Por Los Codos

Theo Bleckmann

Theo BleckmannTheo Bleckmann es un vocalista y compositor ampliamente reconocido, tanto por su innovador concepto escénico como por la constante exploración en el campo del arte multimedia.
El cuerpo principal de su carrera se expresó en New York, ciudad a la que se mudó en 1989 desde su Alemania natal.
Su impactante rango vocal hizo que algunos grandes compositores de la escena de la nueva música creativa, tales como Mark Dresser, Ikue Mori, Ben Monder, Bob Ostertag y John Hollenbeck, elaboraran obras exclusivamente para él.
En su extensa trayectoria ha trabajado con Laurie Anderson, Anthony Braxton, Phillip Glass, Dave Douglas, Michael Tilson Thomas, Steve Coleman y Bang On a Can.
Actuó como vocalista invitado en el San Francisco Symphony Chorus, el Estonian Radio Choir y junto a la Merce Cunningham Dance Company y la Mark Morris Dance.
Bleckmann ha mantenido una consistente y prolongada sociedad artística con Meredith Monk, de cuyo ensamble vocal es miembro desde 1994.
También desarrollo un intenso intercambio creativo con John Hollenbeck, el cual se ha materializado en álbumes en dueto como Static Still y Quartet Lucy, junto al Large Ensamble en A Blessing y con la Big Band Granz en Joys & Desires.

BleckmannA lo largo de su carrera se ha manifestado especialmente cómodo en dúo; prueba de ello son sus trabajos con el pianista Kirk Nurock en Theo & Kirk y Loosing Glass, los ya mencionados junto a John Hollenbeck y su dueto con Ben Monder en los discos No Boat y At Night.
Su tarea multidisciplinaria incluye una comisión del Whitney Houston Museum of American Art para la obra Fidget.
En colaboración con el artista Lynn Book y producción del Museum of Contemporary Art of Chicago creó Mercuria. Obra basada sobre el sueño y el subconsciente que incluyó artes visuales y ensamble vocal.
Hizo trabajos para  teatro, películas y televisión. Bajo la dirección de Valeria Vasslievski protagonizó la ópera del compositor Eric Salzman The True Last Words of Dutch Schultz. Creó el lenguaje de los extraterrestres en la película de Steven Spielberg Men In Black y colaboró con Meredith Monk en la música del film Star Trek: Envoy e hizo lo propio con Phillip Glass en Kundun.
Bleckmann cantó en la obra de John Moran Book of the Dead y actuó como líder de Bang on a Can, en la ópera Carbon Copy Building.
Compuso e interpretó la obra The Alexandria Carry On bajo dirección de Ellaine Williams y Laurie McCants.

Obtuvo innumerables premios: el Bessie award, el Presser award for outstanding talent y el Ascap/Gershwin award por su composición Chorale # 1 for Eight Voices. Fue acreedor a becas de distintas organizaciones: el Arts International, el Franklin Fumace Fund for Performance Art, la New York Foundation for the Arts, Meet the Composer y The Council on Humanities.
Actualmente se encuentra trabajando junto a Fumio Yasuda (con quien editara el año pasado Las Vegas Rhapsody the Night They Invented Champagne) en otro proyecto para el sello Winter & Winter sobre canciones tradicionales alemanas.
Este año tiene previsto realizar una gira con Ben Monder presentando su último trabajo At Night y también actuaciones con el Refuge Trio, Meredith Monk y junto a la Janis Brenner Dance Company.
Para muchos, Theo Bleckmann es un personaje de culto; otros lo consideran la revelación vocal de la década y algunos han llegado a denominarlo como” el cantante que cayó a la tierra”, aunque nadie hasta ahora se haya animado a señalar desde dónde.
Como somos (muy) curiosos, quisimos saber qué había detrás de todo eso y el único método a nuestro alcance era entrevistarlo.
Si usted también es curioso… siga leyendo, que no duele.

At NightAcaba de editarse At Night, tu nuevo álbum con Ben Monder. Hablemos sobre la idea principal que impulsó ese trabajo…

La idea aquí fue documentar todas las canciones que Ben (Monder) y  yo habíamos compuesto y tocado en un lapso de diez años desde nuestro disco anterior No Boat y yuxtaponerlas con libre improvisación. Por eso invitamos a participar a Satoshi Takeishi con quien ya habíamos llevado a cabo algunos conciertos en trío durante los últimos cuatro años.

¿Qué tipo de evolución representa este nuevo trabajo en relación a No Boat?

No Boat marcó el comienzo de nuestra colaboración, mientras que At Night fue grabado después de una década de haber tocado y trabajado juntos, ya sea como dúo o en otras bandas. Casi todas las canciones en No Boat existían antes que Ben y yo comenzáramos a trabajar juntos. At Night ,en cambio, contiene un montón de material que llegó a existir a partir del dúo en sí o que fue escrito especialmente para este disco.

Dejame preguntarte acerca de algunos temas incluidos en At Night. Estoy particularmente interesado en conocer por qué, después de tanto tiempo componiendo y tocando juntos, decidieron incluir algunos covers como Norwegian Wood de The Beatles y Sunny Sunday de Joni Mitchell…

Mucho de nuestro material es enteramente compuesto y rigurosamente estructurado. Para contrapesar el tipo de energía que genera esa orientación, elegimos tocar ocasionalmente covers. Eso nos otorga la chance de actuar con el material desde una perspectiva más libre y con cierta irreverencia. También encontramos que ese enfoque ayuda al público a conectarse en una nueva forma con nuestras propias composiciones y a aceptar nuestra música de manera más natural y fresca.

