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Nobu Stowe

¿Primariamente te consideras un improvisador o un compositor? ¿De qué manera y cómo se interrelacionan o intercambian ambos roles?

 

La respuesta correcta es: ambos. Aunque generalmente me considero a mí mismo como un compositor, porque para mí “improvisación” es sinónimo de “composición”. Por otro lado, no soy un compositor como lo son los maestros de música clásica, en gran parte porque no soy tan profundo ni tan bueno en los arreglos. Esto se relaciona parcialmente con el hecho de que mis ideas armónicas tienden a ser de interpretación abierta, lo que a su vez resulta intencional debido a mi limitación como arreglista. También necesito mencionar que, aun habiendo estudiado música clásica por un largo tiempo, no soy demasiado bueno leyendo música. En contraste con eso, estoy plenamente confiado en mi habilidad como “creador de melodía”. Eso está ciertamente relacionado con el hecho de que para mí la melodía es el elemento más importante en la música.

 

¿En qué forma la composición y la improvisación requieren de diferentes enfoques psicológicos? ¿El método de creación cambia la naturaleza de la música?

 

Mi enfoque para la composición e improvisación, incluyendo música parcial y completamente improvisada, es el mismo. Pienso que esto es generalmente aplicable para cualquier compositor / improvisador como, por ejemplo, los músicos de jazz que también componen. Sin embargo existen considerables variaciones individuales de los “enfoques psicológicos” en cuestión. Soy psicólogo pero mi especialidad, psicología biológica, está mucho más cerca de la llamada “neurociencia” (ciencia del cerebro) que del estereotipo de la psicología; por ejemplo, el consultor freudiano. Por lo tanto, no estoy calificado para hablar sobre los tópicos de psicología clásica; pero, si me permites, creo que los tipos psicológicos acuñados por el psicólogo suizo Carl Jung pueden ser aplicados para clasificar los diferentes tipos de enfoques psicológicos de composición e improvisación. En su libro “Psychologische Typen” (Tipos Psicológicos) de 1921, Jung clasificó los tipos psicológicos de diferentes individuos en ocho categorías definidas por dos “actitudes” (extroversión e introversión) y cuatro funciones (sensación, intuición, pensamiento y sentimiento). Para el propósito de esta entrevista vamos a concentrarnos en las cuatro funciones que, según creo, son de utilidad para comprender los distintos tipos de compositores / improvisadores. Si tratamos de categorizar músicos notables usando el concepto de Jung, creo que podríamos argumentar que los más grandes improvisadores de todos los tiempos como Keith Jarrett, Charlie Parker y Django Reinhardt pertenecen al tipo “intuición”. Tal vez porque yo pertenezco a ese tipo de músicos, los intuitivos tienden a ser mis favoritos; pero “intuición” no es la única manera de improvisación y composición. En efecto, también amo a los improvisadores del “tipo sensación” como Chet Baker, Stephane Grapelli y Paul Desmond tanto como a los improvisadores del “tipo sentimiento” como Paul Bley, Lee Konitz y Jimmy Giuffre. Aunque no estoy negando su enfoque aprecio algo de su música pero, frecuentemente, encuentro que la música de los improvisadores del “tipo pensamiento” como Anthony Braxton, David Liebman, Brad Mehldau, carece a menudo de espontaneidad y es demasiado mecánica y predecible –la espontaneidad es el elemento más importante en improvisación del mismo modo que en el jazz-. John Coltrane es otro del “tipo pensamiento”, pero se las arregló para poner tanta emoción en lo que hacía que por eso su música suena tan convincente y logró trascender el que, para mí, es el peor aspecto de ese tipo de improvisadores: el “vacío intelectual” debido a demasiada teoría, concretamente mucho pensamiento.

 

¿Podrías describir en pocas palabras el concepto que hay detrás de los álbumes Brooklyn Moments y New York Moments y cómo se diferencian de otros proyectos como The Soul in the Mist o An Die Musik?

 

Soy por naturaleza un ejecutante “mainstream”, con el enfoque y el talento puestos en lo melódico y en la ejecución tonal; pero también me encanta el llamado “avant-garde” o la música free. Por lo tanto, también fue natural para mí empezar a expandir mis horizontes musicales hacia el avant-garde y el free. Primero, empecé incorporando elementos de free en mi propia ejecución; y una vez que me sentí con suficiente confianza en ese enfoque, comencé a establecer colaboraciones con músicos de free. En el proceso, encontré varios libre improvisadores con base en New York, incluyendo a Blaise Siwula, Ray Sage y Dom Minasi. Eso fue en 2005. Brooklyn Moments (en trío) y New York Moments (en cuarteto) son el producto de esos encuentros musicales y documentan uno de mis primeros intentos por fusionar el mainstream y elementos de free. El resultado es una interesante mixtura de enfoques de improvisación y reminiscencias del “melodismo” de Keith Jarrett, la energía de vanguardia de John Coltrane y Cecil Taylor y la cohesión estructural de J.S. Bach, decorada con toques de world music. Creo que conseguí proveer un “melodismo” individual y cohesión estructural para el abstracto misticismo de la libre improvisación.

