Paula Shocron: Los Vínculos

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Músico:

Paula Shocron: composición general, piano, percusión, textos e improvisaciones

Sello y año: NendoDango Records, 2018

Calificación: A la marosca

El artista necesita sentir el vínculo entre lo que ha sido, lo que es y lo que está creando, de tal manera y con tanta intensidad, que ya no pueda dedicarse a otra cosa más que a expresar y perfeccionar esa experiencia (José María Arguedas)

Se define expresión (del latín expressi, que significa “sacar afuera”) a la acción de manifestar algo para darlo a entender o con la intención de exteriorizar sentimientos e ideas.

Existen muchas clases y formas de expresión, desde la escritura a lo oral y de lo gestual a la manifestación corporal. En ese sentido, no resulta difícil imaginar que en la cúspide de la pirámide de las acciones desarrolladas por el ser humano hallaremos a la expresión artística.

Esto es así porque en ella subyace como trasfondo la facultad para exponer a través del medio artístico algo que permanecía oculto en el plano interior de su creador, pero también porque el arte -como afirmaba Sigmund Freud- es el recurso más propicio para que los contenidos y energías que residen en el inconsciente retornen a la consciencia y, con la ayuda de alguna forma que disfrace su origen, consigan transformarse en acciones.

En rigor, la expresión artística es una forma para comunicar o compartir conceptos e ideas, alentando la creación de un espacio imaginario capaz de provocar efectos estéticos vinculados con el placer. Además, ese utópico e ilusorio lugar puede ser concebido por el artista como un acto significante -es decir, que trasciende la intimidad del sujeto- ubicado más allá de la repercusión que pueda obtenerse con la obra o manteniéndose ajeno a las múltiples lecturas e interpretaciones que hagan sus ocasionales receptores.

Cuando el artista se aventura en el mágico juego de lo imaginario sin dejar de proyectar la riqueza que puebla su mundo interior, lo intangible comienza a hacerse evidente, lo imposible puede transfigurar en algo posible, el tiempo aparenta detenerse y la experiencia estética -en lugar de ser un agregado a la vida– termina siendo una profundización de la vida misma.

En esa concepción vital del arte –según señalara el psicólogo y filósofo estadounidense John Dewey– los vínculos profundos establecidos entre la interioridad del artista y su entorno permiten superar la separación que se hace entre arte y vida hasta lograr unificarlas en un escenario indivisible.

Lo cierto es que en un hipotético punto de intersección donde convergen los vínculos entre arte y vida, pasado y presente, práctica y performance, interioridad y exteriorización, música clásica e improvisación, emerge con inusitada fortaleza estética el original acto de creatividad que pergeñó la pianista argentina Paula Shocron en el álbum titulado, justamente, Los Vínculos.

En el ascendente tránsito artístico desplegado por Paula Shocron asoman su debut discográfico en 2005 con el álbum a solo piano La voz que te lleva, las producciones del Paula Shocron Trío (Urbes de 2007 y Homenaje en 2009, ambos en compañía de Jerónimo Carmona en contrabajo y Carto Brandán en batería), la sociedad con el saxofonista Pablo Puntoriero materializada en El Enigma de 2010, su personal acercamiento a la tradición del jazz exhibido en los discos Our Delight de 2011 (secundada por Jerónimo Carmona y Eloy Michelini), Warm Valley en 2012 (allí compartiendo liderazgo con Mariano Loiácono), Serenade in Blue de 2012 (en trío con Juan Bayón y Eloy Michelini) y el solo piano See See Rider en 2013. También publica los álbumes Gran Ensamble de 2011 (en donde participan Luis Nacht, Ingrid Feniger, Juani Méndez, Pablo Pesci, Fernando Isaia, Gabriel Sainz, Enrique Norris, Joaquín de Francisco, Francisco Salgado, Damien Poots, Ezequiel Dutil y Pablo Díaz) y Surya de 2014 (en formato de trío con Juan Bayón y Bruno Varela).

La etapa más reciente del trayecto de Paula Shocron aparece visiblemente emparentada con formas ligadas con la improvisación contemporánea y la nueva música creativa, tales como las propuestas realizadas por el formidable SLD Trío (banda que completan el baterista Pablo Diaz y el contrabajista German Lamonega, con la que edita Anfitrión en 2015 y Tensegridad en 2017), el álbum Sono-Psico-Cósmica grabado en vivo a dos pianos junto a Enrique Norris, el tríptico Cooperative Sound de 2017 (en el que participan Matt Lavelle, Ras Moshe, Daniel Carter, Hilliard Greene y Pablo Díaz) y los proyectos colectivos cristalizados mediante los álbumes Emptying The Self en 2017 (compartiendo créditos con Pablo Díaz y William Parker), Statements de 2018 (con Christoph Gallio y Pablo Díaz) y el recientemente editado Geograficciones (junto a Luis Conde, Cecilia Quinteros, Pablo Díaz y Andrew Drury).

