Por Los Codos

Entrevista a Steve Swell

Aparte de los que ya mencionaste, ¿qué otros músicos te influyeron como trombonista y compositor?

Estoy influenciado por músicos que tratan realmente de hacer algo diferente, ya sea en la elaboración del sonido, armónica o rítmicamente. Escucho todos esos aspectos en la música. Puedo aplicar lo que escucho y lo que me gusta de lo que alguien está haciendo en otro instrumento y aplicarlo al trombón. El mismo asunto ocurre con la composición. Dicho esto, aún estoy tratando de comprender armónicamente y estudiando los enfoques y conceptos de quienes fueron mis antecesores. En esa lista podría incluir a Ornette Coleman, Anthony Braxton, George Lewis, Roswell Rudd, Cecil Taylor, Grachan Moncur. No necesariamente en ese orden. Algo importante es que incluyo a esta gente porque influyeron en mí en ambos sentidos, tanto como instrumentistas como compositores. Creo que esos aspectos, instrumento y composición, son inseparables.

De tus pares, ¿quiénes sentís que serán recordados como los trombonistas más importantes e influyentes de la actualidad?

Por pares supongo que querés decir aquéllos que están vivos y haciendo música en este momento, tocando el trombón. Diría… Roswell (Rudd), Grachan Moncur, George Lewis, Ray Anderson.

¿Por qué?

Porque ellos están tocando todo por sí mismos.

¿De qué manera programás tu tiempo para practicar, teniendo una agenda ocupada por tantas giras y actuaciones? ¿Cómo hacés para tener tiempo disponible?

Eso no es fácil, pero me hago tiempo. Siento que es obligatorio para mantenerte en forma en un nivel superior; pero además, después de practicar, siempre me siento mejor. He establecido una cantidad mínima de tiempo de dos horas al día, cinco o seis veces a la semana. Cuando tenía veinte años solía practicar de cuatro a seis horas diarias. Ahora tengo una rutina de trabajo que me permite sacar el máximo de provecho de esas dos horas para mantenerme al “tope de mi juego”. Cuando tengo más tiempo, profundizo en improvisación, experimentando con nuevas técnicas y armonías.

Después de haber tocado como sesionista con tanta gente, ¿cuáles de esas experiencias acumuladas aplicás ahora como líder de banda?

Creo que lo principal es darle forma al grupo permitiendo que los músicos hagan lo mejor sobre el escenario, manteniéndome atento a cambiar las cosas cuando siento que debe irse por otro camino, tanto con el material escrito como con la improvisación. Básicamente eso es lo que hace a una experiencia más espontánea.

Tu música no puede ser ubicada en una categoría definida porque es una clase de “género abarcativo”. Para ser abierto en términos musicales y en la vida en general… ¿cuál es el rol que uno debe asumir? ¿Hay en eso un aspecto dogmático aplicado a la música?

Bueno… como te dije anteriormente, eso está de acuerdo a la manera en que uno siente que debe presentar o interpretar su música. Ambas van de la mano. Tengo un amplio interés en las músicas improvisadas sean éstas jazz, “minúsculas” o world music. Si vos lo tenés escuchado, es difícil negarlo; y en eso encontrarás el camino de lo que debés tocar. Si por dogmático querés significar cuál es el camino que elegís para presentarte a vos mismo y mantenerte ahí, entonces probablemente terminarás negando lo que sos realmente. No podés seleccionar y elegir partes de tu personalidad musical para mostrarte, ya que uno está expuesto mucho más que a su presente. Eso sería deshonesto para tu audiencia y, mucho más, para vos mismo. Al dejar todo lo que sabés, y permitir que fluya naturalmente, te da la posibilidad de desenvolverte como un músico mucho más interesante. Negando lo que uno sabe y limitándose, es lo peor que uno puede hacerse a sí mismo. Es fantástico que quieras presentar la música de Louis Armstrong en el ámbito educativo, pero deshonesto en un concierto en el que debés estar tocando por vos mismo.

Hablemos de Slamin’ the Infinite. ¿Cómo está conformado y cuál fue tu idea principal en ese proyecto?

Básicamente es un cuarteto de vientos, trombón, bajo y batería, ocasionalmente con el agregado de un piano… cuando podemos. En realidad quería una banda con un montón de energía e ideas y mucha interacción entre los miembros del ensamble. Y además quise tocar con esos específicos integrantes: Sabir Mateen, Matt Heyner y Klaus Kugel, aunque ahora está Mike Wiberley en batería.

Slamin’ the Infinite es un grupo con mucha interacción entre sus miembros. ¿Qué importancia tiene para vos la sensación grupal, la posición que ocupás en ese contexto y, desde la óptica de dominio que ejerce un líder, qué tipo de decisiones adoptás para mostrar una cierta autoridad sobre los otros miembros de la banda?

