Chris Potter: Underground
Next Best Western, Morning Bell, Nudnik, Lotus Blossom, Big Top, The Wheel, Celestial Nomad, Underground, Yesterday.
Músicos:
Chris Potter: saxo tenor
Wayne Krantz: guitarra
Craig Taborn: Fender Rhodes
Nate Smith: batería
Invitado:
Adam Rogers: guitarra
Universal, 2006
Calificación: Está (más que) bien
El saxofonista Chris Potter ha superado ya la decena de entregas discográficas como líder.
Christian Mc Bride, Lewis Nash, Kenny Werner, Scott Colley, Bill Stewart, Al Foster, Kevin Hays, Brad Mehldau, Jack DeJohnette, Dave Holland, John Scofield, Kurt Rosenwinkel, Joe Lovano y Brian Blade, entre otros, han grabado en sus discos.
Además tocó con Red Rodney, la Mingus Big Band, Paul Motian, Ray Brown, Jim Hall, James Moody, Dave Douglas, Mike Mainieri, Marian McPartland, Steely Dan, Joanne Brackeen, Steve Swallow, Larry Goldings e infinidad más.
Prolífico compositor y tremendo ejecutante sobre el escenario, el bueno de Potter se ha hecho merecedor a un lugar de privilegio entre los músicos de la presente generación.
Porque lo que no les dije es que tiene, apenas, 35 años.
Para Underground, el saxofonista conformó un nuevo cuarteto en el cual la ausencia de bajo se suple con el Rhodes de Craig Taborn y el bombardeo desde los parches de Nate Smith. Completan la cuestión el guitarrista Wayne Krantz y, claro está, Chris Potter.
Como invitado en dos temas aparece el ex Lost Tribe, el guitarrista Adam Rogers.
Los integrantes y sus instrumentos hacen presagiar un álbum a pleno groove. Algo así como un Hand Jive de Scofield y esto se da a medias.
Pero hay un detalle que no es menor: a lo largo del CD nos encontramos con 6 originales de Potter y 3 covers. Ganan por goleada los originales.
Y esto es una muy buena noticia si lo tomamos por el lado de que hay un compositor atendible y para seguir de cerca.
Pero puede ser muy mala si nos atenemos al hecho de lo flojas que son sus lecturas de temas ajenos.
Aquí dedicado exclusivamente al tenor, Potter apostó a músicos que a la hora de swinguear la saben lunga; no obstante, se respira un aire “acústico” a lo largo de todo el álbum que le proporciona cierto oxígeno y no permite la saturación del que científicamente se ha dado en llamar “palo y a la bolsa”.
Es que Krantz, Smith y Taborn también saben ser sutiles. Y lo demuestran.
Debo reconocer que en primera instancia el disco no me dijo absolutamente nada, lo que es lógico: ¿dónde vieron un disco que hablara?
Pero quienes tratamos de hacer reseñas discográficas con algún tipo de respaldo, tenemos marcado a fuego que las chances auditivas deben ser no infinitas, pero sí varias. Esto, a diferencia de la mayoría de las disciplinas artísticas, ya que nadie (o muy pocos) ven una película o una obra de teatro o leen un libro más de una vez antes de hacer un comentario. Nobleza obliga: nosotros tampoco hacemos bises en los conciertos (aunque a veces, de puro entusiasmados que quedamos, repetimos y hasta hemos ido por más de una trifecta).
Y Underground terminó gustándome, por momentos, mucho. Pero mucho.
El comienzo es con Next Best Western, que al igual que Morning Bell y Big Top tienen en su potencia y destreza interpretativa sus puntos altos. La longitud de las piezas termina haciéndolas un tanto reiterativas, pero el paciente se recupera pronto y su salud es satisfactoria.
La síntesis llega en The Wheel, donde a la labor ajustadísima de Nate Smith durante todo el disco, se acoplan ciertos contrapuntos entre Krantz y un Potter desatado que transforman al tema en lo mejor del disco. La balada Celestial Nomad no agrega mucho, pero igualmente sirve para apreciar las sutilezas tanto del guitarrista como de Taborn.
El tema que da título al álbum vuelve a superar la decena de minutos y todos parecen estar más contenidos, hasta que Smith deja de amagar y Potter decide tomar la voz cantante apoyado en ese Manual de Sutilezas que despliega Krantz. Promediando el tema, el que toma el liderazgo es el guitarrista con un solo repleto de buen gusto, mientras la base (órgano y batería exclusivamente) hace literalmente lo que se le antoja. Hacia el final no quedan dudas de que se transformará en un verdadero tour de force en las actuaciones del saxofonista.
Los covers: la inclusión de Lotus Blossom de Strayhorn, Morning Bell de Radiohead y Yesterday, de Lennon/McCartney agregan poco y nada bueno. Como tampoco es de singular relevancia el aporte realizado por Adam Rogers.
Chris Potter es un músico tremendo que brinda en este álbum una entrega dispar en la cual los momentos insulsos no molestan tanto; y los sabrosos, te dejan picante.
Marcelo Morales