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Nostalgias II

Discos olvidados, menospreciados de guitarristas y bajistas, guitarristas y bajistas menospreciados, y hasta vilipendiados y demás historias…

La primera compilación ofrecida en el número anterior, contenía discos de calidad más o menos inobjetables, que pueden no gustar pero, difícilmente, alguien con cierto conocimiento pueda decir que son una basura. En cambio, esta nueva selección sí está compuesta por algunos álbumes que para ciertos gustos pueden ser considerados de esa poco amable manera. Sin embargo, para quien escribe, tienen un atractivo especial. Algunos tienen en común ser producciones muy bien hechas, muy buen sonido, clásicos clichés rockeros y progresivos en ciertos casos, y mucho drive. En realidad, más que drive, es ese exceso grasiento tan típico del rock y que a los rockeros tanto nos gusta.

Igualmente varios se salvan de lo precedente en esta selección y alguno es hasta un clásico olvidado. También en general se trata de ediciones más recientes.

Resumiendo, esta selección sigue sin querer quedar bien con nadie, busca joyas olvidadas o que pasaron sin pena ni gloria y redobla recordando afectuosamente discos que para muchos son mejor olvidar, al igual que sus intérpretes.

La casa no se hace responsable.

1) Trevor Rabin: Can´t Look Away (1989)

Y sí, empezamos con todo… Tipo odiado aquí en la Argentina y creo que en varias partes más por ser un metalero grasa que suplantó al todo poderoso y exquisito Steve Howe en Yes. El 90% del material que escucharon de la banda durante 11 años era de él, 90125 incluido. El grasa metalero tiene una formación musical que ninguno de sus ex – compañeros posee (tengo entendido que estudió composición y dirección musical en  su natal Sudáfrica), lo que le permite hoy seguir siendo millonario haciendo la música de films taquilleros. Bueno, ustedes dirán “tanto para tan poco”… sí… puede ser… 

El disco tiene el sonido de Talk (1994), de Yes; buenos temas, bien armados, no falta ni sobra nada. A pesar de tener una impresionante técnica, tanto en la guitarra como en los teclados, en ningún momento es auto-indulgente. Es parejo, canta bien, excelente sonido.

Traten de no vomitar cuando lo escuchen porque hasta ahora parece que sólo a mí me gusta.

 

2) Larry Coryell, Tom Coster, Steve Smith: Cause and Effect (1998).

En este disco uno ve en la tapa dos cincuentones muy canosos y un cuarentón pelado. Guitarra (Coryell), teclados (Coster) y batería (Smith); dos jazz-rockers de los setenta, uno ex­-Santana, y un fusionero de los ochenta; ¿qué saldrá?

El jazz-rock más furioso que se ha grabado en años.

Estos adultos mayores se tocan todo, no le tienen miedo para nada a la distorsión y pasan del jazz más acústico a sonar como Deep Purple en pocos compases. Si aguantan altas intensidades y distorsiones, este disco es para ustedes.

 

3) Geddy Lee: My Favourite Headache (2000)

La tragedia del baterista de Rush, Neil Peart, tenía a la banda en un impasse prolongado. El bajista y cantante Geddy Lee decidió entonces sacar su primer y hasta ahora único disco solista. De quienes lo escuchan cantar, la mitad lo ama y la mitad lo odia; y no porque desafine o tenga mala técnica, todo lo contrario; es simplemente por el tono de su voz. El disco rockea, las referencias a Rush son inevitables, la banda suena muy compacta, los temas son excelentes. Lo acompañan, entre otros, Ben Mink en guitarras y violín  (K.D.Lang), y Matt Cameron en batería (Soundgarden, Pearl Jam). Para aquellos que nos gusta el registro de Lee cantando y sus excelentes líneas melódicas, este disco es imperdible.

 

4) The Conspiracy Project: The Unknown (2003)

Chris Squire (Yes), en bajo y voz y Billy Sherwood (World Trade, Yes), en todo lo demás y voz (menos batería), formaron en el 2000 The Conspiracy Project.

Éste es el segundo disco y sí… volvemos a la carga con la polémica. Está todo muy procesado, voces incluidas (a Dios gracias) y se nota y no les importa; es más, ésa es la idea. Temas potentes y progresivos, en la línea que Yes no siguió después de Talk y un excelente sonido son los ingredientes de este disco. Como es de esperar, suena a Yes. Buenos bajos definen el disco. Los fanáticos lo van a adorar, el resto abstenerse.

Nota: ¡Chris sacate las calzas!

 

5) Santana: Caravanserai (1972)

Para aquellos que sólo escuchan Abraxas o Supernatural. Éste es, a mi parecer, el mejor disco de Carlos Santana: los mejores músicos, todo el rock, todo el latin, y hasta Antonio Carlos Jobim. Estaba en plena transición de músicos y los mejores de la banda saliente se juntaron con lo mejor de la entrante. Excelentes temas, excelentes solos, Flor de Piedra de Jobim y una mística que ya no tiene.

 

6) BBM: Around The Next Dream (1994)

Jack Bruce, Ginger Baker y nada menos que Gary Moore, para delicias de los fans de Clapton que no lo toleran. ¿La vuelta fallida de Cream? Puede ser… pero Moore le da una impronta más directa y aggiornada a esta formación de caras bonitas (en realidad, las fotos de la contratapa parecen de la sección policial de un periódico). Rock-Blues, gargantas (muy) ásperas, buenos solos y mucha energía.

 

7) The Firm: The Firm (1985)

Jimmy Page comandaba a esta banda que contaba con Paul Rodgers en voz, Tony Franklin en bajo y Chris Slade en batería. Éste sería su primer disco, muy potente y compacto de un típico rock británico con claras reminiscencias de Led Zeppelin. Buenos temas, riffs y solos de todavía un entero Page y hasta algún tema que, de haber sido una banda más exitosa, hoy sería un clásico.

 

Federico Larroca

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