A lo mencionado debe agregarse la labor multidisciplinaria llevada a cabo por Shocron en el Proyecto IMUDA entre 2012 y 2013, su rol como Directora Artística de “Creatividad en Movimiento”, la coordinación desde 2017 de un taller de exploración sobre las relaciones entre la música y el movimiento y la labor desplegada como docente en la carrera de jazz del Conservatorio Superior de Música Manuel de Falla.

La subyugante propuesta plasmada en Los Vínculos es descripta por su artífice como una obra para cinta o montaje sonoro basada en las Variaciones Goldberg de Johann Sebastian Bach e improvisaciones en piano solo.

En este singular alegato musical elaborado por Paula Shocron anida un valor autobiográfico que enlaza, de manera atemporal y mediante un lenguaje integrador, sus inicios en el piano clásico con la reafirmación del camino transitado a través del amplio territorio que abarca la improvisación libre.

Ese encuentro entre mundos aparentemente distantes oficia en Los Vínculos a modo de un diálogo –imaginario, pero profundo, honesto y pletórico de interioridad creativa– que se nutre de los sugestivos textos que describen cada una de sus piezas, de la original forma pianística utilizada por Paula Shocron para ligar sus improvisaciones con algunos pasajes de la obra de Bach (empalme que resultarásubrayado de forma inmejorable por el montaje sonoro realizado por Sam Nacht) y el fantasmal, aunque omnipresente, sobrevuelo de Las Variaciones Goldberg que envuelve a todo el álbum.

La monumental obra de Johann Sebastian Bach conocida con el nombre de Variaciones Goldberg fue completada por el célebre compositor alemán en 1741 y en origen se tituló Aria mit verschiedenen Verænderungen vors Clavicimbal mit 2 Manualen (“Aria con variaciones diversas para el clavicémbalo con dos manuales”). La composición debe su nombre a un joven discípulo de Bach –el clavicordista Johann Gottlieb Goldberg– y se compone de un Aria inicial, treinta variaciones (que, a grandes rasgos, podríamos dividir en cánones, variaciones con carácter de danza, variaciones más idiomáticas y un quodlibet) y la repetición final del Aria que abre la pieza.

Los Vínculos da inicio con El Pasado-Ahora, tema que evoluciona a partir del motivo principal del aria de las Variaciones Goldberg para luego sumergirse en un encantador juego de improvisación pianística dictaminado por su ascetismo, calidez e inocultable emotividad.

“Me detengo a escuchar el sonido de eso que no se ve, eso que no se oye en una simple escucha, pero está ahí, del otro lado…”. Eso expresa Shocron en los textos que acompañan al disco sobre el tema titulado El Reverso. En el curso de la pieza se eslabonan los animados fraseos que componen la primera de las variaciones de la obra de Bach (Varatio 1. A 1 Clav.) y una posterior improvisación caracterizada por su intrincado dramatismo.

A continuación, sobrevienen el hipnótico montaje sonoro (con base en la Variatio 2. A 1 Clav. de Bach) cristalizado en Convivencia, los logrados contrastes de Sonido Primordial que nacen desde los ágiles trazos que dibuja la Variatio 5. A 1 ovvero 2 Clav, la burbujeante aproximación a uno de los cánones de las Variaciones Goldberg que emana desde Hablar, Escuchar, Insistir, Transformar y los difusos contornos recorridos por El Recuerdo (“Escuchar en perspectiva, hasta que a lo lejos todo es diferente…”).

Los Vínculos sigue su marcha triunfal mediante la conjunción del género barroco e improvisación libre manifestada en El Espacio, la sinuosa senda que transita Caos con sus oblicuas referencias a Variatio 10 fughetta a 1 Clav., el carácter contrapuntístico que emerge de Diálogo (“Pasado-Presente-Pasado en completa sintonía…”), la significativa exposición pianística revelada por Shocron en La Intersección, el exuberante lirismo de Rompecabezas (“En una de sus posibles resoluciones encuentro un nuevo dibujo…”) y las ágiles frases y animado temperamento que distinguen al tema que da título al álbum.

En la parte final del disco se suceden la amalgama entre aires de canon y técnicas extendidas propuesta en La Memoria, la dispar belleza que procede de Un lugar, el sucinto relato enunciado por Convivencia II, la atmósfera embriagante que circunda a El Último Baile (“Como una catarata me invade un gran final, poco a poco se irá entregando a esa tierra que le dio lugar, que lo contuvo y que hoy lo deja ir…”) y un sobrecogedor regreso al aria de las Variaciones Goldberg corporizado a través del sutil Pasado-Presente.

La sobresaliente pianista Paula Shocron ha ofrendado una obra única en su género, innovadora, valiente y plagada de una creatividad que parece provenir desde lo más profundo de su mundo interior.

En síntesis: Los Vínculos es un álbum ideal para encontrarse (o reencontrarse) con uno mismo, pero también para perderse en él.

El arte nos permite encontrarnos a nosotros mismos y perdernos al mismo tiempo (Thomas Merton)

Sergio Piccirilli