Por Los Codos

Wadada Leo Smith

Admirar a un artista significa estimar su inteligencia, imaginación creadora y sensibilidad; pero también supone valorizar la capacidad manifiesta para expresar sus ideas, fantasías o sentimientos de tal manera que su obra provoque una profunda sensación en aquellos que la contemplan.
En el ejercicio de esa contemplación, el arte puede resultar pasible de diversas jerarquizaciones que corresponden a las diferentes categorizaciones que el artista hace de la realidad.
Existe un arte por el arte mismo, el cual no parece tener un fin utilitario o pragmático. También hay un arte didáctico que propone instruir o enseñar y que interpreta que el arte está destinado a mejorar la condición humana. Pero además hay un arte comprometido que implica una actitud crítica o inconformista en la que el artista se autoimpone la obligación moral de poner su obra al servicio de una causa política, filosófica o social.
En la esfera de este último rango el arte toma un carácter revolucionario que estimula a tomar conciencia, valentía e impulso para trasformar el mundo. Esto nos ubica a las puertas de una dicotomía entre la existencia de un arte comprometido y la acción ejercida por artistas comprometidos con el arte. Sin embargo, esa aparente bifurcación entre el acto y la actitud estética puede reunirse excepcionalmente en un artista y su propia obra.
Tal es el caso del trompetista, multiinstrumentista, compositor, improvisador, artista multimedios y educador Ishmael Wadada Leo Smith quien, por más de cuatro décadas, ha venido ocupando un lugar de privilegio en la música creativa contemporánea. Smith, sin recurrir a ostentosos discursos políticos ni renunciar a sus aspiraciones estéticas, ha mantenido a lo largo de su trayectoria un firme compromiso filosófico, teológico y político tendiente a construir una sociedad más justa.

Wadada Leo Smith nació un 18 de Diciembre de 1941 en la ciudad de Leland, Mississippi. Sus inicios musicales fueron en la banda de música de la escuela secundaria. A los trece años se involucró en el delta blues y comenzó a experimentar en el campo de la tradición de la música improvisada.
Su formación musical incluye estudios en el programa de bandas militares de los Estados Unidos, la escuela de música de Sherwood y su graduación en etnomusicología en la Universidad Wesleyan.
Smith se abocó luego al estudio de culturas musicales de distintas partes del mundo y al desarrollo de una teoría musical propia basada en un sistema de notación gráfica al que llamó ankhrasmation.
Su rigorosa formación académica no sólo se expresó a través de su obra musical sino también en una profusa tarea como educador. Smith ha impartido clases en la Universidad de New Haven y en el Creative Music Studio de Woodstock en la década del setenta. En los ochenta hizo lo propio en el Bard College y en la actualidad dicta clases como profesor de música y es director del programa de Improvisación afroamericana en el California Institute of the Arts. Además ha sido, por más de cuatro décadas, un activo miembro de la AACM (Association for the Advancement of Creative Musicians).
Smith ha comandado diferentes ensambles. Fue miembro fundador de la Creative Construction Company, trío que integrara con Leroy Jenkins y Anthony Braxton. Más tarde conformó la New Delta Akhri junto a Henry Threadgill, Anthony Davis y Oliver Lake. En años recientes constituyó, en sociedad con el guitarrista Henry Kaiser, el ensamble colectivo Yo Miles! y el Wadada Leo Smith’s Golden Quartet (grupo que en la actualidad se integra con Vijay Iyer en piano, John Lindberg en bajo y Pheroan akLaff en batería).

En su extensa trayectoria ha tocado con una lista infinita de músicos notables, entre los que podemos citar a Roscoe Mitchell, Muhal Richard Abrams, Cecil Taylor, Lester Bowie, Carla Bley, John Zorn, Misha Mengelberg, George Lewis, Malachi Favors, Jack DeJohnette, Don Cherry, Anthony Braxton, Andrew Cyrill, Ed Blackwell, David Murray, etc.
Smith ha recibido innumerables premios y menciones, publicó ensayos, dictó conferencias y expuso sus teorías en diversos ámbitos académicos, compuso música para diferentes ensambles y ha estado involucrado en diversas obras interdisciplinarias con artistas visuales.
Su actualidad no es menos vigorosa: recientemente editó America en sociedad con el baterista Jack DeJohnette (álbum que comentamos en esta edición), se encuentra en plena etapa de elaboración de una obra multimedios para ensamble de doce piezas y video-arte sobre el problema de la inmigración en el mundo y está próximo a lanzar un álbum doble con el título de Spirits Dimensions que reúne al Golden Quartet y al Organic Sextet (Skuli Sverrisson, John Lindberg, Michael Gregory, Brandon Ross y Nels Cline) grabado durante una actuación en el Vision Festival.
Wadada Leo Smith es una auténtica leyenda viviente de la música contemporánea que nos otorgó el privilegio de acceder a su mundo creativo en un charla invalorable. Aquí va:

¿A qué obedece que hayas escogido para tu más reciente trabajo un título tan poderoso y sujeto a múltiples interpretaciones como America?

Desde 2007 observo que América (refiriéndose a Estados Unidos) se encuentra experimentando un profundo cambio; quizás no está transformándose en una sociedad multicultural sin divisiones pero sí en una sociedad cultural pluralista en donde todos tienen una oportunidad. La música creativa anunció el cambio en los sesenta con la improvisación colectiva, aun cuando esta música ha sido democrática desde su cuna en New Orleans. El carácter anticipatorio se manifestó en una forma de proyectar el arte a través de principios en donde lo colectivo y la participación de cada persona tienen igual valor. Éste es un momento único en la historia de este país; por eso ahora llamo a la música que hago American music.

