Ben Allison
¿Y cuál es tu método para componer?
Mi método compositivo es bastante variado. Depende mucho en qué tipo de trabajo esté involucrado y si tengo un plazo para hacerlo. Usualmente, cuando compongo para un álbum, es un proceso de múltiples pasos. Lo primero que hago es juntar la banda… por lo menos en mi mente…
O sea que cuando componés pensás primero en los músicos con los que vas a tocar…
Sí. En términos compositivos pienso específicamente en los músicos. Eso te da la chance de utilizar sus propias voces y a la vez desarrollar el impacto que causarán y cómo afectarán el resultado en términos musicales. Eso te ayuda a propiciar un sonido grupal.
Entonces paso un largo tiempo, a veces un año o más, compilando sonidos y fragmentos musicales en mi cabeza… A veces los guardo en una cinta para no olvidarme…
¿Y qué es lo que guardás?
A veces son ideas melódicas o breves trazos en particular… pero más a menudo conservo texturas o ciertas clases de orquestación o de timbres… y poner todo eso junto para crear consonancias lleva algunos meses. Durante ese proceso me gusta reunirme con los tipos de mi banda para experimentar ideas y especialmente para oír sus opiniones…
Con “Cowboy Justice”, ¿el proceso fue similar?
La elaboración de Cowboy Justice fue bastante diferente ya que tuvimos la ventaja de poder viajar y tocar juntos por varios meses antes de entrar al estudio. Cuando llegamos a grabar ya teníamos la suficiente fluidez y una minuciosa coordinación como para tomar las decisiones que posibilitaran introducir algunos cambios o agregados.
¿Qué grado de importancia le adjudicás a la improvisación?
La improvisación es una parte integral de mi música. En términos de tocar en vivo es tan importante, que pienso que no podría mantener el interés de tocar en un escenario a menos que hubiera espacio para introducir cambios en cada presentación. Cuando el músico improvisa, está manteniendo una conversación. Imagináte qué ocurriría si cada vez que hablás con tus amigos la conversación fuese exactamente la misma… uno terminaría aburriéndose de la compañía del otro en poco tiempo.
Tanto en tus composiciones como en los arreglos, el bajo (siendo vos el líder) no parece ocupar un lugar de privilegio… ¿Eso es deliberado o surge naturalmente?
En realidad… pienso en el bajo como una parte fundamental de mis composiciones. Pero trato de no desarrollar con él melodías muy elaboradas o extensos solos. Aunque no lo parezca, en lo principal, la mayor parte de mi música viene del bajo. A veces son simples texturas o un persistente ostinato, pero son las que establecen la estructura básica. Otras fijan el groove. Tiendo a no escribir armonías muy complejas para centrarme en el tiempo y en la melodía. No me gusta estorbar con voces demasiado gruesas… supongo que la tradición y mis propias raíces musicales son las que intentan expresarse.
Básicamente utilizás el bajo para componer…
Por lo general lo hago con el bajo y canto. Mucho más que con el piano.
¿Cuál rol te resulta más cómodo, bajista o compositor?
No puedo separar ambos roles. En el mismo sentido en que lo hacía Thelonious Monk… su forma de tocar era parte integral de sus composiciones… pienso que tocar es una extensión de mi propia voz compositiva.
De hecho, mi fuente de inspiración para componer es crear situaciones en las que pueda sentirme cómodo y que me ayuden a sonar bien como bajista.
Hablanos de Jazz Composers Collective
La Jazz Composers Collective es una asociación no lucrativa. Una organización que reúne a músicos y compositores que fundamos en New York alrededor de 1992. Llevamos once temporadas presentando una serie de conciertos, publicamos una revista y contamos con un sitio en la web. A través de la serie anual hemos presentado más de 300 nuevos trabajos y ya han participado cerca de 200 músicos y compositores. Debido al incremento de la demanda de giras y presentaciones de nuestras bandas, tuvimos que parar la serie en el 2003. Varios de esos grupos están activos y continúan tocando.
¿Ser uno de los fundadores te hace sentir orgulloso?
Claro, sobre todo porque sin estos 11 años de trabajo organizativo con Jazz Composers Collective, mucha de esa música jamás hubiese sido compuesta u oída o por lo menos no en esas condiciones. Durante ese tiempo produjimos 25 discos con material original y comisionamos muchas obras. Pero además logramos inspirar a muchos músicos alrededor del país para que formen sus propias organizaciones…
Hay organizaciones similares en Chicago, en Boston, en Carolina del Norte, en Miami… y esas instituciones nos han tomado como modelo.