Leo Sujatovich
¡¡¿¿Hace falta hablar de Leo Sujatovich??!!
Leo es uno de los músicos más prolíficos que conozco, tiene una historia muy importante en la Argentina (Spinetta Jade, David Lebón, Mercedes Sosa y una lista absolutamente imposible de seguir…), está trabajando en varios proyectos a la vez, como el que lo une al Trío de Cámara de Tango junto a Damián Bolotín (violín) y Patricio Villarejo (cello) con el que recorrió Europa en varias oportunidades, o como acompañante de Estrella Morente en actuaciones a sala repleta en España, todo esto sin descuidar su estudio…
Nació el 24 de marzo de 1960 en Buenos Aires, Argentina; comenzó a tocar el piano a los… ¡4 años! Estudió con Violeta de Gainza, Claudio Gabis, Guillermo Graetzer, Gustavo Moretto, Don Sebesky y Thomas Briccetti.
Ha tocado, como dijimos, con un listado de músicos que impresiona; además de los mencionados, podemos citar a: Chabuca Granda, David Lebón, Dino Saluzzi, Ariel Rot, Eladia Blázquez, Horacio Molina, Juan Carlos Baglietto, Julia Zenko, Lito Vitale, Lucho González, Los enanitos verdes, Nacha Guevara, Nito Mestre, Rubén Rada, Pedro Aznar, Pocho Lapouble, Nito Mestre… ¡y muchos más!
Fue contratado por la NRK, en Noruega, como compositor y arreglados para la Stavanger Symphony Orchestra; compuso la música de una docena de largometrajes y dos obras de teatro infantiles. Y ni hablar de la cantidad de jingles que ha compuesto…
Como solista debutó en 1994 con Dulces sueños, donde participan, entre otros, Cyro Baptista, Michael Brecker, Walter Ríos, Domingo Cura, Jota Morelli, Guillermo Vadalá y Andy Snitzer.
Tiene realizado un CD, inédito, en 1985.
Y finalmente, en el 2002, edita Trío de Cámara – tangos, que le valiera en el 2003 una nominación a los Premios Grammy Latinos en la categoría “Mejor álbum de tango”.
Hace un tiempo le propusimos el 1×5 (+1), aquí va.
1- Rick Wakeman – The Six Wives of Henry VIII
Fue prácticamente mi primer contacto con el rock sinfónico. Acababa de escuchar por primera vez a Yes y apareció este disco, donde Wakeman hacía un tremendo despliegue de su clasicismo interpretado con nuevas coloraturas, una sutileza y una energía que a mí, particularmente, me deslumbró.
2- Chick Corea – The Leprechaun
“Mirá pibe, escuchate esto y mirá cómo usa la ruedita del Mini Moog…” me dijo Charly Garcia cuando yo tenía unos 16 años y tocaba con Nito Mestre.
Fue la introducción al mundo del jazz-rock, al universo de Chick Corea, otro gran pianista de formación clasica que optó por otro camino. Me partió la cabeza.
3- Herbie Hancock – Mr. Hands
Este disco fue otro punto de inflexión para muchos músicos.
Un concepto muy fuerte en el uso de los teclados, de los bajos de sintetizador. Un ejemplo de buen gusto.
4- Keith Jarrett – Koln Concert
En pocas palabras, la Biblia de cualquier pianista. Una fuente de inspiración, un perfecto ejemplo de lo que significa la improvisación.
5- Pat Metheny / Lyle Mays – As Falls Wichita, So Falls Wichita Falls
Este disco me llevó de viaje a lugares desconocidos. Las formas, las texturas, el lirismo puesto al servicio del jazz y viceversa
El +1
Spinetta Jade – Bajo Belgrano
Una de mis mejores experiencias musicales. Tocar, componer y grabar con Luis A. Spinetta, un sueño hecho realidad y una marca grabada a fuego en mi carrera.
