Por Los Codos

Juan Cruz De Urquiza

¿Tiene que ver con aprovechar mejor los silencios?

También, por supuesto… ojo que también depende del guitarrista y del pianista con que toques. Hay mucho laburo para que lo que te dije, suceda. Hay muchos solos compartidos… contrapuntísticos. En la “Fuga” por ejemplo, no hay armonía: hay dos melodías que la sugieren. Por toda esta cuestión del sonido, hice como una división de la banda. Por momentos hay dos tipos tocando una historia y dos tipos en otra. En “Aparente” se da que la viola y el contrabajo van por un lado y la batería y la trompeta por otro.

Como un doble dúo.

Exacto, pero con puntos en común, obviamente. Y de repente en “Detrás del Instinto” ocurre lo contrario, donde la batería y el bajo toman un rol pasivo y nosotros jugamos rítmicamente en contra de la rítmica de ellos. Son dos dúos paralelos que…

¿Vos creés que la gente capta esto?

(Tajante) No creo… pero no importa…

(Risas y cara de “la que se te viene…) ¿Y por qué lo hacés?

Juan Cruz De UrquizaEs una necesidad mía de explorar sonoridades. La gente capta otras cosas. Si yo estoy comprometido con mi búsqueda, probablemente perciban la energía. Me ha pasado…
Urquiza se pone enfático explicando con toques percusivos en la mesa las complejidades rítmicas de “Aparente”, acerca de las negras, las blancas con punto, que cada tres negras se genera otro pulso sobre el que hay otra música compuesta, para terminar diciendo…
Ahí es donde empieza (¡!) todo el asunto.
Hay muchas cosas que tal vez no se entiendan de los artistas; es difícil captar por ejemplo en una pintura el 100% de lo que se quiso expresar; pero sí captás ciertas cosas. Ahora… la concepción de eso…siempre te queda ese margen para preguntarte ¿de dónde sale?

¿Te pasa o te pasó que lo que vos creías que teóricamente iba a entusiasmar no lo hizo y al revés?

Sí, claro… hay sorpresas… A mí me interesa ver cómo reacciona la gente con la que toco y qué les despierta. Por ejemplo “De este lado” lo llegamos a tocar con el Quinteto y se ve que no lo teníamos muy madurado porque la gente ni fu ni fa. En esta etapa sentí como otro feedback.

¿Vos tenías la idea preestablecida de hacer algo que te despegara del Quinteto o te surgió naturalmente?

En la última etapa del Quinteto me empecé a preguntar cómo sigue esta historia. Durante casi 6 años buscamos cuestiones compositivas, rítmicas, texturas… y empecé a sentir que, desde ese lugar, había un techo; y lo hablé incluso con ellos. Ahí decidí que cuando hiciera lo mío, la cuestión sonora iba a pegar un vuelco importante. Y esta propuesta, en un punto, podés decir que se trata de una fusión… hay efectos, viola… pero me parecía importante sostener el aspecto interactivo de la improvisación al 100%, algo que con el Quinteto explotamos mucho. Tener además pautas muy rígidas por un lado pero conectadas entre sí con cosas muy libres, algo que la fusión en general no tiene.

Es que en general la “fusión” parece una mala palabra, cuando en realidad hay fusiones extraordinarias…

Claro… seguro… no me interesaba esa fusión tipo Brecker Brothers.

¿Vos elegiste a estos músicos por razones…?

TarziaPara hacer la música de las características del Quinteto, me volvería a juntar con ellos. En este caso quería otras caras, otras químicas; pero no sólo conmigo, sino también entre ellos. Mariano y Pipi nunca habían tocado juntos… los únicos que se conocían eran Otero y Tarzia. En el Quinteto ya nos conocíamos de memoria, lo que tiene sus pros y sus contras. Y aquí por suerte la cosa funcionó y se generaron nuevas químicas. Pipi no viene exactamente del palo del jazz, pero es una esponja y te mata. Los tres se copan con el rock, con la música popular en general. Me interesaba que si de pronto pintaba un groove medio rocker, se prendan fuego. Me encanta eso.

¿Los músicos del cuarteto son los que tuviste siempre en mente?

Con Pipi ya había hablado hace un tiempo. Para la guitarra había pensado en el Colo (Arredondo), que me encanta, pero ya había tocado con Tarzia que tiene esa cosa en la que te sorprende, no sabés para dónde va a salir…

Pero seguro que nunca te deja de garpe…

Claaaaaro… y Mariano, lo mismo. Tienen un groove de puta madre. En un momento pensé en Carmona, pero Otero tiene esa cosa de prenderse fuego con D’Angelo, por ejemplo. Qué sé yo… la propuesta además… no es exactamente un disco de jazz. Rítmicamente creo que está jugado.

Dicho al margen… lo que han crecido Mariano y el Pipi en estos años, ¿no?

Pipi
Tremendo… lo que tocan todos, pero en particular Pipi en “Idea 3” es tremendo… la bajada que hace al final de mi solo es grossa, pero grossa en serio. Suena medio raro, pero en general en el jazz se juega con los recursos individuales y se pone eso a la parrilla; se escribe el tema y la zapada se ve sobre el escenario, nosotros particularmente una de las cosas que hicimos fue laburar en profundidad las zapadas.

En su álbum debut, Urquiza incluye composiciones propias, de Guillermo Klein y una respetuosa versión de Promesas sobre el bidet de Charly García. No hay standards (de jazz).

Y… el standard siempre paga… nosotros no incluimos una versión de Solar (Miles Davis); bastante deformado, es cierto y lo ensayamos mucho. Y pagaba, pero… las composiciones de Klein… 

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