Ésa es una pregunta tendenciosa. Todo esto es un acto de balance. Seleccioné los músicos con quienes quería tocar y logré juntarlos como nunca antes lo había conseguido en otro grupo. Y tuve que dejarles suficiente espacio para hacer sus cosas pero manteniéndome allí como una suerte de director de tránsito. Si vos no querés interferir con la dinámica de la banda, entonces debés saber cuándo dejar que las cosas sucedan. Tengo que confiar en ellos y utilizar sus amplios conceptos de improvisación para ampliar mis conceptos de composición y ellos tienen que confiar en la dirección que sugiero para la banda. Con un poco de suerte, espero que el resultado final sea que juntos hayamos creado algo dinámico. Además, la interacción es importante y nos remonta a la forma de tocar Dixieland. Creo que una mayor interacción hace más interesante a la música.

¿Pensaste en términos de composición como algo especifico para este ensamble o quisiste abrirlo para que sea interpretado por cualquier ensamble de jazz como parte de un repertorio?

Siempre que escribo para mis bandas lo hago específicamente para los músicos que la integran y voy a componer considerando sus puntos fuertes; pero últimamente he tomado algo de música que compuse para una banda y encuentro que puedo usar algo de eso en otras grupos. Esto no siempre funciona bien. Algunas piezas no están destinadas a ser tocadas por todas mis bandas.

¿Podrías describir, desde una perspectiva conceptual, el enfoque adoptado para algunas de esas bandas? Me refiero a Fire into Music, Unified Theory of Sound y el NOW Ensamble

Básicamente diría que con todas mis bandas tengo la idea de con quiénes me gustaría tocar o para quiénes componer y a su vez hacerlo específicamente para esas fuerzas individuales. Conceptualmente, es obvio que provengo del free pero tengo bastante experiencia en un programa más tradicional; entonces, intento diferentes cosas en el piano y, si me gusta como suenan, me pregunto a mí mismo: “¿cómo sonaría tocando esto tal o cual músico?”

Vos invertiste bastante tiempo en el ámbito académico, primero como estudiante y más tarde como profesor. Me gustaría escuchar tu punto de vista sobre la educación en el jazz…

Creo que la educación de jazz es un lío. Hay un canon de lo que se presenta acerca de esta gran música, que los estudiantes deben y tienen que saber; pero todos los aspectos creativos de improvisación no se abordan. Aquel aspecto creativo es lo que hizo grande a esta música y, con pesar, te digo que ha desaparecido en la mayoría de los ámbitos académicos.

¿Tenés la sensación de que es necesario para un estudiante de música seguir la ruta académica con el fin de desarrollarse como músico de jazz?

No, absolutamente no. Necesitan conocer la historia, ritmo, armonías, conceptos y enfoques de lo que se hizo antes; y si el único lugar en que pueden aprenderlo es en la escuela, entonces está bien. Pero si necesitan encontrar un lugar para experimentar, tocar, y tener la posibilidad de desarrollarse, no creo que vayan a encontrarlo en el ámbito académico.

¿Qué planes tenés para el futuro?

Tengo más planes de los que pueden ser mencionados. Siempre estoy encontrando cosas que me interesan musicalmente y continuaré explorando todo aquello que me llama la atención. Estaré haciendo un disco en solo de trombón, tengo un nuevo trío y estoy trabajando en él. Slammin’ the Infinite está haciendo una serie de clínicas y ensayos abiertos en New York por cortesía de una beca que recibí. Nation of We (NOW Ensamble) estará tocando durante una semana en Roulette este verano, probablemente a fines de julio, principios de agosto. Tengo giras con Roswell Rudd, Ken Vandermark, Gebhard Ullmann, una ópera de Dave Burrell que estuve haciendo en Italia en enero y otras cosas más en elaboración.

Para concluir: a lo largo de la historia del mundo las sociedades, en determinados períodos, han estado más abiertas al arte y se han manifestado más propensas a promover la creatividad comparadas con otros períodos. Hoy en día la cultura, al menos en Estados Unidos, aprecia el arte pero parece tener dificultades con aquellas expresiones creativas difíciles de explicar, entender o identificar. ¿Creés que ése es el obstáculo más importante para superar en la música creativa?

El arte contemporáneo, y quiero decir el arte que se crea en el momento en que uno está viviendo, usualmente no está preparado para ser experimentado a gran escala hasta mucho tiempo después. Artistas son aquéllos que elaboran muchas ideas nuevas y abren puertas y crean cosas que antes no existían; así que, al público en general, le toma tiempo ponerse al día. Y ahora eso no difiere con lo sucedido en otros momentos de la historia humana. Es interesante cómo lo expresás. La gente hace una distinción entre arte y creatividad. Por lo general arte es algo ya acordado por la mayoría de la gente como un documento válido pero requiere de un largo periodo para que sea entendido e incorporado como tal. Creatividad es algo que sucede más inmediatamente y es probable que esté demasiado fresco y sea demasiado nuevo para ser aceptado. Ésa es la cruz que debemos cargar, sabiendo que hacerlo no será fácil.

http://www.steveswell.com/

Sergio Piccirilli

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