La música creativa, como ya sabemos, no es un fenómeno de masas. ¿Los cambios sociales que has observado engloban a la mayoría o también se circunscriben a estamentos reducidos de la sociedad?

A juzgar por los resultados de la última elección, es obvio que más de la mitad de la población en este país está pensando en el cambio y eso significa que estamos hablando de un número abrumadoramente poderoso (exclamando). La elección de Obama demuestra que el racismo y la discriminación estructural que nos gobernó puede ser borrada por completo… Y cada miembro de la sociedad puede y debe hacer su contribución histórica en ese sentido.

¿Y de qué manera tu música contribuye al cambio?

Siempre he sostenido que el mejor modelo de los principios democráticos en acción es el de un ensamble de música creativa o el de los ensambles en el jazz. Son un modelo perfecto porque el individuo se consagra y también lo colectivo en su conjunto sin que uno de los componentes supere a los otros. Eso lo convierte en un evento bastante inusual.

Si la música creativa anunció los cambios sociales que estamos experimentando hoy con tanta anticipación y además contaba con un modelo “perfecto”, entonces podríamos deducir que la sociedad no supo interpretar el mensaje…

Si la gente realmente hubiera adherido a la música de los sesenta, y no me refiero sólo a que le gustara sino a que entendiera que se estaba mostrando uno de los mejores ejemplos de los principios democráticos en acción tanto como una expresión actualizada de la noción de libertad, nuestra sociedad ahora estaría más avanzada. Probablemente hubiésemos tenido mucho antes un presidente afroamericano o ya habríamos tenido una mujer en la presidencia.

Intuyo que esos avances estructurales de la sociedad que incluyen nociones de libertad y profundización de los principios democráticos, que según decís anunció la música de los sesenta, estaban contenidos y representados en la AACM (*)…
(*) La Association for the Advancement of Creative Musician es una organización sin fines de lucro fundada en 1965 en la ciudad de Chicago por Muhal Richard Abrams, Phil Cohran y Jodie Christian, entre otros y de la cual Smith es uno de sus miembros más destacados)

La AACM buscó la manera de cambiar la percepción acerca de algo que era añejo. Mientras la mayoría hablaba de jazz, la AACM habló de música creativa. Pero más allá de cuestiones semánticas, está claro que en todo eso existía un fenómeno diferente que nos motivó a que empezáramos a materializar el concepto de free-music. Nunca dijimos libre improvisación o “free-esto” o “free-aquello” o free de vanguardia. Ninguno de esos rótulos nos representaba y por eso identificamos lo que hacíamos como música creativa y free-music. Entendimos que la libertad implica aceptar las diferencias entre la noción de libertad en el contexto filosófico y también en el ejercicio de la práctica democrática. Eso hizo que la AACM tuviera un gran impacto…

Descubrir una verdad a través del automatismo creativo para potenciar esas nociones filosóficas de libertad debe haber significado romper con conceptos que estaban muy arraigados…

Si despojás a la memoria de esas cadenas que nos atan al pasado te darás cuenta del inmenso poder de cada momento. Cada instante es la semilla que germina en el siguiente. Es entonces cuando, a través de la reflexión, tu propia experiencia como artista te indicará como proceder.

¿Cómo convive ese concepto con la tradición y el conocimiento adquirido?

La tradición puede matar tu propia creatividad si lo permitís. Una persona no necesita saber todo sobre la tradición para tocar. De hecho, demasiado conocimiento puede inhibir el crecimiento individual. Mirá a (John) Coltrane… Él tuvo que cambiar porque era un artista transicional, pero esos cambios eran difíciles de concretar a causa de su conocimiento de la tradición. De alguna manera, él probo que eliminar algunos de aquellos conocimientos era algo imprescindible para la creación de algo nuevo.

Supongo que esos conceptos solidificados durante tu experiencia inicial en la AACM implicó enfrentarse a los miedos interiores inherentes a toda declaración creativa innovadora…

Por aquel entonces vos podías tocar en uno de los grupos de Muhal (Richard Abrams) y en algún punto del concierto el resto de los músicos salía del escenario y te dejaba tocando solo. Uno podía escucharlos haciendo comentarios sobre la forma en que tocabas. Ellos regresaban al escenario sólo una vez que hubieras logrado pasar el test de “hacer arte”. Esto puede sonar cruel, pero ese ritual hacía disipar cualquier miedo que uno pudiera tener a realizar una auténtica declaración artística.

El desarrollo de los principios de libertad colectiva implícitos en la música creativa, ¿requiere en algún momento del inevitable ejercicio de la soledad? Te pregunto esto no sólo en relación al ritual mencionado anteriormente sino también al extenso período en que te mantuviste recluido.

Eso fue realmente muy simple. Me quedé en Connecticut durante diez años. Mientras mis colegas grababan y salían de gira constantemente alrededor del planeta, yo trabajé y toqué en mi casa. ¿Qué pasa cuando estás tocando en tu casa? Pues te desarrollás, crecés, porque es uno mismo el que desarrolla el propio crecimiento y, por lo tanto, no podés permitirte ser letárgico o postergar las cosas. No sólo te volvés más disciplinado, también al fijar tus propias metas y obtenerlas retroalimentás tu entusiasmo.

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