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Maxi Kirszner Trío: Glosalia

 

GlosaliaAlusión, Kinski, Nombre movible, Glosalia, Cactus enredadera, 1301, Luciferina, Psicomotriz, Quemar las naves, Sonajeros

Músicos:

Maximiliano Kirszner: contrabajo

Fermín Merlo: batería

Nataniel Edelman: piano

 

Sello y año: Kuai Music, 2015

Calificación: Dame dos

 

Si usted tiene esa suerte de obsesión que a veces me toma por asalto con respecto al lenguaje, no se tome el trabajo de ir al diccionario de la Real Academia Española si lo que quiere es averiguar el significado del título del disco que nos ocupa. El epíteto, para la RAE, no existe. Tampoco se trata de un vocablo conformado por, digamos, las primeras sílabas de los nombres de los músicos. No. ¿Entonces?

No somos de abandonar así como así; es más, preferimos correr el riesgo de la equivocación lisa y llana (o rugosa y montañosa) antes de entregarnos a la nada misma. Así que puestos a buscar y relacionar, nos encontramos con que Glosalia vendría a tener el mismo significado que otra palabra que tampoco creo que usted la utilice muy a menudo (yo tampoco, no se preocupe): glosolalia. Que sí tiene su definición correspondiente en el diccionario madre del idioma castizo, a saber: “Don de lenguas; capacidad natural de hablar lenguas”. Y, en el terreno de la psicología: “Lenguaje ininteligible, compuesto por palabras inventadas y secuencias rítmicas y repetitivas, propio del habla infantil, y también común en estados de trance o en ciertos cuadros psicopatológicos”. Tomá…

 

Intentar trasladar lo ante-definido al terreno de la música ya de por sí amenaza con ser algo dificultoso. Y si se trata de música instrumental, la ecuación seguramente resultaría (resulta) más compleja. No obstante, ésa parece haber sido la intención del contrabajista y compositor argentino Maximiliano Kirszner a la hora de pergeñar su álbum debut como líder.

Nacido en Buenos Aires en 1987, Kirszner participó –con 13 años, en la secundaria- de una banda de rock que fue, paulatinamente y con los años, adoptando elementos de la libre improvisación. La escucha de Ah Um de Charles Mingus y material de otros referentes jazzísticos, lo lanzó a intensificar sus estudios. Tomó clases de contrabajo con  Carlos Vega, Jerónimo Carmona y Hernán Merlo. También estudió con John Hébert, William Parker, Rodrigo Domínguez, Carlos Lastra y Enrique Norris y es egresado de la Carrera de Jazz del Conservatorio Superior de Música Manuel de Falla.

Es uno de los músicos locales más requeridos por sus colegas. Integra en forma estable los tríos del trompetista Enrique Norris y los pianistas Ernesto Jodos y Santiago Leibson, el cuarteto del guitarrista Patricio Carpossi y el de la pianista Paula Shocron, el quinteto de la cantante Jazmín Prodan, el de la pianista Tatiana Castro Mejía y el del baterista Andrés Elstein. Ha tocado con varios músicos extranjeros como John Hollenbeck, Giovanni Guidi, Austin Peralta y Gianluca Petrella. Ha participado de los más prestigiosos festivales de jazz de la Argentina y cumple su rol como docente dictando clases de contrabajo en la Orquesta de Cuerdas de Cutral Có (Neuquén) y en el proyecto Orquestas y Coros para el Bicentenario (Ministerio de Educación de la Nación).

 

A principios de 2014 Kirszner comenzó a componer una serie de temas que eran interpretados por un cuarteto donde lo acompañaban Juan Filipelli en guitarra, Santiago Leibson en piano y Fermín Merlo en batería. Pero se produjo un punto de inflexión: Leibson se fue a vivir a los Estados Unidos y, en lugar de buscar un reemplazante, el contrabajista decidió reformular grupo y propuesta. Así quedó conformado su trío actual que cuenta con los aportes del mencionado Merlo en batería y de Nataniel Edelman en piano. El 25 de noviembre de 2014 el trío registró el material que formaría parte del disco que nos ocupa y que lleva por título, como ya hemos dicho, Glosalia.

 

Para su álbum debut, Maximiliano Kirszner ofrece 9 composiciones propias (la restante pertenece al pianista Edelman); pero lejos está del remanido primer disco de un contrabajista donde el líder se preocupa por demostrar sus bondades individuales por encima del desarrollo grupal. Afortunadamente, en esta ocasión, si no contáramos con la información previa necesaria, luego de escuchar Glosalia no nos resultaría sencillo poder determinar al responsable máximo del disco donde los momentos de liderazgo, protagonismo y destaque se alternan en adecuadas y atractivas dosis.

 

El inicio, con la breve Alusión, es brillante, con el trío inmerso en un mix de jazz, free, libre improvisación y avant-garde que corta el aliento. Los primeros acordes de Kinski (¿Klaus o Nastassja?) traen la calma con el piano de Nataniel Edelman haciendo las veces de (muy buena) voz cantante mientras Kirszner y Merlo trazan una base contundente e impredecible. Un in-crescendo, un de-crescendo hasta una ascética calma. Nombre movible (tema que supo ser interpretado por el trío del trompetista Enrique Norris y que aparece en su reciente La hora de ahora, ¿es de ahora?) que amaga como una obra de Penguin Café Orchestra pero que rápidamente vira hacia un straight jazz donde los tres se encuentran con libertades provocadas y, a posteriori, asumidas. El tema que titula al álbum aparece como uno de los grandes momentos de Glosalia, con su paciente y aparente calma, sus espacios, sus silencios, su introspección, su desarrollo, las sutilezas, la armonía, cierto lenguaje no verbal, más bien cinematográfico, con “secuencias rítmicas y repetitivas (…) común en estados de trance o cuadros psicopatológicos”, recordando la definición de la RAE. El líder se destaca en un pasaje que lo tiene como lúdico y a la vez serio protagonista.

El carácter experimental sigue presente en Cactus enredadera, en estado de tensión permanente y creciente, con elementos del jazz de vanguardia, destellos minimalistas y cierta atmósfera de algunas composiciones épicas del rock de los ’70. Kirszner despliega sus bondades en 1301, dos minutos a contrabajo solo que se disfrutan plenamente y que traen a la memoria a Rob Wasserman. Encuentro en Luciferina cierto paralelismo estético con Glosalia (el tema), tal vez con una mayor dosis de anarquía que le ha sentado muy bien a la composición y al álbum.

Psicomotriz es una composición del pianista y se nota desde el comienzo mismo, llevando la voz cantante por encima de un complejo entramado a cargo de Kirszner y Merlo. Hay destellos que recuerdan a Misha Mengelberg (en especial en sus trabajos junto a Joey Baron y Brad Jones). Una intensa calma sostenida por el bajista desemboca en una feroz y belicosa andanada de Edelman que apunta directo al estómago.

Las tensiones se toman vacaciones para dar paso a una balada con el blues dominando la atmósfera aunque, hacia el final, asoma un inesperado carácter épico. El final del álbum es con Sonajeros, una composición de neto carácter intimista, espacioso y reflexivo, con protagonismos repartidos y exquisitas rendiciones de los tres músicos.

Maxi Kirszner, en compañía de Fermín Merlo y Nataniel Edelman, ha debutado discográficamente con Glosalia, un álbum espléndido donde queda claramente manifestada la (permítame la adaptación) capacidad natural de interpretar distintos lenguajes que desembocan en otro lenguaje  -afortunadamente- poco explorado y que el trío transita con singulares sapiencia y pericia.

 

Marcelo Morales

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