Gerry Hemingway
Siguiendo con cuestiones acerca de la composición, Bailey en su libro relata una anécdota en la que Steve Lacy fue abordado por el compositor e improvisador Frederc Rzewski quien le pidió que describiera en 15 segundos la diferencia entre composición e improvisación. No pretendo limitarte a un plazo tan exiguo, pero tratando de mantener la espontaneidad en la respuesta, te pediría que describas en pocas palabras la diferencia existente entre ambas…
Un montón de tiempo cristalizando música, desarrollando condiciones a partir de las cuales uno escucha música en tiempo real y abrazando a través de la improvisación esa natural condición.
¿Cómo percibís la relación entre la planificación y la espontaneidad en la improvisación?
Ambos son métodos igualmente válidos por separado y a la vez combinables para tocar en la invención de cualquier tipo de música y a cualquier nivel. En otras palabras, la planificación tiene un rol como metodología para hacer música improvisada al igual que la espontaneidad.
¿"Prácticas" para una improvisación? ¿Cuál es tu pensamiento general sobre la idea de "practicar" para una improvisación?
El arte de improvisar es una disciplina acumulativa. En una mano tenés toda la experiencia para jugar un rol importante en la conformación de la resonancia de lo que improvisamos. En la otra mano tenés la preparación técnica que también puede implicar la nitidez en la articulación de nuestra expresión, haciendo que el compromiso creativo sea más profunda y fluido.
En tu opinión, ¿cuáles son los mayores mitos e ideas erróneas sobre la improvisación?
Que su calidad está regida por reglas, que la improvisación no tiene reglas, que no necesita tener un groove y que no requiere de la armonía como fuerza cohesiva primaria.
¿Cómo evalúas una improvisación o qué elementos tenés en cuenta al momento de improvisar?
En primer lugar evalúo cómo lograr que sea una experiencia atractiva, lo cual puede ser visto desde la perspectiva del músico o de la audiencia; aunque un músico, por propia necesidad para tocar, tiene que renunciar a la objetividad y aceptar que su criterio tenga un valor condicional.
¿Qué hace que una improvisación sea mejor que otra?
El nivel de tensión y concentración en la música engendra que el oído testimonie la invención creativa. Juzgar la eficacia en diversos grados está mitigado por la capacidad de los oyentes que estén presentes al momento de la improvisación. También sé que, a veces, el ejecutante puede no ser el mejor juez del suceso musical porque su facultad crítica está en un estado de suspensión durante el acto de la ejecución. Por otro lado, el músico tiene una especie de perspectiva única. En mi propia experiencia, tanto como dicen otros con quienes he tocado, observo que se adquiere un nivel de consciencia que es, en parte, como una especie de estado Zen de receptividad y neutralidad. Ese estado tiene una cualidad difícil de definir, ya que te otorga una clase de sexto sentido que te permite interpretar cómo están yendo las cosas. Es como si cada momento fuese grabado y pudieras volver atrás para confirmar el sentido de qué está pasando y qué no.
He notado que la palabra "compositor" se utiliza cada vez más en el jazz. Me refiero a que es usual la descripción “Juan Pérez” es "saxofonista y compositor", “Fulano de tal” es un "pianista y compositor", etc. ¿Creés que esto indica en el jazz un cambio de actitud, un nuevo tipo de respeto para esa parte de la música?
¿Respeto por la composición? ¡No tenía consciencia que la composición necesitaba un respeto adicional! (exclama contrariado) ¿No es acaso la institución de la improvisación, la que en realidad no existe, la que desea credibilidad para sobrevivir como forma de arte? En realidad estoy más preocupado en que el término compositor sea usado demasiado liberalmente por personas cuyo esfuerzo por organizar el sonido carece de todo rigor o profundidad. Me parece que todo el mundo, a su manera, es un compositor; y creo que hay una tendencia a socavar la disciplina de la composición con trabajos poco dignos.
Describime tu proceso compositivo. ¿Sentís que ese proceso es cognitivo, emocional o intuitivo?
Para mí la composición comienza cuando puedo oír en el silencio algo que me gustaría capturar y compartir. Crear ese espacio ocioso, en medio de otras múltiples responsabilidades, es la mitad de la batalla. Me he acostumbrado a usar para la creación compositiva esas “ventanitas” de tiempo de trabajo que a menudo encuentro mientras viajo. Mi proceso varía ya que, frecuentemente, empleo diferentes sensibilidades antes de alcanzar un estado final. Después de las ideas iniciales, que surgen cuando menos lo esperás, la mayor parte del proceso es artesanía composicional. Entonces hago horas extras para que enganche con el tiempo suficiente que demanda atender el detalle de la escritura.
Regresemos en el tiempo. Contanos en dónde naciste y criaste y cuáles son tus primeros recuerdos musicales. ¿Tenés la sensación de haberte convertido en músico por tradición familiar?