 

El concepto para An die Musik fue otra historia. Para este álbum decidí seguir en su totalidad mi tendencia natural como improvisador melódico sin expandirme dentro del territorio free. Desde mi experiencia junto a Alan Munshower en Trio Ricochet, siempre supe que él podría ser un compañero ideal para esa clase de enfoque. Alan es un baterista muy sensitivo, con un agudo oído musical y buen entendimiento de melodía y cohesión estructural en general. Además, y aún mas importante, Alan es versátil. Eso significa que puedo contar con su apoyo pleno en mi viaje musical por amplios estilos. En efecto, antes de esa grabación, Alan y yo ya habíamos tocado varias veces como dúo completamente improvisado, incluyendo la grabación de una sesión de 2005 en la George Washington University en Washington que en realidad fue lo que convenció al legendario productor italiano Giovanni Bonandrini para que me diera una chance en su afamado sello Soul Note. Desafortunadamente, la calidad de sonido de esa grabación en Washington resultó insuficiente para un lanzamiento oficial; así que entonces, a petición de Giovanni (Bonandrini), programé dos sesiones de grabación en vivo en el An Die Musik de Baltimore. En una sesión, Alan y yo incorporamos al maestro de tabla Badal Roy con quien estaba familiarizado por sus trabajos junto a Miles Davis, John McLaughlin y Perry Robinson. Pensé que el profundo groove de la tabla de Badal (Roy) podría ser un buen complemento para el toque sensitivo de la batería de Alan (Munshower). Me emocionó que Badal aceptara la propuesta. Esa sesión de grabación fue la primera vez que Alan y yo tocábamos con Badal, pero de inmediato logramos una interacción de empatía.

 

Estoy muy feliz con los resultados y me sentí particularmente honrado porque Badal se refirió a An Die Musik como una de sus mejores grabaciones entre más de un centenar que integran su discografía. Mientras que Brooklyn Moments, New York Moments y An die Music son completamente improvisados y mis proyectos como líder o co-líder; The Soul of Mist es parcialmente improvisado (basado en composiciones) y un proyecto liderado por el innovador percusionista y compositor italiano Andrea Centazzo. Mi primera exposición a la música de Andrea fue a través de su álbum en dúo con el maestro suizo Pierre Favre. Me encanta el enfoque melódico de Favre en batería y, naturalmente, disfruté de igual manera la melódica forma de tocar de Andrea. También había escuchado Clang, el álbum que había hecho a dúo con Steve Lacy. Cuando me enteré, a través de su página, que el sello Ictus Records había revivido (sello establecido y operado por Andrea Centazzo) decidí contactarme con él. Eso fue en 2006, justo después que grabara Hommage an Klaus Kinski con el legendario clarinetista Perry Robinson –un autentico poeta del clarinete, criminalmente infravalorado a pesar de su rol como pionero del movimiento free de los sesenta y setenta-. Para quienes no conocen la historia de Perry (Robinson) corresponde decir que él puede ser escuchado en álbumes clásicos de free-jazz como Henry Grimes Trio(ESP, 1965), Archie Shepp Mama Too Tight (Impulse!, 1966), Charlie Haden Liberation Music Orchestra (Impulse!, 1969), Carla Bley Escalator Over The Hill (JCOA/ECM, 1971) y Paul Bley Synthesizer Show (1971, Polydor). En cualquier caso, a Andrea Centazzo le gustó lo que hice con Perry Robinson y sugirió la formación de un trío con él. Así que organizó una breve gira por la costa este la cual fue grabada, producida y lanzada por el sello de Andrea. Mi ejecución en piano es más bien reservada en ese álbum, pero creo que es un disco ideal para apreciar el criminalmente menospreciado talento de Perry y también para valorar la habilidad compositiva de Andrea quien, principalmente, es conocido por su música completamente improvisada con Derek Bailey, John Zorn, Evan Parker, etc.

