Matt Moran
Esteee… (gesto de sorpresa)
No, no estoy loco… sólo trato de responder a tu pregunta (hace una pausa y suelta la carcajada). Trato de componer cosas que puedo oír. No uso un sistema compositivo. Me convencieron de no hacerlo en la escuela de música… cuando querían obligarme a tener uno (risas). Adoptar un sistema fijo sería una ruina para mí. Quiero hacer música que sea como la vida misma, llena de misterio y no como una línea de ensambles de una fábrica.
En ese sentido, ¿qué o quién ha sido tu fuente de inspiración mas profunda?
Es una gran pregunta… creo que no tiene respuesta. ¿Cómo definís “fuente de inspiración mas profunda”?
Lo importante en este momento no es como yo lo defina, sino como lo interpretas vos…
Entonces tengo una lista enorme de cosas que vienen a mi mente ahora (risas). Me siento increíblemente inspirado por la música folk, especialmente por músicos que provienen de su propia tradición y tocan hermosas canciones de un lugar determinado para gente que pertenece a otro. Eso es lo que trato de hacer en mi propia comunidad urbana. Ahora, puesto que tu pregunta es tan amplia y no querés aclararla… (señalándome con un dedo acusador), trataré de ser más específico. Estoy muy inspirado por la bravura de las bandas de viento gitanas provenientes de Serbia y por las brass bands de New York. Ese tipo de bandas son increíblemente rítmicas y aunque a menudo se expresan en diferentes formas tienen semejanzas. Estoy inspirado por el ejemplo que dio Ornette Coleman al decir “hay que tocar música como si de ello dependiera tu vida, como si cada nota pudiera ser la última.” Valoro esa clase de intensidad emocional. También me influyeron las ideas de Hazarat Inayat Khan (1882-1927, fundador del movimiento Sufismo Universal) expresadas en su libro The music of life. Él tiene una bellísima manera de presentar la idea de música como una energía universal. Por ultimo, hay un concepto que veo manifestado en un montón de tradiciones diferentes y distintas composiciones, que de alguna forma expreso Charles Ives cuando dijo “la imprecisión puede ser un indicador de la proximidad de la verdad perfecta”.
Encontrás un elemento unificador en esas fuentes de inspiración que citas…
Allí hay algo que resuena, al menos para mí, con el taoísmo y con la observación de Marshall Mcluhan (1911-1980, filósofo canadiense que acuñara el termino “aldea global”) sobre que el origen de toda experiencia humana es acústico y que todo está dominado por el mágico mundo del oído antes que el racional mundo de los ojos. Todas esas ideas refuerzan mi deseo de hacer música y trabajar en el mundo del “oído”. Pero desarrollar ese concepto en una cultura de fuerte contenido visual como la que tenemos requiere de un compromiso serio… En fin, cualquier elemento inspirador es importante.
Hace poco estuviste en la cárcel… supongo que esa experiencia no debe haber sido muy inspiradora…
Bueno… (respira profundamente). Fui arrestado en New York durantes las protestas contra la Convención Nacional del Partido Republicano en el 2004 (Partido gobernante en Estados Unidos). Estuve retenido en abierta violación a las leyes de Estados Unidos durante 35 horas y los cargos en mi contra fueron retirados. Es obvio que la ciudad detuvo a quienes participamos de la protesta bajo orden de mantener las calles libres de nuestra presencia. Cerca de 800 personas fueron arrestadas conmigo.
¿Y qué sentiste al perder tu libertad?
La parte realmente profunda de esa experiencia fue la intensa desorientación psicológica que produce estar encarcelado. Especialmente cuando nadie te dice qué está pasando o por qué estás detenido o cuándo saldrás en libertad. Al fin de cuentas no podía imaginar que eso me había pasado en la misma ciudad en donde vivo, hago música y camino diariamente. Fue sorprendente, al salir, encontrar que seguía siendo yo mismo en la ciudad de New York y cuán intenso había sido en mí el efecto psicológico del encarcelamiento. Fui lo suficientemente cuidadoso mientras estuve en la celda para meditar y mantenerme en calma para preservar el sentido de mí mismo y evitar los efectos que provoca perder la libertad. En Estados Unidos tenemos una crisis real, con demasiada gente convicta y sin una suficiente rehabilitación… Mi corta experiencia en la cárcel me hizo despertar sobre la profundidad de esa crisis… Más de 2 millones de personas son convictos y la mayoría de ellos saldrá en libertad en algún momento y necesitan estar lo suficientemente preparados para reintegrarse a la sociedad.
¿Creés que se puede hacer algo desde la música para solucionar esa “crisis real” que vive Estados Unidos?
La música no puede cambiar una sociedad o un gobierno, pero la música tiene el poder de influir en la gente y la gente sí puede cambiar una sociedad o un gobierno. Ésa es la razón por la cual la mayoría de los gobiernos a través de la historia se han cuidado de mantener controlada la música en su sociedad.
¿Querés decir que los políticos le temen a los músicos?
Pienso en la música como algo ajeno a los políticos. Creo que la música es una fuerza curativa que puede ayudar a la gente a conectarse con sus sentimientos más profundos y que facilita el encuentro de uno con el otro. Y esa idea es inherentemente subversiva en una sociedad capitalista basada en el marketing de la separación…
¿Separación de que?
Separación de los otros en grupos demográficos y separación emocional con nuestras verdaderas necesidades y deseos…
Última pregunta: Si tuvieras la posibilidad de ser Presidente de los Estados Unidos por un día, ¿cuál sería tu primera acción de gobierno?
Soy una persona práctica. Creo que la educación es la raíz de toda la creatividad, esperanza y 
suceso. Aquél que no crea eso debería leer A Narrative of the life of Frederick Douglass, an American Slave (Frederick Douglass 1818-1895, escritor abolicionista afro americano, autor de la célebre frase “La alfabetización es el trayecto desde la esclavitud hacia la libertad”). Entonces, si tuviera el poder por un día… hummm… haría todo lo que esté a mi alcance para financiar a la educación publica. Por la tarde me gustaría crear un servicio de asistencia médica universal y, si me queda tiempo, después de cenar, me aseguraría que todo el dinero salga del presupuesto militar.
Sergio Piccirilli
