Gerry Gibbs and the Trasher Big Band: Live at Luna
The Caribbean Song, The Night the Blytheman Walked Into The Room The Room Went Dark and Nothing Else Matter, When I Dream, You’ve Changed, Some Skunk Funk, Maiden Voyage, 11 Years Old, Playing The Field, And That’s Why They Call It the Blues, Song With No Title.
Músicos:
Gerry Gibbs: batería, percusión
Adrian Ruiz: director, trompeta
Andy Langham: piano acústico y eléctrico, sintetizador
Hamilton Price: bajo acústico
Rob Handt: saxo alto y soprano, clarinete, flauta, oboe
Justin Vazquez: saxo alto y soprano, programas, piano acústico
Morgan King, Ricky Swuem: saxo tenor, clarinete, flauta
Eric Hargett: saxo barítono, clarinete bajo
Freddie Mendoza, Gilbert Garza: trombón
Ron Wilkins: tuba, trombón bajo
Rick Horn, Al Gómez, Jason Jones, Curtis Calderon, Pat Murray: trompeta, flugelhorn
Joan Carroll: voz
Whaling City Sound, 2006
Calificación: Está (muy) bien
El jazz no es soplar y hacer big bands. ¡No señor! Para formar una big band hacen falta varias personas, de preferencia músicos.
Hacia fines de la década del ’20 aparecieron grupos de jazz que seguían el modelo de las bandas que amenizaban los bailes de sociedad. Esto derivaría en lo que se dio en llamar big-bands. Su apogeo fue durante los años treinta y cuarenta, dando nacimiento a lo que se conoció como la era del swing. En términos musicales, uno de los aspectos sobresalientes fue el cambio de ritmo que suavizó los compases de dos tiempos que caracterizaba al estilo de New Orleans por uno más fluido de cuatro tiempos. También comenzaron a utilizar estructuras melódicas cortas, a las que llamaron riffs, con pautas de pregunta y respuesta. Las orquestas, para facilitar ese proceso, se dividieron en secciones instrumentales cada una con sus propios riffs, dando la oportunidad para los solos o extensas improvisaciones. Su desarrollo se debió en gran parte a la incorporación de partituras pero intentando mantener la calidad improvisatoria.
Con esa orientación, resultaron fundamentales los aportes realizados por Duke Ellington, Count Basie, Fletcher Henderson, entre otros. La era del swing coincidió con la derogación de la ley que prohibía el alcohol en los Estados Unidos. En realidad, el alcohol nunca había dejado de usarse, sobre todo en las heridas. Esto, o mejor dicho aquello, junto a los éxitos y la popularidad de las bandas de Benny Goodman o Glenn Miller, contribuyeron a que el jazz perdiera, al menos en parte, el calificativo de música marginal. Esto se logro de la mano de músicos blancos en detrimento de músicos de otros colores como el negro (principalmente), el rojo, el amarillo, el verde y también algunos de color caqui (¡?).
Abreviando un poquito… después de la década del ’40 llegó el 2006 y se editó Live at Luna de la Gerry Gibbs Trasher Big Band.
Recuerdo que la primera vez que escuché un disco de Gerry Gibbs fue en el siglo pasado en la mítica disquería Vital Records de la Avenida Corrientes y merced a los buenos oficios del no menos mítico Petiso de lentes.
Gerry no es uno de los hermanos Gibbs… En realidad sí. ¡Bah!…No sé si tiene hermanos… esteee… Quiero decir que no es uno de los hermanos Gibbs de los Bee Gibbs… de los Bee Gees… ¡Eso! Costó, pero salió…
To be Gibbs or not to Bee Gees. Ésa es la cuestión.
El nombre Trasher Big Band tiene el siguiente origen: Trasher es el seudónimo con el que se conoce a Gerry Gibbs y Big Band es el término con el que se denomina a… “los grupos de jazz que hacia fines de la década del ’20 seguian el modelo de las bandas que amenizaban los bailes de sociedad, que suavizaron los compases en dos tiempos que caracterizaba al estilo de New Orleans” y bla bla bla…
La Trasher Big Band es un ensamble de 17 músicos que se constituyó con el objeto de homenajear a las bandas de los 70’s lideradas por McCoy Tyner, Jaco Pastorius, Buddy Rich y Woody Herman, entre otras. La estructura elegida por Gibbs se compone de cinco saxos, cinco trompetas, dos trombones, piano eléctrico, contrabajo, batería y voz, todos bajo la conducción de Adrian Ruiz. Este proyecto tiene conexión con el legado del padre de Gerry, el celebre Terry Gibbs. No es que sea chismoso pero… se comenta que la incorporación de la cantante Joan Carroll fue una recomendación de Gibbs Senior a Gibbs Junior. Y no sólo recomendó sino que también aportó un set de arreglos para que la niña mostrara sus cantos, que dicho sea de paso no son para desdeñar.