 

Escuchando tu música percibo un sentimiento muy cinematográfico, especialmente en tu álbum a dúo con Lee Pembleton Hommage an Klaus Kinski. A veces pienso en ese trabajo como si se tratase de la banda sonora de un film de Werner Herzog…

 

Estoy totalmente de acuerdo contigo en ese aspecto pero no fue algo intencional sino puramente accidental. Pienso que eso está mejor materializado en el tema que da título al álbum, el cual fue completamente improvisado por Lee (Pembleton) y por mí y con Ross Bonadonna contribuyendo allí con un buen trabajo en guitarra. De alguna manera el tema (improvisación) pasó a tener una fuerte reminiscencia escénica de Fitzcarraldo (filme de 1982 dirigido por Werner Herzog) y la banda sonora compuesta por Florian Fricke y su grupo Popol Vuh. Bueno, he sido fanático de las películas de Herzog con (Klaus) Kinski (actor fetiche de Werner Herzog) tanto como de la meditativa frescura musical de Popul Vuh desde mis días en la secundaria. Esto mismo es cierto para Lee pero no tuvimos intención de hacer un tributo en honor a ese gran -¡y loco!- actor alemán (se refiere a Kinski). Como ya señalé anteriormente, las bandas sonoras de películas fueron una de mis primeras fuentes musicales de inspiración y eso está probablemente relacionado con la naturaleza narrativa de mi música. En otras palabras, me gusta transmitir una imagen y una historia cinematográfica a través de la música. La misma tendencia puede aplicarse para Lee (Pembleton), aunque individualmente toquemos diferentes clases de música. En primer lugar, Lee no toca ningún instrumento convencional como lo es el piano, pero es un excelente constructor de sonidos; y todavía más importante es que se trata de uno de los pocos llamados “artistas del sonido” que puede improvisar en un grupo con instrumentos convencionales como el mío.

 

Tú sabes muy bien lo que pienso acerca de Confusion Bleue a través del comentario que hice del mismo… Es un álbum maravilloso, creativo, altamente sensitivo y refinado. Muchos colegas lo han considerado (y me incluyo) dentro de lo mejor de tu producción discográfica. En un nivel puramente estético: ¿cuál es la dinámica que guía ese cuerpo de música?

 

Bueno… ¡muchas gracias por tus tan alentadores comentarios! La idea básica para Confusion Bleue fue grabar música cargada de energía inclinada abiertamente hacia el avant-garde dentro de un amplio marco de “improvisación total”. En esencia, quise grabar algo diferente a mis dos álbumes en Soul Note: la introvertida música free de cámara de Hommage an Klaus Kinski y el altamente melódico An die Musik. En cierta forma, Confusion Bleue es una extensión de Brooklyn Moments y New York Moments, pero quise darle un enfoque más estructurado a la música y también abarcar variadas texturas musicales. Esta idea se refleja en la elección de los músicos para esa grabación: Lee Pembleton (sonido), Ross Bonadonna (guitarra / vientos), Tyler Goodwin (contrabajo) y Roy Sage (batería). Mientras la influencia de Lee (Pembleton) proveniente de la música concreta reflejó su aspecto más introvertido en Hommage an Klaus Kinski, en esta grabación quise centrar la atención en su mucho más extrovertido carácter de músico “noise”. Aunque la sesión de “Hommage…” había sido la primera vez que tocaba con Ross (Bonadonna), yo estaba totalmente impresionado por su versátil habilidad en guitarra y múltiples instrumentos de viento (saxo alto y clarinete bajo, en particular). Ross entendió realmente los fundamentos de esta música, está acostumbrado a cubrir un amplio rango de géneros musicales, puede pensar de manera innovadora y ser libre y espontáneo al mismo tiempo. Debido a que la meta primaria de este proyecto fue la “energía”, no podía encontrar ningún baterista más adecuado que Ray (Sage). En mi opinión personal, la propulsión rítmica de Ray difícilmente sea igualada en batería “free” por su “fuego”; y según mi parecer sólo puede ser comparado con grandes maestros del género como Elvin Jones, Rashid Ali y Andrew Cyrille. Pensé que Tyler (Goodwin) empujaría la música muy bien desde el fondo con el pulso de acompañamiento de su bajo junto con la batería de Ray, aunque también podría agregar un sentimiento de música clásica a través de su preciso pero imaginativo uso del arco. Además, su aguda habilidad para entender la tonalidad y sus rápidas respuestas también fueron muy importantes; y eso es así porque para mí lo más difícil es tocar improvisación total con un bajista. Creo que no estoy solo al respecto, ya que si comparas las improvisaciones de Jarrett en solitario y en trío, el solo de improvisación es claramente más multidimensional. Esto es así a pesar de que los compañeros del trío son Jack DeJohnette y Gary Peacock ¡quien a su vez es mi bajista favorito! (exclama). El bajo, por la naturaleza de su función, tiende a restringir la libertad armónica del pianista en la música completamente improvisada.

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