el palito y lo creés; creés que ya sabés cómo se hace, que tenés el misterio en la mano y es un momento muy complicado, por el narcisismo, pero hacia adentro… basta con entrar en crisis para darte cuenta (con seriedad) de que eso que hoy tenés, mañana lo perdés y tenés que ir a buscarlo bajo los escombros de un edificio enorme que es tu vida.

¿Sufriste algún tipo de rechazo o discriminación artístico o personal por el hecho de ser judío?

El único rechazo manifiesto grosso y potente fue en la colimba, como también con la cana cuando era adolescente. Una vez terminamos en cana con César (Lerner) por… nada…

Por portación de apellido.

Claro, pero ni tanto ni tan poco; en esa época cualquiera terminaba en cana. Yo era judío, músico y pelilargo y ya era suficiente; pero si era católico y pelicorto, también iba; esa época era así. Pero en la colimba fue manifiesto y también interesante.

¿Interesante…?

El primer día que estábamos en el campo, todos rapados, éramos un batallón de más de 100 personas y el teniente 1º se puso delante de todos y dijo “el que sea judío, que se levante”. Yo lo hice, fui el único, entonces me abrazó fuerte (!), me llevó a caminar y me dijo “mirá flaco, vos tenés huevos, vos sos de los nuestros”. Y yo no entendía un pomo. “Porque hay que tener coraje para decir que sos judío delante de toda esta masa amorfa –porque tenía un desprecio por la gente, infernal-, pero vos, como yo, sabemos que hay alguien superior que es Dios que dirige nuestra acciones”. Y yo pensaba… suerte que no dije lo que sentía… entonces el tipo arremetió de nuevo y me dijo “porque nuestro enemigo, al que tenemos que destruir es a aquél que no cree en Dios. Andá a sentarte”. Para mí fue fuerte. La discriminación después vino entre mis compañeros; yo era el ruso, venían a afanarme cosas, un sargento me tenía entre ojos y me hacía “bailar” por cualquier cosa… ahí sí estaba claro que era por ser judío. Pero en mi vida no fue un signo importante. Más importante fue ver cómo explotaba la AMIA o cómo reventaban la Embajada; esas cosas sí me hacen sentir la discriminación, aunque yo piense que es un atentado contra la sociedad argentina toda, pero se la agarraron con los judíos y fuerte. Pero por antonomasia.

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