Digamos que actúa como un balance…

Sí…Ying y Yang.

Rumi¿Qué motivó que en At Night utilizaran en varios temas textos de Rumi*? (* Poeta al que se considera el máximo exponente de la mística Sufi).

Nunca interpreto canciones en cuyos textos no pueda creer. Rumi no es la excepción. Ben y yo hemos estado leyendo su poesía durante años, así que fue un paso lógico incorporar sus textos a nuestra música. La profundidad mística de Rumi y su simplicidad, se asemejan enormemente a mí. Su poesía me causa el efecto que amaría que mi música provoque en el oyente.

¿Y qué efecto te causa?

Una sensación de profundidad a partir de la cual uno puede expandirse infinitamente, pero de manera consolidada.

¿Qué otras cosas tomás, más allá del mundo de la música, para luego trasladar a tus canciones?

En alguna forma, trato de incorporar a mi música un montón de cosas que siento y veo en el mundo exterior de hoy, filtrando lo destructivo y quitando de mi música cualquier pretensión narcisista. Intento alcanzar un estado ideal… Algo que nunca será.

La utopía interior versus la realidad exterior…

Algo así. Irónicamente, la música más interesante surge cuando el exterior y mi interior colisionan.

BleckmannEn esa búsqueda de nuevas cosas que propulsen la inspiración, ¿qué pasa cuando las musas no llegan?

Si no me siento inspirado, me detengo por un momento hasta que regrese. Trato de no rendirme nunca, aunque enfrentar ese miedo interior sea lo más duro del acto creativo. Sé que si logro controlar mis propias dudas en una situación como ésa… finalmente todo estará OK.

Hablemos de la “técnica vocal extendida”. Cuando alguien escucha mencionar tu nombre, posiblemente eso sea lo primero que viene a su mente…

Las técnicas vocales extendidas son simplemente otra manera de expresar algo desde el lugar en que las técnicas tradicionales terminan. A menudo siento que el texto puede limitarse mucho si te aproximás a él en una forma simplemente literal. Hay sensaciones que sólo el sonido puede alcanzar y a veces una vibración acústica pura resulta lo más saludable, como si para llegar al otro no hiciese falta decir nada.

No hace mucho tiempo Kurt Elling dijo: “Es muy importante para un cantante sentirse a sí mismo el líder del grupo en donde está cantando”. ¿Estás de acuerdo con esa declaración?

Kurt Elling
Entiendo desde donde Kurt (Elling), cuya música admiro de verdad, lo dice. Cuando canto siento que estoy conduciendo mi voz, mis emociones y también llevando a la música en una cierta dirección, pero al mismo tiempo disfruto que la música se lidere a sí misma. Todo esto depende del contexto y de qué clase de música esté realizando y con quién. Debo confesar que encuentro algunos músicos que dejan poco espacio en lo que hacen para que haya un sorpresa real. La mayor parte de mi trayectoria se ha expresado en colaboraciones y allí la energía se manifiesta simultáneamente en conducir y ser conducido. Para mí, el arte se hace realidad cuando te dejás llevar y también cuando sos quien conduce. La sorpresa y la magia están en algún punto entre ambos caminos.

Has estado trabajando activamente con electrónicos. ¿En qué medida esos aspectos tecnológicos se incorporan al acto creativo?

La tecnología, como las técnicas vocales extendidas, están allí para realzar la música y la emoción y no para borrarlas. Es muy fácil esconderse detrás de un montón de equipos y construir literalmente una pared entre vos y la audiencia. Trato de usar electrónicos en la forma más transparente posible y hago todo lo que esté a mi alcance para incluir al oyente en el proceso. Es por eso que las performances en vivo son tan importantes para mí. Nada puede sustituir el círculo de energía que se establece entre la audiencia y quien actúa.

Vos naciste en Alemania pero desarrollaste gran parte de tu carrera en New York. ¿A cuál de esos lugares consideras tu hogar?

Aun cuando conservo ambos pasaportes, mi hogar está en New York, musical, personal y espiritualmente hablando. La energía y la cantidad de talento que hay aquí te da humildad y a la vez te brinda una inspiración infinita.

John Cage¿Cuáles fueron las inspiraciones iniciales que te ayudaron a construir tu educación musical?

Mis primeras inspiraciones estaban menos orientadas a lo vocal y más dirigidas a compositores, improvisadores y también a un montón de artistas visuales. Alguien que siempre admiré y con quien tuve la suerte de encontrarme un par de veces, fue John Cage. Me siento influenciado por la irreverencia de muchos compositores e improvisadores estadounidenses como Cage, Ives, Monk… ambos Monk (risas) Thelonious y Meredith… Keith Jarrett, Eric Dolphy y, por supuesto, Sheila Jordan…

Sheila JordanY además ella tuvo particular importancia en tu carrera… ¿Cómo se conocieron?

Nos conocimos en un taller en el que ella estaba enseñando en Graz, Austria.  Yo acababa de salir de la secundaria y vivía en el norte de Alemania en aquel momento, así que viajé más de 15 horas para una audiencia con ella. Más que nada porque necesitaba conocerla (dicho en tono enfático). Tenía veneración por Sheila (Jordan) y aún hoy pienso que es uno de los grandes espíritus del jazz.

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