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Matthew Herbert Big Band: Goodbye Swingtime

Turning Pages, Everything’s Changed, Fiction, The Three W’s, Chromoshop, The Battle, Misprints, The Many And The Few, Simple Mind, Stationary.

Matthew Herbert Big BandMúsicos:
Matthew Herbert (guitarra, piano, ingeniero de sonido).
Peter Wraight (flugelhorn, director musical).
Pete Carter (batería).
Dave Green (bajo).
Phil Parnell (piano).
Dani Siciliano, Shingai Shoniwa, Arto Lindsay, Mara Carlyle (voces).
Sección de trompetas, clarinetes, saxos, trombones y flautas.
Accidental, 2003

Calificación: Zapatero en sus zapatos.

Cuando a alguien se le ocurrió que un pulso electrónico mixturado con músicas tradicionales de distintos lugares del planeta podía resultar atractivo, nos vimos invadidos de una cantidad de discos que funcionan súper súper para restoranes de Palermo Hollywood, pero que no sirven (como alguna vez bien me dijo Morales) ni como apoya-vasos.
Un par de pistas para no caer en la trampa:

a) Nunca comprar un disco cuyo título comience con Chill y continúe con un país o un estilo determinado de música (Chill-Afganistán, Chill-Tango, Chill-Flamenco, por ejemplo).
b) Nunca comprar un disco que sea el compilado de un bar, hotel, sauna o lava-autos (Café del Mar, Buddha Bar, Hotel Costes).

En esta mixtura, generalmente los estilos no se tocan ni a palos o se fuerzan de tal manera que los discos terminan siendo un híbrido; y si digo generalmente, es porque existen algunos pocos ejemplos que proponen algo interesante: Nitin Sawhney con la música hindú en su primer disco juega para el equipo de los buenos; y en el bando contrario tenemos La Revancha del Tango del Gotan Project, súper aburrido.
Es más: pareciera ser que al tango y la música electrónica no hay manera de poder mixturarla y generar algo interesante, si partimos de la base de que el tango no sólo es el sonido del bandoneón. En fin…

Y llegamos al artista que hoy nos convoca.

Como siempre ocurre, existen artistas que a través de conocimiento por sobre todas las cosas, un laburo en serio y capacidad de riesgo en su trabajo, consiguen sorprendernos; éste es el caso de Matthew Herbert y no hace falta aclaraciones (el título del disco ya se encarga de eso): nuestro amigo inglés, desde la electrónica, se mete con el jazz.
Si bien existen ejemplos de artistas de jazz que incursionaron con la electrónica, (no dejar de escuchar al elegante Erik Truffaz o al por momentos inquietante Nils Peter Molvaer; St. Germain no califica), Herbert consigue ir un poco más allá y esto sin dudas se debe a sus comienzos y consecuente evolución.
Cuenta la historia que antes de los 20 años poseía ya un mini estudio de grabación; y que su vida cambió cuando le regalaron un sampler.
El tipo empieza a samplear todo lo que le pasaba por al lado: el ruido de una silla al moverse, el tránsito, la puteada de algún taxista… hasta el ruido de papel de un paquete de papas fritas, llegando a componer un tema con sonidos que fue sampleando mientras desarmaba una radio.
Como él mismo refiere, prefirió siempre crear sonidos para después utilizarlos en sus
composiciones, sin recurrir a bancos de sonidos pregrabados.
Esto lo lleva a crear una especie de dogma PCCOM (PERSONAL CONTRACT FOR THE COMPOSITION OF MUSIC), en el cual uno de sus puntos básicos es que no se pueden utilizar sonidos que ya existen; todo sonido a utilizar necesita ser creado.

Edita un par de singles -estamos en 1996- captando la atención de la prensa especializada; por su desfachatez para componer temas ligados al house, se lo denominó en su momento "el creador del micro-house", siempre utilizando el sampler como base fundamental de sus temas.
En 1998 edita su primer disco “Around the house”, una rara combinación de house-jazz  y sampleos de ruidos obtenidos de su vida cotidiana; experimental y arriesgado, pero la propuesta no termina de convencer.
En el 2001 edita uno de los mejores discos del estilo, "Bodily functions"; esta vez el sampleo proviene de ruidos corporales. Disco intimista, la influencia del jazz toma más presencia, redondeando un disco menos experimental que su debut y por lo tanto mucho más "escuchable".

En éste, su último trabajo, arremete directamente con una Big Band.
Durante los ensayos, nuestro amigo Herbert samplea a los músicos tocando, obteniendo sonidos que luego procesa para combinar con la música original… (un enfermo…).
El resultado es impecable; por momentos el trabajo de este inglés toma más protagonismo logrando los mejores momentos del disco en Misprints y The many and the few; en otros, sus aportes son simplemente pequeñas sutilezas de un gusto exquisito, destacando en estos momentos las voces invitadas: Arto Lindsay, Shingai Shoniwa y Dani Siciliano, esta última voz bellísima y que viene trabajando con Herbert desde el primer disco (escuchar el tema Fictions).
Un equilibrio perfecto de sonidos propios de las orquestas del '40 con sonidos vanguardistas extraídos de los sampleos del querido Matthew.

Invito desde este humilde lugar a descubrir a este tremendo talento y verificar que la música electrónica bien entendida puede llegar a lugares de exploración sorprendentes, sobre todo en la cabeza de tipos como Herbert; a quien ya lo conoce… simplemente seguir disfrutándolo.
Como detalle final, en el disco "Blue Note Revisited" (editado en Argentina), hay clásicos del sello Blue Note remixados por artistas ligados a la música electrónica. Herbert  pone su creatividad en la versión de "Caravan" interpretada por Michel Petrucciani, toda una lección de lo que significa remixar.

Una vez más… clap clap… aplausos.

Cristian Woinarowski.

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