Bill Frisell Quintet: Freeze!!
Jazz Bakery – Culver City
Lunes 23 de enero de 2006
El 23 de enero se presentó en el Jazz Bakery de la ciudad de Culver City Bill Frisell con su quinteto integrado por Kenny Wollesen en batería, Tony Scherr en bajo, Greg Tardy en saxo y clarinete y Ron Miles en corneta.
Concurrimos con lógica preocupación. Si bien reconocemos que Frisell es uno de los grandes guitarristas contemporáneos, algunas de sus últimas actuaciones nos habían dejado sabor “a poco” (¿y ése qué sabor es?).
Teníamos dos opciones:
- 1) Esperar.
-
2) Hacer periodismo de anticipación al estilo de la revista Mecánica Popular cuando pronosticara: “En el futuro, las computadoras pueden llegar a pesar menos de 1,5 toneladas”.
Brillante anticipación incluida en el ejemplar de marzo… de 1949.
Mejor esperemos…
La experiencia es una cosa maravillosa ya que nos permite reconocer un error, especialmente… cuando volvemos a cometerlo.
Paciencia, no nos adelantemos…
Gracias a las sabias enseñanzas de George W. Bush, estábamos advertidos sobre los peligros a los que nos exponíamos:“Si no tenemos éxito, corremos el riesgo de fracasar” (sic).
Pobre, ¿no? Si tan sólo hubiese tenido en cuenta lo que decía Groucho Marx: “Es mejor permanecer callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente” .
Obviamente resulta difícil imaginarse a Bush leyendo a Groucho o… a cualquiera con apellido Marx.
¿Y el show?
¡Ah, sí! Frisell está desarrollando una extensa gira en la que alterna tres grupos diferentes: Unspeakable Orchestra, 858 Quartet y Quintet. Con los dos primeros está presentando los discos Richter-858 y Unspeakable…
El Quinteto, en cambio, era una incógnita que (¿lamentablemente?) se develaría mas tarde.
El Jazz Bakery es uno de los sitios de mayor reputación en el circuito de jazz del área de Los Angeles, además de ser uno de los pocos lugares que mantiene actividad ininterrumpida los 365 días del año. Un lugar acogedor sustentado por una asociación sin fines de lucro pero que cuenta con un desopilante sistema de venta de entradas por teléfono. Pulse uno para elegir el show, dos para la primera función, ingrese su número de tarjeta de crédito pero con el dedo meñique del pie izquierdo, marque 1538 en números romanos, ahora recite un salmo en latín, encienda una vela de color caqui y arrodíllese tratando de envolver su nariz con las orejas. Mantenga esa posición con la vista fija en su propia nuca mientras procesamos la información… curiosamente, el sistema nunca falla…
Por lo general, los músicos que se presentan en el Jazz Bakery actúan durante toda una semana.
No seria así con Frisell.
Una sola noche y dos funciones.
Siendo las 10:05 PM y con la sala cubierta en un 80 por ciento (o vacía en un 20), ingresa el quinteto.
Frisell se acerca al micrófono y con la parsimonia de un santiagueño presenta a los músicos y pide públicas disculpas a Ron Miles (parece que en la función anterior dijo “trompeta” en lugar de “corneta”).
A juzgar por lo que vimos después, ése no seria el único paso en falso de la noche…
El inicio será con el clásico de Hank Williams, Lost Highway. Desde el vamos nos queda claro que algo no funciona bien. Todo suena bastante raro, como si en escena en lugar de un quinteto, hubiese un trío integrado por Frisell, Scherr y Wollesen y un dúo con Miles y Tardy. Un solito de corneta y otro también chiquitito de Tardy en clarinete, abren paso a Frisell. Ahora Tardy toma el saxo y arriesga… sin mucho éxito.
Hace rato que estoy pensando en el próximo tema pero esta versión se niega a concluir. Corrijo: más que un trío y un dúo, es un trío y dos solistas. ¿Ron Miles? Impecable. Traje negro, zapatos y medias al tono, camisa blanca y corbata fucsia.
El tema empalma con White Fang del álbum Unspeakeable en deslucida versión. Falta calor o sobra frío, no sé. Ya comencé a toser, rascarme la cabeza, parpadear repetidas veces…
En cualquier momento empiezo a jugar al solitario.
Todo se desinfla (¿en algún momento se infló?) y pegado va Someday My Prince Will Come, tema de 1937 compuesto por Larry Morey y Frank Churchill para la película de Disney “Snow White and the Seven Dwarfs”. Sólida intervención de Frisell y buen solo de Scherr en contrabajo (lejos, el más sólido de los cinco durante toda noche).
Hay dos opciones: o alguien le puso cloroformo al cappuccino o me estoy durmiendo. La guitarra queda en soledad y tras una seguidilla de efectos comienza un set dedicado al álbum Richter-858. Interesante, aunque demasiado breve.
Llega el momento country de la noche con A Hard Rain’s-A Gonna Fall, tema que Bob Dylan incluyera originalmente en su disco de 1963, The Freewheelin’, con uno de los solos de Frisell más felices de esta noche triste. Bien Scherr, otra vez. ¿Alguien vio a Wollesen? Ron Miles sigue modelando y Tardy arriesga pero como estamos en la pretemporada, se entiende que esté algo falto de distancia.
Siguen las novedades… The Days of Wine and Roses. Hace más de cuarenta años este tema de Henry Mancini y Johnny Mercer ganó el Oscar a la mejor canción. Después no volvió a ganar. Si quiere algo interesante, puedo contarle la película… resulta que… no, mejor en otra ocasión.
Hace rato que dejé de pensar en que esto pueda mejorar. Ahora comencé a plantearme qué hago aquí. De la nada viene a mi mente la frase que dijera Felipe en la tira Mafalda: “¿Por qué justo a mí tenía que tocarme ser yo?”
Hace frío.
Me alegra haber venido bien abrigado…
Llevamos más de una hora de tortu… de concierto.
Se acerca el final (eso espero). Otro cover, What the World Needs Now. Tema que Burt Bacharach compusiera para Jackie DeShannon. La versión original al lado de ésta parece Led Zeppelin.
Por un momento cierro los ojos y…
Los aplausos del final me despiertan…
Regresan para hacer el clásico de Thelonious Monk Straight, no Chaser. La intro incluye un bostezo gigante de Kenny Wollesen.
Es comprensible.
Muy bien Frisell y Scherr. Tardy le saca fotos a Ron Miles, quien sigue modelando…
De pronto se despierta Wollesen… parece que estaba soñando con Sex Mob o la Electric Masada y víctima de la confusión onírica hace un solo que no pertenece a este show.
Terminó.
Es casi medianoche.
Invierno.
Por suerte, afuera no debe hacer tanto frío…
Sergio Piccirilli.