Nací en New Haven, Connecticut, en 1955 como parte de la decimocuarta generación de Hemingways exclusivamente afincada en New Haven. Un ala de la misma familia se abrió a fines de 1800 y se mudó a Chicago entregándonos, así, el Hemingway que todos conocen (se refiere al famoso novelista Ernest Hemingway, 1899-1961). Según parece, desde temprana edad disfruté realmente de la música. Recuerdo claramente el momento en que adquirí mi primer disco de 45rpm y me veo girando el dial de la radio para escuchar música… La radio fue, y aún lo es para mí, una puerta a otra cultura. Mi abuela fue concertista de piano a comienzos de 1900 y hasta el New York Times hizo comentarios sobre ella; pero, sometida a las normas de sociedad, se dedicó a criar a mi padre y su hermana. Mi padre siempre fue un apasionado por la música. Cuando era adolescente, debió haber tomado los manuscritos de su madre, estudiándolos y enseñándose a sí mismo a componer música. Comenzó escribiendo cuatro obras orquestales a los 14 años. Eventualmente concurrió a la Universidad de Yale pero repartiéndose entre su carrera en negocios y música, ya que su padre lo condujo a seguir una carrera en finanzas, la cual abrazó como profesión con poco entusiasmo, según me parece. Mientras estaba en la Universidad estudiaba con Paul Hindemith (compositor y musicólogo alemán). Él siempre estuvo involucrado en la música toda su vida; y poco antes de morir logró ver y escuchar su primer trabajo orquestal ejecutado por el New Haven Symphony y la premier de Terrains, su primera obra orquestal con la Kansas City Symphony. El recuerdo más tierno que tengo de él es escuchando música juntos, aun cuando en mi juventud no podía alcanzar la pasión que él tenía por Bruckner. Él y mi mamá fueron muy tolerantes con mis intereses musicales, lo que involucraba muchos viajes ya que se la pasaban llevando a un jovencito de 12 a ver bandas como Hendrix, Cream, Butterfield Blues Band, etc. También me senté muchas veces con mi abuela, después de que su marido falleció, para ver a la New Haven Symphony, sinfónica a la que perteneció toda una vida y que la llevara a ser tratada con respeto por toda la comunidad musical de New Haven. Ella también contribuyó, en gran medida, con la educación musical en New Haven siendo una de las fundadoras de el Neighborthood Music School, que aún existe en estos días.
¿A qué edad tuviste tu primera batería?
A los 11; antes estuve haciéndolo con un redoblante y un platillo por un año hasta llegar a graduarme con un set completo de batería (sonríe). Todavía sigo tocando la misma…
¿Considerás que la batería es una extensión física de vos mismo o es simplemente una herramienta? Y en relación a eso: ¿sentís que hay un placer táctil mientras tocás la batería o que además de las cualidades de sonido también hallás satisfacción a la forma en que reaccionás físicamente ante el instrumento?
Mi atracción por el instrumento siempre fue multisensorial. El baterista Robert Golia, que estaba dos grados por encima del mío en la escuela, tenía un set de batería súper canchero; y cuando consiguió tocar Wipe Out de The Ventures en la escuela, el recorrido de mi vida se selló en mi como un método de sistema. La batería, incluso su olor, me dejó -como señala Odiseo en The Sirens of Faiakes- sin ninguna esperanza para evadirme. Nunca perdí esa conexión visceral con el instrumento, eso es parte de lo que soy y, a menudo, se siente aun más completo mientras toco.
Mientras tocás, ¿estás siempre en control o te sorprendés a vos mismo tocando algo inesperado?
Esa habilidad para descubrir lo desconocido es algo que desarrolla muchísimo el control y la finura. Es mayormente una cuestión de voluntad enlazada con un oído bien abierto.
Por favor, actualizanos tus más recientes actividades…
Dos nuevos lanzamientos de mi propio sello Auricle Records, dúos con John Butcher en Buffalo Pearl y con Thomas Lehn en Kinetics. Un montón de discos en elaboración, un nuevo CD para el WHO Trio (con Michel Wintsch y Baez Oester) de pronta edición a través del sello Clean Feed. Acabo de editar con el trío Mauger, junto a Rudresh Mahanthappa y Mark Dresser, también en Clean Feed. Terminamos recientemente una nueva grabación de dúos con Ellery Eskelin y el guitarrista Terrence McManus y, ahora mismo, estoy trabajando en un disco solista. Continúo dictando un montón de clases privadas y también en la facultad del New School en New York en donde enseño World Music e Historia de Jazz Contemporáneo. Asimismo, estoy en pleno proceso de elaboración de un ensamble llamado Sound in Time.
Con tantas cosas en desarrollo… ¿no te sentís cansado?
Cada día me cargo de energía para tratar de mantenerme al tope en función de las muchas cosas que tengo por hacer. Nunca llego a terminar todas esas cosas y, consecuentemente, es muy raro que tome el descanso que realmente necesito. Soy un padre de familia junto a mi excepcional esposa Nancy, de un hijo de 16 años. Eso, y cualquiera que sea padre lo entenderá, es muy gratificante, representa un montón de trabajo y, a veces, un auténtico desafío que hace que la carrera de músico se vea como un día en la playa.
Para concluir: ¿qué es lo que te atrae hacia la experimentación musical?
Creo que la música y la vida dependen de la innovación para sobrevivir. La inspiración de los innovadores y su increíble determinación, es lo que hace que la vida en este planeta valga la pena.
http://www.gerryhemingway.com/
Sergio Picirilli
