Placebo: Y En Este Rincón… ¡¡El Rimmel!!
Luna Park – 4 de abril de 2005
Músicos: Brian Molko (voz, guitarra, y sintetizadores) Stefan Olsdal (bajo, guitarras y coros), Steve Hewitt (batería), William Lloyd (teclados, guitarra, bajo).
Publico: 6500 personas.
Duración: 80 minutos.
Llegando a las inmediaciones del Luna Park, nos empezamos a cruzar con adolescentes en su mayoría, vestidos de un negro riguroso, ojos delineados y con pose de “este mundo no me comprende”, que se congregaban para ver por primera vez en Argentina a Placebo, banda dark de estos tiempos.
En el contexto del primer aniversario de FM Kabul (gracias Grinbank por dejar el fútbol y volver a los recitales de rock), la banda liderada por el carismático Brian Molko, nos presentaba su último disco One More With Feeling, un compilado de sus singles y repaso por lo mejor de su discografía.
Cabe aclarar que uno, cuando va a ver un show al Luna Park, sabe de antemano que el sonido no será bueno; se espera entonces no escuchar tan mal.
Y el show arrancó.
La guitarra, bien gracias; en el primer tema, Taste In Man (Gusto por los hombres), nunca se la escuchó; entonces comenzamos a pensar que se nos venía la noche… pero a medida que se fueron sucediendo los temas el sonido se fue acomodando y hasta creí por momentos que estaba escuchando bien; hasta que Pablo, el amigo con el que fui, me dijo: ¨no, te acostumbraste al sonido, sigue sonando mal¨.
Yendo de lleno al show, el trío, convertido en cuarteto en ocasiones por el aporte del tecladista William Lloyd -que en algunos temas se hizo cargo del bajo, en otros de la guitarra-, demostró que su música (mezcla de Bauhaus, Bowie, The Cure) se basa en la personalísima voz de su cantante, riffs de guitarra filosos y una base potente.
En la primera parte del show. Mientras se sucedían The Bitter End, Every Me, Every You… me aburrí un poco (bostezos de por medio); parecía ser el único, porque las 6498 personas restantes (salvo Pablo y yo) coreaban en un inglés correctísimo cada una de las canciones y ovacionaban en cada final a su ídolo andrógino. Sí, Brian Molko se roba toda la escena, lo cual no es muy difícil ya que los movimientos del bajista, de altura considerable, eran iguales a los de esos muñecos inflables de los estacionamientos.
Lo mejor vino de la mitad en adelante: el grupo sonó mas compacto y aparecieron sobre el final 36 Degrees y quizás el mejor tema del grupo Pure Morning, al que sin dudas le faltó fuerza.
Pequeño intervalo y últimos tres temas: 20 Years, Teenage Angst y la celebrada Nancy Boy.
Sinceramente esperaba un poco más, aunque es casi una certeza que en un lugar con mejor acústica, seguramente otra hubiese sido la historia.
Para destacar: en cierto momento del show, Molko les pidió a los chicos que se calmaran, se apretujaban demasiado, ¨divirtámonos todos que si no, alguien puede terminar en el hospital y eso no es cool¨, (fantasma de Cromagnón); y esto se le escuchó decir al líder de una de las bandas que crecieron en el mismo tiempo del brit-pop y supieron hacerse un camino al margen, sabiendo cómo manejarse entre lo under y lo popular.
Una vez fuera del histórico recinto pugilístico, los chicos/as (en estado de excitación), comentaban el show; eso si, el delineador se les había corrido a causa de la transpiración.
Cristian Woinarowski.