El inicio con The Caribbean Song no podía ser más auspicioso. Aunque parezca contradictorio con los arreglos, la rompen. A la manera en que lo hacía Count Basie, los instrumentos de viento intercambian los riffs de conjunto e interactúan con grandes dosis de ritmo y pausas para acomodarse a los solos. El ensamble y la coordinación son perfectos. Todos empujan, solo de flauta, luego los saxos a contratiempo y Gibbs siempre metiendo palos y no precisamente en la rueda. Luego llega The Night, the Blytheman Walked Into The Room, The Room Went Dark And Nothing Else Matter… Con ese título no puede fallar. La versión original fue incluida en el álbum de Gerry Gibbs, First Visit, del 2000, música apta para un cabaret. Una fluida melodía con un toque de taberna, sórdido y decadente que lleva nuestra imaginación al Golden pero con un stripper a lo Mostaza Merlo quitándose las pilchas “paso a paso”. Los vientos construyen un muro de piedra mientras el pianito hace un graffiti con frases soeces… Un solo de trompeta, luego el trombón, pegadito el saxo tenor hasta que se escuchan grititos (todo hace suponer que en ese momento Mostaza tiró su tanguita albiceleste a la tribuna). Si el disco terminara acá sería… ¡pero no! Continúan con When I Dream dedicado a McCoy Tyner. Con un enfoque mas cercano al mainstream. Bien, pero decididamente más complaciente. Los arreglos ofrecen una brisa de aire latino corroborados sobre el final por un solo de Gibbs en cuica.
You’ve Changed, tema de Carey & Fischer que popularizara Billie Holiday y sobre el que Gibbs hiciera una versión con The Third Trio From the Sun, es la excusa perfecta para la presentación de Joan Carroll. Bien cantado pero sin agregar mucho a los dos millones de versiones escuchadas con anterioridad. Quizás exagere un poco… ¿Un millón y medio?
Luego es el turno para un clásico de Randy Brecker, Some Skunk Funk, aquí en una versión que es la bisectriz entre el original de los Brecker Bros. y la que ellos mismos hicieran posteriormente con arreglos de Vince Mendoza junto a la WDR Band en el 2005. Mucho swing y ¡pum para arriba! Sobre el final se deja escuchar un buen solo de batería.
Ahora tenemos una versión del tema de Herbie Hancock Maiden Voyage del álbum del mismo nombre de 1965. Resulta impactante en la voz de Carroll la lírica agregada… Dice: “…la la la la la” para luego agregar “la la la”, estribillo que se repite unas cincuenta veces… Se incrementa la tensión con un contundente y abstracto “lara lara lara la” para finalmente retomar el inicial “la la la”, pero con mayúsculas. Unos synthes y el piano Fender no esconden las influencias jazz-rockeras. Las señalan con un dedo acusador. ¿Hace falta aclarar que no es lo mejor de este disco?
Continúan con el sugestivo 11 Years Old que, como aclara el subtítulo, es la primera composición que escribió Gibbs aunque no podemos precisar a qué edad lo hizo (¿o sí?). Playing the Field, tema que pertenece a Steve Allen, permite otra (correcta) aparición de Joan Carroll en voz. Song With no Title es cortito como patadita de chancho y cierra con fraseos que me recuerdan la música de la serie Combate pero sin el sargento Saunders.
La palabra trasher tiene varias traducciones posibles, pero la más usual es: basurero. Aquí, The Trasher, como buen basurero en el cumplimiento de su noble oficio (¡el de músico, eh!) recolecta cosas interesantes y valiosas. Algunas más, otras menos…
Por suerte son más de las de más y menos de las de menos.
Sergio Piccirilli